《¿𝓠𝓾𝓮́ 𝓗𝓪𝓰𝓸?》

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M

e tomó en brazos antes de bajar completamente de la Torre Eiffel.

Me sentía incomoda, como si lo que había dicho Ladybug me afectara de mil maneras. Eso no debía de hacerme sentir mal, pues el mismo Adrien se me había confesado.

Sentía un nudo en la garganta. Abrace el cuello de Chat, aferrándome más a él. Tenía miedo de lo que él pudiera decirme después.

Llegamos al balcón de mi habitación cuando él me había bajado, yo aun no lo habia soltado.

—Oye... —Sentí sus calidas manos posarse en mi cintura. —Ignora la, ¿sí? No quiero verte triste por eso. Lo que dijo no es verdad y te lo acabo de demostrar. —Susurraba en mi oído. —Mirame. —Tomó mi rostro con sus manos, obligándome a verlo a los ojos. —Te amo.

—¿Por qué?

—¿Por qué? —Soltó un suspiro. —Eres una chica genial, desde que te conocí, me di cuenta de todo esto, eres inteligente, amable, valiente, muy astuta por cierto... Una chica muy linda. Puedo seguir hasta que se ponga de día, pero tienes que ir a dormir. Siento mucho su actitud, estos días se ha vuelto muy molesta.

—¿No será mi culpa? Por... venir aquí.

—No digas tonterías. Esto no es tu culpa, de nadie. Mira, yo sé que ella esta celosa de que tú seas mejor que ella. —Miré al cielo. —Oh, vamos. Al menos eso lo creo yo y es verdad. —No pude evitar sonreír. —Esa es la sonrisa que buscaba, esa hermosa y tierna sonrisa que tanto me enamora.

—Entonces... ¿No estás molesto por que sé quién eres?

—Claro que no, al contrario. Así no tengo que ocultarte más las cosas.

—Bueno, al menos era divertido cuando te ponías celoso de ti mismo.

—Bien, eso fue algo exagerado. —Ambos comenzamos a reír. —Buenas noches, preciosa.

—Que descanses. —Plantó un beso sobre mi frente antes de darse la vuelta y dar un brinco para bajar del balcón.

Entré a mi habitación y me tire en mi cama, esperando a que llegara el día siguiente, cerré mis ojos quedándome dormida.

Era extraño, al menos para mí, haber visto como la heroína de París, que todos admiraban y respetaban, me había hablado de esa manera tan desagradable.

Tenía que calmarme o perdería la conciencia debido a un akuma, que es algo que a Chat no le gustaría ver en mí.

[...]

Estaba en camino al instituto, cuando vi pasar el auto de Adrien. De la nada, comencé a pensar en lo que había pasado en la noche, también recordando que a mis amigas les gustaba él, y yo lo sabía.

Contarles a ellas sería bastante incomodo y, talvez, desagradable de mi parte. Me sentía una mala amiga para Lila y Marinette, de Chloe no tanto, pero sí era algo en que pensar.

No sabía que hacer, no sabía ni que decir al respecto. Tenía que pensar en algo rápido antes de que lo escucharan de otras lenguas.

Al llegar al instituto, Adrien y Nino se acercaron a mí como todos los días. Pero está vez, Adrien tenía ese ambiente feliz que tiene cualquier enamorado al ver a la persona que más desea en el mundo.

¿Qué hay, chica? —Dijo Nino animado.

—Hola... —Conteste con un aire seco.

—¿Estás bien? Te ves cansada. ¿Dormiste bien? —Interrogó Adrien, preocupado.

𝑴𝒊 𝑳𝒍𝒆𝒈𝒂𝒅𝒂 𝒂 𝑷𝒂𝒓𝒊́𝒔 [ Adrien/Chat Noir ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora