Suspiro de libertad (Yaoi)

Capítulo 14_ Ojos azules.

Pov Ryu.
Luego del baile, volvimos a casa y "convencí" a Inu para poder jugar un poco. Tenía muy en claro que yo era el amo en todo esto y que yo podía hacer todo lo que quisiera con él. Pero, al ver esos lindos ojos azules mirándome con súplica y terror mi corazón se estrujaba y sentía un gran deseo por protegerlo en una caja de cristal pata que ningún idiota como yo lo dañara.

Era de mañana cuando desperté sintiendo como alguien me golpeaba la pierna derecha constantemente. No sabía qué diablos era eso pero realmente era molesto y tedioso así que no tuve más opción que abrir los ojos para hacer que lo que fuera que estuviese haciendo éso, parará. Cuando abrí los ojos pude ver a un lindo Inu mirándome realmente molesto.

La noche anterior para "convencer" a mi lindo cachorro para tener sexo, le puse una linda mordaza que resaltaba sus hermosos y carnosos labios rosados y unas esposas de peluche que enganché en la cabecera de la cama para mantenerlo quieto y sumiso mientras lo hacía sentir bien.

Al ver que desperté, empezó a balbucear de una forma completamente indescifrable para cualquier persona cuerda. Ante esa hermosa imagen, solté una pequeña risa y le saqué la mordaza. Debía dolerle mucho ya que me quede dormido antes de liberarlo.

- ¡¡Tengo que orinar, idiota!! - Gritó su dulce y amoroso "Buenos días, cariño" mientras yo apoyaba mi cara sobre mi mano - ¡Me tuviste toda la noche inmovilizado!

Me recriminó y yo solo me reí con ternura al ver como cerraba fuertemente sus piernas para contener las ganas de orinar que debía tener desde hace horas.

- Fuiste un gran chico por no orinarte en la cama así que te dejaré ir al baño e ignoraré que me insultaste.

Le saqué las esposas de forma delicada y lo dejé ir al baño, cosa que hizo pero antes me lanzó una mirada llena de odio que yo respondí con una sonrisa divertida.

Pasaron algunos minutos desde que Inu se había ido al baño y salió bostezando y frotándose sus lindos ojitos azules. Era tan tierno cuando estaba callado y tranquilo.

- Inu, te dejaré ir a ver a tu hermana una vez al mes y dejaré que ella pase todas las fiestas con nosotros.

Había estado pensando eso desde hace semanas, Inu y su hermana debían sentirse muy solos. Después de todo, solo se tenían el uno al otro gracias a mí.

Solo quería que Inu me odiará un poco menos y poder verlo más feliz. Sabía que se llenaría de alegría y esperanza por ver a su hermanita que, después de todo, estaba protegiendo.

- ¿M..Me lo estás diciendo en serio..?

Nunca había visto así a Inu. Inu parecía un pequeño niño al que le habían dicho algo fantástico y completamente irreal pero tenía el deseo y la ilusión de que todo fuera real.

Los dulces ojos de mi niño mostraban alegría y comenzaban a cristalizarse mientras que una gran sonrisa dejaba ver esos hermosos dientes blancos que me parecían realmente perfectos.