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Algodón de azúcar

- Si el amor es dolor ¿Soy masoquista por volver a ti aún cuando me dañas? - le pregunte mientras mis ojos se inundaban pero no, no me permitiría llorar frente a el.

- Cariño, claro que lo eres - sonrió cínico y me arrojó a la cama.

...

Suspire pesadamente y pase mis manos por mi cabello castaño, mis ojos avellanas viajaban para todas partes intentando así dejar de pensar en el. Esto realmente era una tortura. Mis ojos estaban rojos al igual que mis mejillas y nariz, hacia un frío del demonio y yo estaba sentado en un banco del parque, el tiempo estaba horrible pero la verdad no me importaba, solo quería olvidar y ya.

- Te ves muy mal - escuche hablar a alguien frente a mi, levante mi rostro y me tope con unos ojos azules y una cabellera rubia ceniza, el chico frente a mi sonrió y me extendió un pañuelo. Estaba llorando sin siquiera darme cuenta.

- Ca-calla - dije secando mis lágrimas y con la voz rota. El se sentó junto a mi y acarició de arriba a abajo mi espalda en movimientos suaves, era cálido y reconfortante.

- Deberías dejar de torturarte así a pasado un tiempo - me miró triste, mire a abajo y movi mis pies.

- Si, bueno yo no puedo simplemente olvidar de un momento a otro así como así - lo mire con el ceño fruncido.

- Si, lo se pero no me gusta verte así, Andy - se paro y hizo que yo también lo hiciera se quitó la bufanda y me lo puso también arreglo mi abrigo y limpio mis mejillas.

- Si yo... - mis lágrimas y voz rota se volvieron peor y termine abrazando lo mientras lloraba sin control. El me susurraba palabras dulces y reconfortantes mientras acariciaba mi cabello. Esto era extrañamente relajante, termine sólo abrazando lo y ocultando mi cabeza en su hombro con los ojos cerrados y la respiración lenta. Me había dormido.

...

- ¿Eh? - fue lo primero que dije al despertar en la cama de Jean. No tenía puestos mis abríagos sólo un suéter y unos pantalones sueltos deportivos. Estaba cómodo y calentito, la puerta se abrió y entro Jean con una sonrisa, llevaba puesto unos pantalones deportivos negros y una camisa manga larga también negra. Se veía bien ¿Espera qu...?

- Ey - me saco de mis raros pensamientos y acarició mi cabello - ¿Te encuentras mejor?

- Em - mire mis manos - Si, solo que quisiera no haberlo conocido - Apreté mis manos en puños. El se lanzó a abrazarme y terminamos en la cama el sobre mi estrujando me y yo debajo axficciandome.

-¿Sabes? - Lo escuche decir mientras aflojaba el abrazo - las personas no pueden ni deben pensar en cambiar el futuro, de ser así nada de lo que sucede ahora hubiera pasado...

- Si, no estaría llorando como estupido ni pensando en el todo el...

- Ya deja de decir eso - rodó sus ojos con una sonrisa -, si el no te hubiera dejado no estaríamos así, si no te hubiera dejado no habrías hecho las pases con tus padres o visto a tu hermana ¿Verdad? - se separó de mi y apoyo los ante brazos a los lados de mi cabeza y me miró de la forma más tierna que nadie me había mirado nunca.

- ¿No te parece eso bueno al menos un poco? - susurro con su mirada fija y intensa puesta en mi, asentí perdido en sus ojos. Sentía su aliento suave y con olor a menta en mis labios, unas terribles ganas de besarlo se apoderaron de mi ¿Estaba bien hacerlo?. Trague y la pregunta salió de mis labios.

- ¿Me-me dejarías be-besarte, Jean? - susurre mirando sus labios rojos y rellenos.

- Hazlo -  dijo, estire mis manos lentamente y las puse en sus mejillas y lo acerque a mi para besarlo, al hacerlo me sentí en el cielo, sus labios dulces y suaves se sentían como algodón de azúcar y lo lento y húmedo del beso era perfecto, jamas había sentido esta sensación de nervios y ganas de vomitar, en el buen sentido, nunca antes y lo amaba, amaba esta sensación y quería seguir sintiéndolo. El bajo sus manos y tomó mi cintura y sus manos acariciaron esta. Me separe de el por falta de aire, el se relamio los labios.

- ¿Te-te molesta? -pregunte por impulso respecto al beso.

- En lo absoluto, Andy, puedo preguntarte algo - el seguía con sus manos en mi cintura acariciandola, asentí - ¿Por que querías besarme?

- No lo-lo se - mire sus ojos atrapantes el se acercó a mi y me beso de nuevo pero estan vez más salvaje pero con delicadeza como si tuviera miedo de quebrarme. Mis manos subieron por su pecho a su cuello y se engancharon en este. Sus manos viajaron de mi cintura a mis muslos los cuales acarició y recorrió suavemente. Término llendo a mi trasero, lo apretó y masajeo delicadamente, una de sus manos quedó en mi trasero y la otra subió por mi espalda dándome escalofríos.

- Ah - dije cuando tocó una parte de mi espalda, me sonroje, y el sonrió.  Beso mi frente, mejillas, nariz, mentón, mandíbula de esta bajo a mi cuello lo beso y chupo al igual que mis claviculas, esto era delicioso, pequeños sonidos vergonzosos se escapaban de mis labios, termine quitando le la camiseta y tirando la al suelo el hizo lo mismo con el suéter, y playera, comenzo a besar mi torso por completo, yo en cambio paseaba mis manos por su espalda su piel era suave, ya la había tocado antes cuando nadavamos y nos abrazabamos pero ahora me daba cuenta de lo suave y lechosa que era está.

- Pareces feliz  - lo escuche decir mientras detenía sus besos en mi abdomen, sin una pisca de burla en su vos. Sonreí.

- Lo estoy, por muy extraño que suene - le respondi escuche su risa, busque su mirada, al encontrarla tome su rostro en mis manos y lo bese, el sacó mi pantalón y bóxer acarició mi erección con suavidad al igual que mis testículos. Los soniditos no paraban de salir, me termine viniendo en su mano.

- E-eh lo si-sient... - me detuvo con un beso fugaz. Bajo su mano con mi semen a mi trasero más específico mi ano e introdujo despacio y con cuidado uno de sus dedos. Dolió bastante pero me acostumbre y pronto entraron dos mas los cuales movía en círculos y simulando penetraciones. Se sentía muy bien, después de unos minutos se detuvo y retiro sus dedos.

- Ya estas listo - dijo, se quitó el pantalon y boxer, me miró como pidiendo permiso, asentí dándose lo, condujo su miembro a mi ano y metió la punta, me abraze a el con fuerza, luego metió la mitad, después por completo y se quedó quieto al igual que yo. Dolía. Luego de un rato moví mis caderas inconsistente mente y el su pelvis, las penetraciones profundas y lentas empezaron.

- Ah, ah, ah - mi corazón se salía de mi pecho mientras saltaba despacio con cada penetracion que daba y al tocar un punto dentro de mi grite, el dio ahí muchas, muchas más veces hasta que termine viniendome por segunda vez, esta vez en mi abdomen y el se vino segundos después dentro de mi. Al salir me sentí vacío, muy vacío. Lo abraze y me acosté abrazando lo el también me abrazo pero desde la cintura, nos tapó con las sábanas y limpio mi abdomen.

- Yo... no quiero que no pase de nu-nuevo, J-Jean - dije decidido mirándolo, no sólo hablaba del sexo.

- No ni yo - sabía que el lo entendía beso mi frente por lo que sonreí y me acomode para dormir en sus brazos, esos brazos tan cálidos y suaves.