CAPÍTULO 26

1.8K 88 8
                                    

¿CUÁNDO DEJE DE ODIARTE?

Pensarlo y quererlo era algo muy diferente a estarlo viviendo, su corazón estaba latiendo muy deprisa, no decía  nada en lo absoluto solo podía pensar que iba a tener un hijo, un hijo UN HIJO!  Estaba completamente alarmado, esto tenía a Cristina con los nervios de punta ya que solo se quedo mirándola con los ojos muy abiertos, dijo algunas palabras casi inentendibles.

  - Dirás algo coherente? -Estaba ansiosa y expectante.

  - Vas a tener un hijo, un hijo de ambos, el hijo que tanto quiero- Logrando ahora hablar saliendo del trance.

  - Si mi vida, un fruto de nuestro amor. -Dijo emocionada y apretó con fuerza el volante- Sabes? No sé si seré una buena madre,si lo haré bien, no sé que hacer, es muy complicado, no estaba en mis planes yo... -Se empezaba a alterar, su corazón sentía muchas emociones para el momento,  sus ojos se llenaron de lágrimas.

  - Ya mi vida, yo también tengo mucho miedo, pero nada puede opacar la felicidad que sentimos, saber que en tu vientre se esta formando un ser de ambos me llena de alegría, eso es lindo, ya lo amo. -Se acerco a abrazarla para darle confianza, la necesitaba.

  - Te amo,eres lo mejor que me ha pasado.

  - Yo te amo más mucho más.

Minutos abrazados solo dándose apoyo mutuo y seguridad que solo ellos podrían darse, bajaron después al super.

Solo caminaban agarrados de la mano felices viendo cantidad de productos, no necesitaban nada ya que el sábado habían surtido todo.

  -Andamos haciendo nada, oye al final a que veníamos al supermercado? -Preguntó entusiasta.

  -Nada, solo quería darte la noticia de una forma... amm; poco convencional. -Le sonrió y al le pareció ver el sol.

  - Me encantó, por eso te amo eres única.


Iban por un pasillo bastante transitado, pero eso poco les importó, solo se agarraron de las manos, se miraron a los ojos y como ambrientos se sumergieron uno en los labios del otro, sí, sumergirse porque los besos son un manantial, se olvidaron del mundo,todo desapareció, solo estaban ellos dos entregándose a ese beso, algunas personas los miraban con disimulo, otras sonreían al ver la romántica escena, y una en especial le tapó los ojos a su esposo, pero que más daba, no importaba porque simplemente no los vieron, hasta que Cristina se separo un poco.

  - Mi amor nos están viendo -Apenada y ruborizada en sobremanera.

  - Pues que nos vean- Y volvió a capturar el vicio de sus labios, ella no se pudo contener y siguió el beso, porque no podía negarse a él,no quería, no podía.

Entre más besos robados y ahora sin ninguna pena, muchas palabras de amor. Salieron del super, solo compraron un par de cosas que a Cristina "le antojaron" entre esas cosas no pudo faltar ellas tal dichoso y tan amado para ella: Chocolate blanco.

  -Federico debo buscar algunas cosas que deje en la hacienda, recuerda que tu sacaste todo lo tuyo, yo no. -Ya iban rodando en la camioneta rumbo al Platanal  obviamente Federico ahora manejaba.

  - Pero como se te ocurre mi amor? No puedes andar movilizando te tanto, además no puedes hacer mucha fuerza,por Dios debes cuidarte mi vida. -Lo decía completamente alarmado sin quitar la mirada de la carretera.

  - Mi amor estoy en embarazo, no convaleciente. -Sonreía por su extremada preocupación.

  - Si yo sé,pero debes cuidarte, por ti y por nuestro bebé,  además por mi, porque si les pasa algo creo que moriría -Ella lo miro enamorada, amaba a ese hombre -así que mandare a buscar tus cosas.

¿Cuándo Dejé De Odiarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora