《𝓤𝓷 𝓟𝓮𝓺𝓾𝓮𝓷̃𝓸 𝓖𝓪𝓽𝓸》

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[ Esto es puro relleno ]

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Junio 11

Habían llegado ya las vacaciones de verano y mis padres, junto con mi hermano y yo, estuvimos recorriendo nuevamente la ciudad para conseguir una casa en la que podamos vivir. Así ya no podre ver a Chloe todas la mañanas ni después de la escuela en el hotel.

Cuando por fin la obtuvimos, Adrien fue el primero en saber, claro, ya que fue muy amable de su parte ayudarnos con la mudanza, mientras mis padres lo conocían un poco más de lo que sabían y escuchaban de él. Se quedó a dormir en nuestra nueva casa, ya que su padre había salido de la ciudad por un par de días, algo que fue muy divertido, pues Plagg no dejaba de avergonzarlo ante mí.

Ya que el señor Agreste había regresado, Adrien se despidió como todo un caballero con mis padres antes de volver a su casa. Ya sentía la mirada asesina de mi padre en mi nuca, pues había dormido en mi habitación.

Al día siguiente, hicimos una limpieza mi madre, mi hermano y yo antes de salir a donde quisiéramos. Yo limpie mi nueva habitación, donde no podía faltar el balcón que deseaba para ya saben que; la casa era de dos pisos así que nos convenía bastante, además de que el alcalde nos brindó un poco de ayuda con el dinero. Me tocaba sacar la basura de todo lo que teníamos guardado en el hotel y entre nuestras cosas, las cuales ya no necesitábamos.

Salí de casa con dos bolsas grandes de basura, ya habíamos terminado, mi hermano había salido a la calle a conocer a los chicos vecinos y mi madre había ido a la plaza a comprar nuevas cosas para nuestro hogar. Al llegar a un callejón para dejar las bolsas en un contenedor de basura, me topé con un perro que empezó a ladrar de la nada, decidí ignorarlo. Me giré a mi izquierda para salir del callejón y regresar a casa antes de que el perro se interpusiera en mi camino y comenzara a ladrarme, empecé a caminar de espaladas mientras me guiaba nuevamente dentro del callejón.

Me pareció algo extraño, como si quisiera decirme algo importante. Cuando paró de ladrarme, me rodeó, deteniéndose junto al contenedor de basura, antes de volver a ladrar mientras apuntaba con su osico algo para mostrarme.

Extrañada, me acerque a él y me hinque a su lado, él seguía ladrando. Giré mi cabeza a mi izquierda, percatando me de lo que se encontraba y de lo que escuchaba: un niño pequeño con la respiración agitada. No podía creer lo que veían mis ojos. Tomé al pequeño en mis brazos antes de tocar su frente, tenía calentura, peor no podía estar. Miré a mi lado y el perro ya no se encontraba ahí.

-¡Chat! -Escuché de parte de Marinette. Giré mi cabeza hacia arriba antes de mirar como Ladybug bajaba del tejado.

-¿Puedo saber por qué buscas a Chat? -Pregunté seria.

-Porque el akuma lo ha herido.

-¿¡Y tú no estabas ahí para impedirlo!? ¡Tú eres la heroína de París!

-¿Qué es eso en tus brazos?

-Es... un niño.

-¿¡Qué!? Dámelo. -Acercó rápidamente sus brazos antes de que yo impidiera que lo tomara. -No empieces a molestar y entregalo. Ese puede ser Chat.

-¿De qué hablas? -Miré con mayor atención al pequeño que llevaba en brazos, dándome cuenta de que efectivamente era él. -¿C-Cuál es el poder del... akuma?

-Comvertir en bebes a las personas.

-Lo siento, no puedo entregartelo. -Me di la vuelta y salí por el otro lado. Al ver como la luz pegaba en el rostro del pequeño, note su cabello dorado y suave; antes había visto varias fotos de Adrien donde él era un pequeño bebe, junto a su familia o él solo. Es por eso que pude saber que sin duda era él.

𝑴𝒊 𝑳𝒍𝒆𝒈𝒂𝒅𝒂 𝒂 𝑷𝒂𝒓𝒊́𝒔 [ Adrien/Chat Noir ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora