CAPÍTULO 14

1.8K 96 21
                                    


¿CÚANDO DEJÉ DE ODIARTE?

- Te quiero Federico -Le dijo jadeante con la cabeza en su hombro teniéndolo aún dentro-

Seguimos...

Eso habia sido verdaderamente hermoso, se amaron con lentitud marcando en sus pieles el vivo amor que se encendía, la llama de pasión que ardía, el que uno confiese su amor y el otro decida callarlo no deja dicho que no sea amor, hay muchas manifestaciones del amor; y no precisamente todas se dicen...

- Gracias por hacerme el hombre mas feliz del mundo, gracias por ser no la mujer perfecta pero si la perfecta para mi, gracias por estar aquí, gracias por perdonarme. -Sus dedos largos y gruesos recorrían de manera tierna la espalda de Cristina.

- Gracias a tí, por...por esta noche, por todo! -Viéndole a los ojos- Gracias por tomarte el trabajo de querer que te perdonará, y gracias por todo esto! La decoración estuvo muy linda, los tulipanes,y el anillo...oh ese anillo no tiene comparación -Dándole la más sincera sonrisa-

- No hay nada que agradecer, la regué y tenia que pagarla -riendo-

- Baboso!- Contagiandola de su risa- No me gustan los engaños,los detesto -Cambiando su semblante de manera radical-

- Y jamás volverás a sufrir por uno,no te ocultaré nada mi amor- Se acerco a sus labios para tomar posesión de ellos.

Los besos son pequeños rayos de magia que te hacen volar, son vibras de felicidad que te pueden mover todo y hacer de tí un terremoto,besos que transmiten todo lo que tu boca calla pero tu corazón grita, besos así... como estos.

Sus lenguas danzaban a un ritmo avasallador, la velocidad del beso fue disminuyendo pero no el amor con que se besaban.

Te amo -estirando y succionando suavemente el labio inferior de Cristina.

Todas quisiéramos a este Federico en nuestras vidas, a pesar de que Cristina no se animaba a confesar su amor por él... peor aún él ni siquiera sabía si ella sentía amor, pero esa no era suficiente razón para que no se entregara sin medida demostrándole a cada momento cuando la amaba, no importaba si recibía o no a cambio, era un amor desinteresado de ese que ya en el mundo escasea, ese es el verdadero amor, el que entrega sin constancia de que recibirá algo de vuelta.

Luego de platicar un poco más, buscaron sus posiciones, sí porque todo ese tiempo habían permanecido en la misma posición: Cristina con Federico dentro, pero ¿por qué desencomodarse si a ella le gustaba tenerlo bien adentro y a él estar bien adentro de ella?

Burmieron muy abrazados, Cristina de espaldas a Federico, y Federico pegado a su espalda con una mano en su abdomen y la otra debajo de su cabeza, la apretaba como si no quisiera perderla.

Durmieron esperando que les depararía el día siguiente, que nuevos retos que nuevas historias que nuevos placeres, y así... El día llegó.

No había duda; se estaba enamorando locamente de ese hombre,era más que obvio que aún no lo aceptaría,ni siquiera sería capaz de admitirlo ella misma,pero esa era la verdad empezaba a amar a ese hombre atento que con sus atenciones se estaba metiendo sin permiso alguno en su corazón.

Ella despertó primero, estaba abrazandolo; le daba calor y la hacía sentir protegida aún durmiendo.

- Será que lo despierto? -En un susurro.

Por el cansancio y el sueño no vistieron sus pijamas; así que toda la noche estuvieron desnudos, la sábana estaba a la mitad lo que daba vista a Cristina para admirar el comienzo de este volumen que la volvía loca; tenía tantas ganas de tocarlo,estaba tentada mirándolo,sentada al lado del tumbado cuerpo de su esposo admirando todo eso que era solo de ella, ya estaba a punto de tocarlo cuando...

¿Cuándo Dejé De Odiarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora