Christian
Tomó las cosas que ocupare, salgo del despacho con Krypto detrás de mí.
Mi mujer está en la sala, sólo con una bata cubriendo su cuerpo.
Escucha mis pasos y se gira para verme.
-Cariño...-camino hasta donde ella está, dejo las cosas que traigo en mano sobre la mesilla, me siento a su lado.
-Ya me voy cariño...
-Ah no -se me acerca. Se lo que va intentar pero tengo que mantenerme firme y no caer. Me mira haciendo un puchero.
-Nos vemos mañana en la tarde -le guiño el ojo.- Quiero que te portes muy bien, también quiero que comas y te cuides -acaricio sus mejillas.
-Claro no te preocupes -me dice.- Todo estará bien, cuando ya vayas a llegar llámame por favor -se me acerca más.
-Lo haré -sus labios tocan los míos.
Nos besamos tranquilamente por unos segundos, hasta que escuchamos el ladrido del pequeño.
Me separo de mi mujer, el pequeño se pone en dos patas y me ladra, pero mi esposa lo toma en brazos.
Dios.
-Eres hermoso -le dice.
-Oye...-me levanto y tomo al pequeño, lo llevo al despacho y lo encierro ahí.
-¡Christian! -me grita Rachell.
-Espera...-la detengo cuando veo que va a donde deje al pequeño.
-No...
-Quiero besarte a gusto...-la atraigo a mí.
La beso apasionadamente, como siempre hago, meto mis manos debajo de su bata, hasta que llego su trasero.
-Christian...
-Ahora sí, me tengo que ir -le doy un beso pequeño.- Cuídate mucho cariño, enserio -acaricio sus mejillas.- Regreso mañana -ella me da un beso. Me agacho para poder darle un beso a su vientre.
-Tu también, cuídate mucho cariño, cuando llegues háblame -me dice.
-Claro no te preocupes -le guiño el ojo.
Me suelto de ella, regreso a la sala, tomó mis cosas.
Me giro y una vez más le doy un beso.
-Cuídate mucho -susurra.
-Te amo -le sonrió y ella me responde igual.
Salgo de ahí.
Camino al ascensor, óptimo el botón de la planta baja. Espero.
Unos largos minutos después, estoy subiendo al avión, la azafata y el piloto me dan la bienvenida.
-Señor Clark -dicen los dos.
Yo solo hago una inclinación de cabeza y camino a los asientos.
Esta vez solo pedí el jet privado, el que antes ocupaba cuando viajaba solo.
Abrocho mi cinturón y espero a que la azafa y el piloto se acomoden en sus lugares.
-Señor Clark -escucho la voz de Adaly a mi espalda.
-Señorita Ferreira -le indico que se siente frente a mí.
Ella lo hace.
-¿Quién te trajo? -pregunto.
ESTÁS LEYENDO
Siempre junto a tí
RomanceLa historia de Rachell y Christian continua en la tercera parte Siempre junto a tí sigue leyendo esta historia y descubre que pasara siempre con sus vidas, si ya los van a dejar ser felices o les seguirán fastidiando su amor.