¿CUÁNDO DEJÉ DE ODIARTE?
Pero que carambas!
Siempre los meseros llegando en el momento más inoportuno posible.
La tensión por lo que casi se da estaba latente, Federico lo notó y decidió cambiarlo.
- Se ve exquisita la comida no? - Mostrándole todos sus dientes en una perfecta sonrisa.
- Sí... - Asintió con nerviosismo.
El almuerzo transcurrió ameno entre temas triviales, una que otra vez las palabras cesaban y solo quedaban miradas, miradas intensas que hacían temblar a Cristina y a Federico lo llenaban aún mas de amor, sí de amor, ya lo había aceptaba... Estaba enamorado, y cuando ella se ruborizaba creía que moriría con tanta ternura.
- Te ves tan bella con tus mejillas rosaditas, cada vez que te recuerdo lo bella que estas se encienden más - Federico se había acercado a Cristina, con el pulgar rozaba de manera tierna su mejilla, sus labios estaban cerca, las respiraciones empezaron a acelerarse.
- Federico no- con voz apenas audible, este pedido no fue concedido porque no había articulado bien la frase cuando ya Federico tomo su boca en un beso avasallador, cristina mostraba cierta reticencia que se fue yendo al instante, se entregó al beso de manera plena; y como dice la canción, se olvidaron de todo, menos de ellos, solo existían ellos dos en su propio mundo.
Cuando amas es demasiado fácil viajar, la persona amada te hace volar a otros planetas, conoces con ella otros mundos, con cada toque, cada beso cada abrazo, te hace sentir en las nubes, muchas veces creemos que "tocar el cielo con las manos" es imposible, pero no es así, es más fácil y accesible de lo que crees, este era el caso de estos dos enamorados, el que uno de ellos aceptara el amor, y de la otra parte "no fuese correspondido" no quiere decir que no sean una pareja de enamorados, solo que esta pareja es muy poco... convencional.
El beso duró algunos minutos, minutos en los cuales se cohibieron de todo menos del deseo a entregarse completamente.
- Te quiero Cristina, cásate conmigo - Dijo contra sus labios.
- Es absurdo, hoy me casaré contigo - Despegando sus labios y mirando hacia al lindo ventanal del restaurante, así de lindo podría ser el amor, pensaba, pero no para ella, ella no estaba hecha para amar, el pasado golpeaba su mente; y se lo dejaba en claro, nadie la tomaría en serio jamás.
- Hablo de casarte por amor no de un contrato - Tomo su mano y beso los nudillos de esta- Yo te quiero.
- Pero yo no puedo casarme por amor, porque simplemente no te amo! -Definitivamente esta mujer lo volvía loco (en todos los aspectos) estaban logrando hablar con calma, y de un momento a otro cambió- Yo, yo te odio- (eso es lo que quieres; no lo que sientes) Le acusaba su voz interna- Has querido comprarme, me quieres usar, como me pides que me case por amor- Bufó.
- Trato de entenderte pero no puedo, estábamos hablando bien, hasta, hasta correspondiente a mi beso -Ella apartó su mirada- Mírame Cristina, acaso no sentiste nada?
- No, no sentí nada, un beso no es nada, y no significa nada! Por lo menos para mí no tuvo significado -Sus palabras fueron emitidas con tanta seguridad, que Federico sintió morir, la dureza de Cristina empezaba a dolerle aún más.
- Es mejor que nos vayamos, se nos hará tarde -Su voz sonaba decaída, algo parecido al estado de su corazón
El camino al Platanal fue bastante silencioso, nadie quiso decir nada, más bien, ambos querían hablar, pero el bendito orgullo de uno y el dolor del otro hicieron que el silencio reinara.
Federico llevo a Cristina al Platanal, saludo a Consuelo, se despidió de Cristina con un "Nos vemos" algo que la dejó desconcertada, quizá se le había ido la mano pensó.
La tarde la pasaron ocupados pero nuestros queridos protagonistas además de eso pasaron pensando el uno en el otro, sus mentes no hacían más que reclamarles la atención que se restaban cuando estaban juntos.
Ya eran las 5:30 PM y El Platanal era todo un mercado, corre y corre, arreglos por aquí y por allá, era algo íntimo y sencillo, pero para que todo quedara perfecto demandaba tiempo, mucha atención, y con la histeria de Doña Consuelo no era para menos, "aquí queda mejor el florero" "todo impecable por favor" "El vino que te encargué Vicenta" cosas así eran las únicas que se le escuchaban en ese día a la rubia.
Todo quedó espléndido, sencillo pero perfecto, la mesa de centro estaba llena de pasabocas exquisitos, a un lado las copas cuidadosamente organizadas, un lindo florero con orquídeas en la mitad de la mesa, solo era un pequeño brindis...
Ya Federico había llegado, estaban los testigos, los pocos invitados que querían, solo faltaba la no... Oh ya no faltaba la novia, esta venia bajando las escaleras tomada del brazo de su madre, bajaba con suma elegancia y espontaneidad, semblante tranquilo, su vestido era color blanco, por la insistencia de Doña Consuelo. Era hasta la rodilla, ceñido a su cuerpo resaltando sus curvas, manga corta, corte en V, el cabello estaba a modo natural solo con unas horquillas en las puntas, maquillaje con colores bajos haciendo brillar a un más el bello color de sus ojos verdes, tacones punta aguja altos estilizando su figura que hacían juego con el vestido. Estaba simplemente hermosa, Federico hubiese muerto si de amor era posible morirse, ella había captado la atención de todos, pero toda la atención de ella fue puesta en él... en Federico, se veía tan guapo así de smoquin, para ella estaba más bello que cualquier modelo.
- Te ves preciosa - Le dijo él cuando ya había llegado a su lado en un susurro - Ella solo sonrió.
La ceremonia fue oficiada de manera tranquila, pero llego la parte que aunque ya pensada, era la parte de la 'verdad'
- Federico Rivero, quieres recibir como esposa a Cristina Álvarez, prometiendo serle fiel tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, amándola y respetándola por toda su vida?
-Si quiero - Dijo él de manera fuerte mostrándole la sonrisa más bella y sincera a Cristina.
Ella había creado muchos muros en contra de Federico, muros que él a acá momento con lo más mínimo se encargaba de derribar, esta sonrisa había movido todo en ella, oh no! Ya empezaba a enamorarse! Eso no podía ser! No podía ser! El momento crucial para ella... Había llegado.
- Cristina Álvarez quieres recibir como esposo a Federico Rivero, prometiendo serle fiel tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, amándolo y respetándolo por toda su vida?
La mente de Cristina estaba hecha un embrollo "amarlo y respetarlo"... Sería capaz? Federico la miraba inquieto pero con una gran sonrisa, su madre le sonreía animándola, ella no sabía que hacer, de verdad quería esto? Estaba dispuesta a casarse en estas condiciones?
La Pregunta estaba hecha, la respuesta estaba en sus manos.
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Gracias por el apoyo a la historia por sus ⭐ (Que me encantan)
Esta história es más suya que mía. Escribo con amor y cariño para ustedes, gracias por leerme.❤ No olviden comentar y regalarme una ⭐paholita09 😘😘 Besitos
Ruffosandoval 💕
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¿Cuándo Dejé De Odiarte?
FanficÉl la quiere a como de lugar, ella no está dispuesta a dejarse... ¿estarán juntos? #CYF #HistoriaTekila ❤?