Do you wanna build a waterman?

195 20 2
                                    

Louis no para de dar vueltas por la habitación y Zayn, aunque está sentado, no para de dar golpes con el pié contra el suelo.

-¿Aún nada? –pregunta Harry desesperado por ver a sus compañeros de ese modo. Cuando llegaron a mi habitación del hotel, como la mayoría de las noches, para saber en dónde se encontraban sus hermanas, aún estaba buscando.

-No –digo mientras niego con la cabeza- pero hay millones de personas en la lista y no tienen un sistema de búsqueda rápida.

-Seguro que acabamos antes si inventaras uno. –dice Zayn. Entonces lo recordé. Recordé ese buscador que tienen todos los ordenadores para buscar programas, y recordé también que viene en forma de aplicación. Quizás si la encuentro y la incrusto en la carpeta de nombres acabaré más rápido.

-Tío, le acabas de dar una idea –dice Liam y yo asiento mientras hago mi trabajo. Y, en efecto, funciona.

-¡FUNCIONA! –grito y Louis y Zayn se acercan a mi corriendo con ojos más desesperados que curiosos. –Decidme nombres –digo haciendo aspavientos con las manos.

-Charlotte Tomlinson. –se adelanta Louis y su compañero le manda una mirada asesina.

Tecleo el nombre y me aparece su ficha.

-Coged papel y boli corred. –les indico a alguno de los otros chicos.- Ostia.

-¿Qué? –inquiere Louis.

-Trabaja en teletransportadores –digo girando mi cabeza para mirarle.- será mucho más fácil ponerse en contacto con ella. –su expresión se relaja- Apunta ahí, plataforma –digo mientras reviso toda la ficha y busco el dato- seis.

Después de revisar todas las fichas de sus hermanas y parientes de los chicos y comprobar que seguían con vida, se fueron todos aliviados.

Hoy no había habido concierto así que vinieron pronto.

Miro el reloj y son las doce, me voy a dormir.

-Ostia puta. –digo cuando la vibración de mi móvil sobre la mesa me despierta. No sé quién será pero  me cago en su puta madre.- ¿QUÉ? –gruño en castellano  cuando descuelgo sin mirar quién es.

-¿Paula? ¿Estás bien? –dice Niall al otro lado de la línea.

-Lo mejor que se puede estar después de que te hayan despertado del sueño más plácido de tu vida con el susto del siglo. 

-Lo siento –dice culpable.

-No pasa nada –respondo con una sonrisa, aunque no me vea.

-Si es muy mal momento puedo…

-Ei, ya está, ya me has despertado. No pasa nada. Dime. –digo ahora relajada.

-Vístete y baja.

-¿Qué? –digo confusa- ¿He escuchado bien o sigo dormida?

-Probablemente las dos cosas. –dice y escucho su risa- Te estoy esperando detrás de la cabina de enfrente de tu hotel. –me levanto corriendo de la cama y miro desesperada por encontrarlo por la ventana y lo veo. Sonrío.- vístete y baja. Ten cuidado que no te pillen.

-¿Qué de…? 

-Es una sorpresa. –me corta- Abrígate, hace frío. –cuelga.

Corro al armario y me pongo una sudadera rosa fucsia de Universitá de Roma con unos vaqueros ajustados, mis martens azul marinas con cordones amarillos y cojo un chaleco relleno de plumas, que a la vez es impermeable por si llueve, con capucha coreana.

Voy al baño, me lavo los dientes e intento peinar mi pelo. 

Antes de salir cojo una goma del pelo por si acaso, mis móviles y la llave de la habitación.

EneágonoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora