¿Cuándo Dejé De Odiarte?

CAPÍTULO 19

¿CÚANDO DEJÉ DE ODIARTE?

Cayeron exhaustos en la cama, eso habia sido completamente maravilloso, diferente.

Había sido un momento especial que siempre llevarían con ellos, así como el placer había sido desbordante el cansancio también los tenía inundados, por eso al caer en la cama se acomodaron frente a frente, mirando sus ojos por algunos segundos, segundos que para ambos fueron años perdiéndose el uno en ojos del otro, sonrieron con ternura antes de ir cerrando sus ojos lentamente para caer en un sueño profundo, al pasar la noche como si de imanes se tratase el uno busco el cuerpo del otro para transmitir paz en medio de un abrazo,ya no eran dos, eran uno solo ¡se necesitaban!
esa necesidad de sus corazones se daba a ver en la cercanía que sus cuerpos estaban obligados a tener para sentirse completos.

Despertaron demasiado tarde, es que no era para menos, con toooodo lo que hicieron la noche anterior verdaderamente...

Eran las doce del medio día, recien despertaban, estaban en la cama solo mirándose, fue Federico quien eligió dejar el silencio a un lado.

- Buenos días mi amor -La tenía abrazada, asi como la tuvo toda la noche, ella al despertar colocó su cabeza en el pecho de él, Federico sonrió y beso su cabello.

- Buenos días.-Sonriendo acarició su pecho.

- Gracias por darme esa noche maravillosa, todas las noches junto a ti son dignas de no salir de mi memoria -Ella lo miraba encantada- Pero definitivamente anoche fue diferente, fue maravilloso, más allá de la entrega carnal, te senti completamente entregada, libre.

-Gracias a tí por hacer que mi noche fuese maravillosa, gracias por dar todo de ti, para verme sonreír. -Acarició su rostro y alzó su cabeza para darle un pico- Te quiero Fede.

Y otra vez el bendito te quiero! Trataba de ignorarlo pero le era imposible, que no lo amara o mas bien que no se lo confesara le frustraba... ¿Que tanto le cuesta un te Amo? Se dijo.

La situación iba perfecta pero eso lo desencajo, Cristina notó el cambio en su rostro y hasta podría asegurar que un destello de tristeza en sus ojos.

-Hmm me, me voy a bañar -dijo sin ánimo.

- Te acompaño -Coqueta con voz melosa.

- No,digo es tarde luego nos demoramos -Con una sonrisa que para nada se asomaba a sus ojos, claro que moría de ganas por hacerle el amor! Ahí en la ducha, y en cualquier rincón de la casa pero ahora no, no estaba bien,no daría todo de sí, mejor así.

-Esta bien -Se sentía terrible,el la había rechazado, siempre era él el que insinuaba sus deseos, esta vez fue ella y él se negó, quizá no tenía ganas pensó,muy lejos de saber que el "mal" que aquejaba a Federico no era carnal,era del corazón y la causante... era ella.

Ya ambos arreglados bajaron a almorzar, Jacienta la cocinera de la hacienda les hizo un delicioso almuerzo, Federico echó a un lado ese tema y volvió a la normalidad respecto a Cristina ella no le quizo dar importancia al impace así que actuaron con la mayor naturalidad, él guardaba la esperanza de poder escuchar ese te amo algún día, y si no lo llegase a escuchar pues no importaría al fin y al cabo su corazón ya estaba por completo ligado al de Cristina,le era imposible, resultaba para él ya inconcebible estar lejos de ella...

- Federico quiero ir donde mi mama -Sentados en el patio rato después de almorzar -No me gusta que este sola, ya sabes... -Una idea llego a su mente- Por qué no nos mudamos al Platanal.

- No sé mi amor. -Dudoso, quería a su suegra pero ya el estaba acostumbrado a su hacienda.

- Andale di que si -Haciendo puchero.