¿Cuándo Dejé De Odiarte?

CAPÍTULO 23

¿CÚANDO DEJÉ DE ODIARTE

Ninguno de los dos pudo dormir bien, pero bien el tiempo no se detuvo y ese transcurrir trajo un nuevo amanecer.

Cristina fue la primera en despertar, estaba fatigada y la angustia la carcomía, y si no era un malestar de enfermedad? Eso era lo que pasaba por su mente, estaba  desesperada y además sabía que quizá Federico estaba molesto de su actitud la noche anterior, no quizo actuar de esa forma tan grosera pero la presión de él y el malestar que tenia la exasperaron haciendola reaccionar de tal manera.

No sabía que hacer en el momento, quería despertarlo, pero temía su reacción, aunque se veía tranquilo, bueno eso pensaba sin saber que él paso una noche tan molesta como la de ella, lo despertaría,decidió después de tomar valor para arreglar  las cosas.

Se inclino un poco para ver su rostro ya que estaba de costado, era perfecto, un hombre totalmente hermoso, y que de manera tierna mostró su preocupación por ella, iba a resarcir su daño así que ¡manos a la obra!

Paso una de sus manos por su pecho acariciandolo suavemente metió  su mano entre la camisa, colocó su cabeza en la curvatura de su cuello y le dio un beso en la mejilla.

  -Federico, mi amor despierta -lo sarandeaba suavemente.

El solo dio la vuelta aun dormido quedando boca arriba.

  - Despierta dormilón. -Se pegó a su cuerpo y repartió picos por todo su rostro.

Aun no despertaba, se detuvo a ver su rostro, miro sus ojos cerrados y luego bajo a sus labios, labios que la volvían loca, sin poder contenerse junto sus labios a los de Federico, segundos después sintió como los labios masculinos también se movían ¡Había despertado! 

Federico se despertó sintiendo los tibios labios se Cristina junto los suyos, y que sensación más agradable, así que comenzó a mover sus labios al compás de ella formando un beso lento pero glorioso, la intensidad aumento y la pasión del beso quemaba, hasta que recordó todo su mal trato la noche pasada, no se la podía poner fácil siempre, ella tendría que aprender a medir sus acciones, así que separo sus labios de los de ella y con suavidad la alejo un poco de su lado.

  - Buenos días mi amor -formando una sonrisa a pesar de haber sentido el rechazo de él.

  - Buenos días Cristina -Seco.

  - Cómo amaneciste? -Tratando de suavisar el ambiente.

  -Bien gracias -Su expresión era dura.

  - Mi amor perdóname, mira yo sé que me comporte muy grosera ayer pero fue la presión -El intento hablar pero ella prosiguió- Déjame hablar por favor, mira discúlpame este, perdon.

  - Estas perdonada.

  - No me trates asi -Ya no sabia que decir, se le contrajo el corazón de la tristeza al ver su actitud dura.

  -Te estoy tratando normal. -Si ella podía actuar mal cuando quería por qué el no podía hacerlo? Pensaba- Permiso iré a darme una ducha.

  - Esta bien, pero quiero que te pongas en mi lugar, me siento mal, no quise actuar como lo hice, pero bueno. -Sus ojos se humedecieron estaba sensible.

  - Tranquila ya -Acurrucandola en su pecho, su plan era hacerle sentir lo mismo que ella le hizo sentir a él, pero verla tan vulnerable con los ojos anegados le impidió hacerlo- Ya ya, no importa, ya pasó.

  -No quiero que me trates distante mi amor. -Besando sus labios.

  -Y no lo haré, pero trata de controlarte mi vida, yo solo estaba preocupado por ti.