Capítulo 25 : Locura

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Capítulo final...

Ámbar pov

No me alcanzaban las palabras para explicar lo raro que había sido este año. Tantos cambios que llegaron sin previo aviso a mi vida. Dispuestos a cambiarla completamente.

Nunca me había puesto a pensar cuándo empezó esto y me di cuenta que fue gracias a aquella gala del desastre.

¿Qué hubiera pasado sí mi mamá nunca me hubiera buscado? Probablemente estaría junto a Sharon, conviviendo con su vileza y convirtiéndome en una persona horrible.

¿Qué hubiese pasado sí Luna nunca hubiera elegido a Matteo antes que a Simón?
Seguramente Simón nunca hubiera cambiado de un día a otro, nunca hubiésemos conocido a "Los escorpiones", Simón nunca me habría encontrado en el banco aquella noche de la gala, o quizá nunca hubieramos entendido lo bien que podiamos llegar a complementarnos.

Había llegado a la respuesta para esta gran incógnita. ¿Realmente estos cambios habían cambiado a mi vida para mal?

No. Para nada.

Hoy en día mi verdadera madre estaba a mi lado, junto a mi padre.
Ambos distintos y con el rencor notable de mamá hacia él, aunque él era comprensivo respecto a eso.

Hoy en día lograba alejarme de la peor versión de mí, las voces abrumadoras por fin se encontraban lejos. Bree aparecía de vez en cuando; siempre estaba a mi lado para ser mi gran apoyo.

Pero por sobretodo, estaba Simón. Era increíble como podía hacerme sentir esa felicidad notable al verlo cerca, escucharlo o simplemente tenerlo ahí.
Odiaba el hecho de no estar junto a él, no poder sentir su calor, su aroma tan detectable, o el no poder oírlo reír.

Me encantaba su sonrisa, esta podía hacerme sentir bien. Sentir esas "mariposas" en el estómago de las que todos hablan cuando aman a alguien.

Lo amaba y no podía evitarlo.

Una vez lejos de mis pensamientos, miré a través de la ventana y vi la pequeña casa de mamá.

—Los esperaré afuera—habló mamá mientras nos miraba desde adelante de los asientos.

—¿Y bien?—Simón acarició mi mano y notó mis nervios—. Sí no estas segura, tal vez podríamos organizarlo otro día.

—Estoy segura—mentí—Bueno... No lo sé.

—Te van a amar Ámbar—rozó sus labios contra mi mano y me sonrió—. ¿Quién no podría amar a esta señorita?

Sonreí con ternura y junté nuestros labios en un corto beso antes de salir del auto.

Respiré hondo y asentí al ver la expresión de mamá, esa que parece que dudará de que esté lista. Y por fin me encontraba adentro de la casa.

— ¡ÁMBAR! —escuché una voz aniñada de varón decir mi nombre.

Di un respingo al escuchar cómo sonaba el cañón de confeti.
Y luego sentí que me rodeaban pequeños brazos. Eran ellos, y se veían igual de tiernos que en las fotos.

—Por fin te conocemos hermanita— habló uno de ellos.

Tenían rasgos similares obviamente, sus narices eran pequeñas y respingadas, sus ojos rasgados como los míos; pero lo más destacable de cada uno era ese sedoso pelo anaranjado que los acompañaba.

Luego de que nos separemos, viseé a un señor calvo que nos observaba con una sonrisa.
Era Leonel, el esposo de mamá y padre de los trillizos, a decir verdad era muy simpático.

Desconocidos [Simbar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora