Capítulo 8 : Sin entrenamiento

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Simón y Ámbar comenzaron a comer el helado que Luna les había regalado, aunque la hayan invitado a comer junto a ellos; la chica se negó. Sabía muy bien que debía dejarlos solos para que ocurriera algo.

No se escuchaba más que las voces de los actores de la película que eligieron, los amigos se miraba como sí quisieran repitir ese beso que no resultó ; pero no era muy sencillo.

—¿Ámbar?— Habló por fin Simón.

—¿Si?— Lo miró curiosa.

—¿Por qué discutiste con tu madrina?— La rubia apartó la mirada — Oh perdón por soltarlo así de repente, no debería meterme.

—No me molesta, me gusta que te preocupes por mí— Acarició la mejilla del chico para que la mirará —Es complicado, creo que ya te lo dije, pero no hago nada ocultándolo.

Suspiró notablemente.

—¿Te acordas de la gala del Roller?— Simón asintió —Una mujer me dijo que yo no era Sol Benson y aseguró ser mi madre.

Simón frunció el ceño —Pero no era verdad ¿o sí?

—Si, lo era, me hablo sobre mi mancha de nacimiento en forma de estrella que la tengo desde que nací—Volvió a suspirar —Solo mi madre podría saber cómo era o dónde se ubicaba esta.


— Dios — Simón la miró con pena, ahora entendía por qué Ámbar sufría tanto y sabía que debía protegerla.

—Y me sentí engañada ¿Por qué mi madrina me ocultaría esto? — Secó una lágrima que caía rápidamente.

—A ninguna madre se le niega su hija— Simón acarició su mejilla    —Deberías hablar con ella.

—No es fácil — Respondió Ámbar con la voz débil —No la quiero ver, me mintió Simón, nunca me había hecho algo tan cruel.

—Entonces no hablarle, enfrentarte a ella.

—Es la persona más malvada y mentirosa del mundo ¿Y sí me volviera a mentir?

Simón paso su mano por su cara frustrado, no lograba hallar la mejor opción para su amiga.

—Pero no te preocupes— La rubia habló más tranquila—Ya veré que hacer.

El mexicano sonrió aliviado y besó su frente. Luego se retiró por la ventana, ya se hacía tarde.

•••
Simón pov
Hoy debía trabajar en el Jam & Roller , además había práctica con el equipo.

Le mande un mensaje de “Buenos días” a Ámbar y suspire.

[...] Ya me encontraba trabajando, Juliana se veía muy preocupada. Reí para mis adentros.
Eso le demostraría que no debía meterse nunca más conmigo, le di su lección.

Jazmín apareció con su tablet para grabarme genial...molestando desde temprano.

—Hola Saimon— Sonrió atrevida —La gente pregunta sí ¿Tenes sentimientos por alguien de aquí?

La vi pestañar varias veces, ojala se diera cuenta de lo idiota que se ve.

—Actualmente tengo un romance oculto ups— Reí sarcásticamente.


—¿A si? ¿Se podría saber con quién?— Habló esperanzada, estúpida.

—Con este jugo de durazno ¿No es genial? ¿No somos el uno para el otro?— Reí como un tonto.

La cara que puso Jazmín fue épica, sin duda no se lo esperaba.

Rió con su voz chillona —Me refería a alguna chica del Roller— Seguía grabando.


—¿Oye por qué no dejas de molestar a la gente?— Hable enojado —Estoy trabajando.

Me miró con el ceño fruncido y la ignoré, me tenía harto con sus preguntas. Creo que a todos los del Roller.
Un poco más y nos preguntaba cuántos litros de pis hicimos hoy.

Una vez que terminé con los pedidos fui a la pista.

—¿Alguien a visto a Ámbar?— Preguntó Juliana con malhumor.

Todos negamos. Me resultó extraño que no llegara temprano, siempre era puntual.

Como por arte de magia llegó velozmente, su pelo estaba mojado y tenía menos maquillaje de lo normal. Pero se veía linda.
Al venir rápido con los patines puestos hizo que se cayera y la gente de al rededor (No tenía idea de por qué seguían en la pista) comenzó a reirse de Ámbar.

—¿No tienen otra cosa que hacer?— Hablé enojado y dirigiéndome a ellos —¿Irse por ejemplo?

Obedecieron y mientras le sacaban fotos a Ámbar, yo fui a ayudarla a levantarse.

—Juliana por favor ¿qué hace en el equipo una impuntual y que se cae en dos segundos?— Habló un chico riendo

—Ah si... yo me preguntó por qué tus papás no te abortaron— Hablé harto e intentando de empujarlo pero se fue.

—Esta bien Simón— Hablo Ámbar triste y acariciando mi espalda para luego retirarse de mi lado.

—Que entrada triunfal rubia eh— Habló el idiota de Matteo y Luna le dio un golpe para que dejara de burlarse.

—Ámbar nos hemos retrasado siete minutos por tu culpa— Volvió Juliana con su eterno malhumor mientras miraba su reloj.

—Perdón Juliana— La rubia miró el piso.

—No, nada de “Pirdin Jiliini”— Se burló de la voz de Ámbar —Vamos a ensayar sin vos, retirate.


—Bueno voy a ensayar con una persona invisible, increíble Juliana eh cada vez más ideas geniales— Hablé irritado—Es la idea más estúpida que escuche necesitó practicar con Ámbar.

—Retirate entonces— Alzó sus hombros desinteresada.

—Con gusto— Agarré la mano de mi compañera y salimos de la pista—Anciana menopausiada— suspire enojado.

—Tranquilo— Ámbar rió y acarició mi hombro —Tiene razón no debería llegar tarde.


Besé su mejilla y se tensó —No te saludé— Recibí una sonrisa de ella.

—¿Hablaste con tu madrina?— Pregunté mirándola fijamente.

—No menciones más la palabra “Madrina” Por favor— Suspiró cansada —La ignoré todo el día.

Sonreí un poco y se me ocurrió una idea.

—¿Y sí yo encontrará a tu mamá?— Pregunté alzando una ceja.

—¿Para qué harías eso?— Preguntó incrédula.

—Para que la conozcas, lo mereces.

—¿Y sí ya tiene familia? ¿No me acepta? ¿No me quiere ver?

—Si no te quisiera ver no te hubiera buscado— Acaricié su hombro—Es tu turno de encontrarla.

—No sé...Simón es muy apresurado.

—Es lo mejor, creeme— Le sonreí a lo que asintió.

—Tal vez tengas razón—Suspiró mientras me sonreía.












Desconocidos [Simbar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora