Barman

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Todos bailaban extasiados, prácticamente, en la pista repleta. Negué. Odio los bares.

- Ey - escuche decir a mi mejor amiga a mi lado - no seas tan amargado, recién hemos llegado - sonrió mirando a su novio caminar hacia nosotros. Rodé los ojos, no sabia ni por qué me había traído, bueno arrastrado, a este bar de hormonales sedientos de sexo.

- Linda - dijo el castaño, mirando a la pelinegra - Esteve - se dirigió a mi. Lo salude con un movimiento de cabeza. Gia se lanzó a besarle. Suspire, necesito un trago.

- Voy por algo de beber - anuncie pero al parecer no me escucharon y siguieron besuqueandose.

Camine mientras escuchaba el sonido ensordecedor de la música a máximo volumen que recién me había dado cuenta que sonaba. Me senté en un banco frente a la barra de bebidas, el barman se me acercó con una sonrisa.

- Te ves molesto - lo escuche decir estaba lo suficientemente cerca para no tener que gritar - ¿Un trago, dulzura? - asenti, me pareció extraño el "apodo" pero lo ignore, la verdad no sabia que pedir, pero el me sirvió algo.

Tome el vaso y le di un trago - Gracias - dije tomándome lo todo de un trago, savia dulce y no parecía fuerte, pedí otro y otro y otro.

- Ey, dulzura esto es suficiente - dijo quitándome el vaso de las manos. Frunci el ceño ¿Quien se creía?.

- Dejameee - hipe - puedo tomar cuanto quiera - mierda estaba muy borracho.

El suspiro y salio de atrás de la barra, era demasiado apuesto, ¿Como no me había dado cuenta? o tal vez sólo sea por el alcohol.

- Ven - tomó mi muñeca y me arrastró quien sabe donde hasta que nos detuvimos frente a una puerta la cual el abrio, era el baño, me tambalee mientras el me ayudaba a no caerme. Llegamos hasta el lavabo y me agarro de la cintura sentado me sobre este. Era pequeño asique no tuvo que esforzarse mucho. Abrió la llave del agua y me hecho un poco en la cara, para después secarme con su delantal verde, yo me estremecí por el agua fría.

- Bueno ¿Estas mejor? - pregunto.

- S-si - dije mirándolo, el estaba frente a mi con los brazos cruzados. "Que guapo" pensé y inconscientemente me mordí el labio inferior desviando la mirada a mis pies. Sentí como tomaba mi mentón con una de sus manos y me hacía mirarlo suavemente.

- Que lindo eres, dulzura - dijo sonriendo mostrándome una dentadura blanca. Para luego acercarse más a mi rostro y detenerse ahí, yo pasé mis brazos por su cuello y sonreí, me incline y lo bese. No sabia si fue impulso, el alcohol o alguna otra cosa pero en ese momento solo lo bese, tenía los labios más suaves que había probado y estos eran dulces. El barman había llevado sus manos a mi cintura acomodándose entre mis piernas pegando me más a el.

Mi miembro hizo fricción con el suyo, a causa de la cercanía, y con un gemido corte el beso.

- Oh dulzura en verdad eres lindo - volvió, esta vez el, a pegar nuestros labios en un beso lento y húmedo, bajo besando mi mandíbula hasta mi cuello y claviculas quito mi camiseta que en este momento estorbaba y continuó besando, ahora, mi abdomen hasta llegar a mi vientre y pantalones los cuales desabrochó y quito junto a mis zapatillas. Comenzó a acariciar mi miembro sobre el bóxer.

- ah, no, q-quitalo - dije, dolía con el bóxer puesto, el me sonrió y se deshizo de este, continuando lo que hacía con su experta mano subiendo y bajando lento pero a la vez rápido, yo solo podía gemir no sentía fuerza para otra cosa y aun mas con sus toques.

- Ah, ah, ah, t-tu t-tambien quítate... ah la r-ropa - mi voz temblaba y los gemidos no paraban de salir de mis labios. El me sonrió y se acercó a mi odio.

- hazlo , dulzura - mordió mi oreja haciendo que se me escapara un jadeo, seguía masturbandome, y con un poder sobrehumano me consentre para quitarle la parte de arriba de su uniforme, así pude ver sus trabajados pectorales y su marcado abdomen, en ningún momento dejo de mover su mano y sentí que llegaba.

- Y-ya me vo-voy a c-correr - avise para luego correrme en su mano soltando un gran gemido.

- Bien - dijo mientras yo intentaba respirar con normalidad sin lograrlo - es mi turno - agarro mi cintura y me levanto yo enrede mis piernas en su cadera. Comenzó a caminar hacia un cubículo y entramos. Me dejo en el suelo y se desabrochó los pantalones, saco su miembro y yo me arrodillé sabía lo que quería que hiciera por lo que tome su gran pene en mi mano y comencé a masturbarlo con estas pero opte por meterlo en mi boca.

- Ah así mmm - podía escucharlo gemir inaudible mientras tomaba mi cabello fuertemente con su mano para comenzar a penetrar mi boca con su pene, después de unos minutos se corrió en mi boca y me lo trague todo, inmediatamente después me agarro de los brazos y me pego de cara a la pared, esta estaba fría.

Su mano comenzó a recorrer desde mis costillas a mis caderas y de ahí a mis muslos, los acarició suavemente para después ir con mi trasero el cual masajeo, estiró mis nalgas dejando expuesta mi entrada e inclinó su cabeza y sentí su aliento caliente en esa zona, luego su lengua moviéndose y adentrándose en ese lugar. Me retorcí y jadee.

- Ah no, no esto... esto, no - trataba de hablar pero el continuaba con su lengua ahí y moviendola de adentro hacia a fuera. Por unos minutos continuo así luego se detuvo.

- Ya estas - hablo mientras me pegaba más a la pared y me agarraba con una mano la cadera, se bajo el pantalon y boxer por completo y me embistió de una. Me dolió como la mierda.

- Te-ten mas cuidado - dije apretando los ojos con lágrimas y las manos en puños. El comenzó a moverse lento y suave, aun dolía un poco pero empeze a sentir placer y yo también movi mis caderas mientras el aumentaba la velocidad. El cubículo se lleno de gemidos, gruñidos y jadeos de ambas partes en un momento tocó un punto en mi que me hizo gritar.

- ¡¡Ah!! más ra-rapido ahí ma-as - gritaba aun pegado con fuerza a la pared. Comenzó a embestirme brusca y profundamente. Me giro y levantó pegando mi espalda a la pared y volvió a entrar en mi más, mucho más profundo y yo no podía parar de gemir. Me vine manchando nuestros abdomenes, pero el seguía embistiendome con fuerza hasta que se vino en mi interior y me bajo lentamente.

- Dul-dulzura - susurro recuperando el aliento y poniéndose el boxer  y pantalon - es-espero que lo recuerdes mañana - sonrió sin mostrar los dientes.

- Lo haré - sonreí esta vez yo caminando a fuera del reducido lugar para encontrar mis prendas y vestirme. Una vez vestidos ambos nos lavamos y limpiamos un poco, luego solo salimos hasta el lugar donde habíamos hablado la primera vez. Me senté en mi respectivo lugar y el se quedó detrás de la barra sirviendo bebidas. Escuche un grito diciendo mi nombre y me gire encontrándome con la pelinegra.

- Esteve, rubio oxigenado te estuve buscando por todo el bar - me regaño con las mejillas infladas, reí - no te rías y paga eso - apunto los vasos frente a mi - tenemos que irnos es tarde, te espero afuera en el auto de Tommy - asentí y ella se giro para caminar hasta perderse entre la multitud. Saque mi billetera pero una mano me detuvo levante mis ojos y me encontré con unos verdes.

- La casa invita - guiño un ojo para luego acercarse a mi oído y susurrar - por cierto me llamo Tayler - se alejo y sentí mis mejillas arder asentí y el me entregó un papel.

- Ojalá y me llames quisiera ir por un café contigo alguna vez - río y fue a atender a alguien. Desdoble el papel y vi un numero escrito. Levante la vista y lo vi sonriendo mientras mezclaba tragos, mi corazón latió fuerte.

- Si, yo igual - susurre mientras me paraba y caminaba entre las personas a la salida de aquel bar.

Creo que ya no odio tanto los bares como antes.

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