¿CUÁNDO DEJÉ DE ODIARTE?
Federico había llegado, ya había acabado su maquillaje pero...Eso no era lo que la preocupaba, lo que la tenía a mil, era tener que volver a verlo, tener que enfrentarse a eso que sentía pero no quería sentir, que trataba de ocultar pero estaba allí, verlo nuevamente, por segunda vez, el nivel de magnetismo era bastante elevado para con una sola vez sentir lo que ya ambos estaban sintiendo.
Se miró al espejo de su tocador, se veía realmente linda. Linda para él, aunque no lo quisiera admitir.
- Hija - Insistió su madre al no recibir respuesta - oh, aquí estás – Entrando a su alcoba- Vamos, Federico nos espera.
Mientras tanto Federico estaba loco por verla, quería verla de nuevo, quería sentir su mirada, quería tenerla cerca, al igual que ella sentía temor de lo que podría estar empezando a sentir, él no era un hombre de una sola mujer, le gustaba andar con una y otra sin ningún tipo de compromiso, vaya que ya estaba cambiando, porque desde que conoció a Cristina, desde que la vio a lo lejos el día del préstamo con su padre; su corazón se sentía comprometido, Deborah y cualquier otra había dejado de importarle.
Eso que tanto añoraba se cumplió, ahí venia ella, tan hermosa y radiante como siempre. Para él Afrodita se quedaba corta ante ella, sus bellas piernas bien torneadas se mostraban por el corto vestido mientras bajaba las escaleras... En el comedor no hacía más que tratar de controlarse, ya tenía bastante calor...
- Perdona la tardanza Federico - Wow doña Consuelo, ni siquiera la había visto, estaba tan enfocado en la belleza de su hija que la había ignorado totalmente.
- No hay problema doña Consuelo - Sonriéndole - Buenas noches Cristina- Pronunció al notar que trataba de pasar desapercibida sin decir absolutamente nada.
- Buenas noches Federico -mirándole efusivamente a los ojos - su plan era demostrar seguridad, pero a cada acción mostraba más debilidad ante este hombre.
- Bueno comamos, espero y te guste Federico - Comentaba entusiasmada - Mi hija y yo preparamos todo con mucho amor para ti.
Cristina maldijo una y otra vez mentalmente.
- Así que cocinaste con mucho amor para mí - Decía divertido, alzando una ceja con la mera intensión de sacarla de sus casillas.
- Cocine para el INVITADO, no sabía que eras tú. De haberlo sabido antes ni me animaba - Mintió, pero esta vez muy segura, algo que desanimó a Federico.
La cena transcurrió amena, por lo menos para Federico y Doña Consuelo, que no hacían más que hablar gustosos de proyectos nuevos para el Platanal.
Aunque entre ellos dos no cruzaban palabras...Miradas sí, discretas por parte de Cristina, pasó mirándolo toda la cena, aunque al sentir su mirada volteaba a otro lugar, hecho que no pasó desapercibido para Federico, quien pasó en las mismas pero no disimulaba nada, a cada que quería mirarla lo hacía con toda la libertad del mundo mientras Doña Consuelo parloteaba de una y otra cosa.
Había llegado el momento, el tema que de verdad importaba...El motivo del "convite" salió a flote, así sin anestesia.
- Cristina. hija, sabes muy bien por qué Federico está aquí. - Expresó sin tapujo alguno.
Fue como un balde de agua fría para Cristina quien se encontraba anonadada mirando el firme rostro de Federico.
No sabía que decir o hacer... Esto era verdaderamente algo difícil, sí sentía atracción por Federico, pero el hecho de que quisiera tenerla forzadamente (al menos eso creía ella) la hacía reprimir cualquier clase de sentimiento, mostrándose reticente a todo lo que con él tuviera que ver.
Pero los sentimientos son algo que por más que trates nunca podrás ocultar, ellos fluyen y se hospedan en tu corazón sin permiso alguno, y algo que vive en ti no se puede esconder por mucho tiempo.
Cristina por más que tratara de esconder lo que comenzaba a sentir, por más tarde o temprano que fuere terminaría enseñando sus sentimientos, pero no por ahora. Ahora mostraría su "odio" hasta donde su cobarde corazón que se negaba a sentir pudiera ocultar detrás del odio aquel gran amor.
- Sabes mi decisión y no la voy a cambiar mamá - Tratando de mostrarse lo más tranquila posible.
- Hija, piénsalo bien. Federico te quiere, él...
- Una persona que compre o trate de forzar el amor, no quiere, simplemente tiene caprichos; y este señor es un vivo ejemplo de ello. – Interrumpiéndola.
- Cristina permítete conocerme, y permite que me acerqué a ti - Por fin habló. Era un hombre que sabía perfectamente hacer que su palabra se notase, pero tratándose de Cristina se mostraba ido e incompetente.
- No, y es un NO rotundo. No me vas tener nunca... Búscate otra que esté dispuesta a venderse porque yo... yo no estoy en venta. -Dijo esto en tono fuerte y frío, algo que poco a poco debilitaba las esperanzas de Federico - Sin más se retiró dando rápidas zancadas a su cuarto.
- Voy a verla - Le dijo Doña Consuelo bastante apenada a Federico, levantándose del comedor.
- No - Reteniéndola del brazo.
Federico se sentía bastante decaído por el tono frío que usó Cristina en toda la cena... Pero no! No se daría por vencido tan fácilmente, quizá ella no lo quisiera (pensaba él) pero se encargaría de enseñarle a amar, no se rendiría al primer intento, Cristina seria para él, esa morena de ojos hechiceros seria para él. - No Doña Consuelo. Déjela, ya tengo en mente la manera perfecta para que acceda. -Lo dijo con mucha seguridad y firmeza.
¿Lo conseguirá?
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Gracias por leerme, me hacen muy feliz con sus 🌟 y también sus comentarios. Les quiero🌸 un abrazo!
Ruffosandoval 💕
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¿Cuándo Dejé De Odiarte?
FanfictionÉl la quiere a como de lugar, ella no está dispuesta a dejarse... ¿estarán juntos? #CYF #HistoriaTekila ❤?