Capítulo X

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–Estás comenzando a preocuparme–Me tensé de inmediato al escucharlo y me quedé inmóvil.

–Estás paranoico –Contesté mirando el techo de su habitación para evitar su mirada.

–Dices que estás bien pero después demuestras todo lo contrario... En la tarde estabas perfectamente, inmediatamente te encierras y te pones de un humor de los mil demonios. No quiero eso Tom. No hemos comenzado ni siquiera con la gira –Saqué todo el aire contenido de mis pulmones en un gesto lleno de cansancio.

–No quiero discutir contigo. –El sentó en su cama mirándome.

–¿Qué te hace pensar que quiero discutir? –Sabía a la perfección a que se refería.

–De repente me siento cansado... todo son quejas y quejas, tengo demasiadas cosas con que lidiar. Es como si fuese un embudo y todas emociones caen en un lugar no muy sano. –Dije sin ganas.

–Han discutido de nuevo... ¿Verdad? –Me quedé callado. Bill tenia la facilidad de adentrarse en mis pensamientos de la misma manera que yo podía hacerlo con los suyos.

–Gustav y Georg... Ellos están perfectamente coordinados con sus parejas, tienen relaciones largas al igual que yo. No entiendo que le sucede a Ria. –Hablé rápidamente.

–A lo mejor no es ella la que te causa problemas –Afirmó con obviedad.

–Por supuesto que no... se que es la distancia. La amo. –El se recargó en un brazo sobre la pared y me miró.

–El que se causa problemas eres tu mismo... Ya dime que sucede con Elysa –Me encogí en hombros e hice una mueca.

–Te vuelvo a repetir que no sucede nada, solo es trabajo –Dije con voz cansada para mantenerlo tranquilo de no volver a perder la cabeza como cuando discutí con Ria la ultima vez.

Bill se quedó callado un momento mirando el techo de su habitación al igual que yo.

–Sería absurdo que ustedes dos no tengan un lazo de afecto. Ella es demasiado sencilla y le tengo mucha estima al igual que Mike, pero cada vez que tienes problemas con Ria o quieres evitarlos, algo sucede con Elysa

–¿Qué quieres decir? –Le cuestioné confundido, el me miró y sonrió con pesar.

–Crees que no sucede nada pero si, sucede y mucho. Crees en Elysa como si fuera una especie de cura a todos sus problemas. La tienes en un concepto demasiado alto, el mismo en el que seguramente Ria también la tiene. –Lo observé confundido y me llevé las manos a la frente con fastidio.

–Bill... Ella no es la razón de mis problemas con Ria–Dije con un tono de voz agobiado–. Créeme que me frustra cuando hablas tan serio. No te entiendo cuando te pones demasiado profundo. –El sonrió.

–Mientras Ria y tu tengan esa relación tóxica... Elysa se está perfilando para ser tu refugio. Piensas en Ria todo el tiempo, pero todo el tiempo se traen una sola discusión y si discuten, pasas justificando tu actitud... a veces siento que solo discutes con Ria para estar mas cerca de ella. –Negué en repetidas ocasiones.

–Estoy haciendo el intento por separarlo todo, ya sé que Elysa me mantiene en calma pero no siempre. Haces que suene demasiado lógico porque me conoces mejor que nadie. Esta vez no es así, no hay un manual de instrucciones que me diga como manejarlo –Bajé la cabeza y me enfoqué a llevar mis manos y acariciar el pelaje de mi perro.

–Si quieres estar bien, tienes que alejarte de Elysa –Lo miré sorprendido y el agachó la cabeza.

–Ya sé, no es la primera vez que me lo dices –El se acomodó y se aclaró la garganta.

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