CAPÍTULO 35

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¿CUÁNDO DEJÉ DE ODIARTE?

"Heriberto Rios" Resonaba en su cabeza una y otra vez ese nombre, o más bien era ese hombre el que le resonaba, sus ojos verdes demasiado profundos, sus facciones fuertes, su expresión galante, o quizá su voz grave en tono marcadamente varonil era lo que le atraía... "Pero que hago fijándome en este Señor? Y mi marido aquí conmigo!" Eso fue suficiente para salir de su miramiento por ese doctor.

-Oh, entiendo. -Dijo luego de aparentar que había estado escuchandolo todo.

-El doctor Ruben tuvo que viajar, se presentó una emergencia en uno de los bloques del hospital, en un pueblo cercano y él tuvo que salir a atender. Pero me dejó al pendiente de las citas de hoy, entre las cuales hay un ultrasonido. Soy ginecólogo. - Todo lo decía mirando a Cristina como si Federico fuese tan solo un ser invisible. Este hecho no pasó desapercibido para Federico, quien ya empezaba a arder en celos.

- Pues entonces vendremos cuando Ruben esté -Intervino Federico con firme decisión, apretando la mano de Cristina y atrayendola más a sí.

- Eso no es recomendable, luego de fijada la fecha, no es bueno posponerla o adelantarla. -Lo dijo en tono burlesco. Como estaba disfrutando verlo molesto y en modo posesivo, Cristina era muy bella y no podía evitar mirarla de más, que estuviese casada poco le importaba.

-Si usted dice que no es recomendable, entonces se hará hoy doctor, yo quiero el bien de mi hijo-Intervino ella por fin. - Además ya estoy ansiosa por saber el sexo del bebé. -Sonrió emocionada olvidando de momento la situación incomoda que le hacía sentir ese hermoso hombre.

-Cristina pero... -Protesto no muy convencido Federico.

- Mi amor, por favor. -Lo miró suplicante y él como nunca podía negarse a algo que ella pidiera accedió.

-Está bien, será como quieras. -Ella le apretó la mano sonriendo agradecida, pues sabía el trasfondo del porqué él no quería la presencia de ese doctor, conocía muy bien a su celoso esposo.

-Entonces pasemos. -Invitó en un gesto victorioso para que prosiguieran.

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Cristina reposaba en la camilla luego de que Heriberto tomase sus signos vitales, y haberse acomodado, esperando muy ansiosa por saber el sexo de su bebé, Federico estaba a su lado con la misma ansiedad y emoción que ella, aunque este tenía un sentimiento más:Celos. Sí, muchos celos, tonto no era. Y bueno, hasta un ciego vería la forma en que ese "doctorcito" miraba a Cristina queriendo casi desnudarla, nadie podía mirar así su Cristina, ella era de él! Solo de él. Por eso, solo él tenía el derecho de verla de aquella forma.

-Tu embarazo pinta muy bien Cristina, veo todo en absoluto orden.

- Oh, gracias a Dios, pero doctor, ya podremos conocer el sexo de mi bebito? -Dijo emocionada, apretando fuerte la mano de Federico, quien permanecia callado, solo observando todo.

- Claro que sí, Cristina. Veamos...

- Será una niña, lo puedo sentir. -Susurró ella con los ojos húmedos y muchos sentimientos a flor de piel.

- Será un varón, un hombre como su padre. -Expresó orgulloso, olvidando por momento esos celos descontrolados.

-Es, es una niña; tendrás una bebé Cristina... -Dijo Heriberto, quien siempre se dirigía solo a Cristina, luego de tener su vista fija en la pantalla mientras movía el transductor.

El corazón de Cristina estaba a todo dar, latía fuerte, aleteaba emocionado, Federico estaba de igual forma. Tendrían una hermosa princesa! una tierna niña que quizá heredase todo de su madre o tal vez, sería muy parecida a él, todos esos pensamientos los llenaban de emoción, y las lágrimas no se hicieron esperar.

¿Cuándo Dejé De Odiarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora