¿CUÁNDO DEJÉ DE ODIARTE?
- Federico mi amor - Dijo con voz coqueta.
Deborah es una prostituta, la más codiciada del pueblo, se había empeñado en "tirarse" a Federico y cumplió su cometido, no una sino muchas veces, para Federico eso no pasó de encuentros sexuales para satisfacer sus necesidades, pero ella lo quería para sí, y no descansaría hasta conseguirlo...Al precio que fuera.
- Cuantas veces debo repetirte, que no te quiero ver Deborah.- Dijo fastidiado levantándose de la cama.
- ¿Cuántas veces te he dicho que no lo haré? - Su poca dignidad no hacía nada de efecto, se acercó a él con una sonrisa pícara acariciando su pecho sutilmente.
- Vete ahora mismo - Le ordenó, quitando bruscamente sus manos que reposaban en el pecho de él.
- Vamos, sé que me quieres en tu cama, has de estar necesitado... - Al ver su erección.
Erección que para nada había provocado ella, era por Cristina, en su cama no hacía más que imaginarse con ella haciendo...Haciendo algunas cosas, Cristina, Cristina; oh cómo es posible que siga estando en el mismo cuarto con una golfa faltando el respeto a Cristina, sí porque así lo sentía él, no eran nada, pero ya ella era todo... Ese sentimiento al que no quiso poner nombre, estaba en aumento. Sin pensarlo dos veces sacó a empujones a Deborah.
- No te quiero volver a ver, no quiero nada contigo - Empujándola fuera de la casa.
- Voy a volver y te arrepentirás de haberme rechazado Rivero, lo vas a lamentar. – Dicho esto partió con la poca dignidad que le quedaba, bueno si es que tenía.
-Ay mi Cris, ya te quiero ver. -Suspiró como típico adolescente enamorado.
EL PLATANAL
Cristina y su madre estaban a la mesa, almorzando para luego salir al pueblo a organizar todo para la dichosa cena. Solo su madre pensaba en ello porque Cristina ya lo había olvidado.
- Cristina por Dios mira ya que hora es! - Mirando alarmada el reloj de mano que llevaba.
- Mamá apenas son la 3 de la tarde, además te dije que podías comer sin mí. - Pensaba que su madre hablaba de lo tarde que estaban comiendo.
- Sí que tienes esa cabeza hueca como tu padre -lo decía divertida. Aunque añoraba la presencia de su esposo, no pudo evitar un deje de tristeza al pronunciarlo- Creo que ya has olvidado nuestra salida al pueblo, Cristina. Para lo de la cena.
-Ah, sí. Lo había olvidado, pero hablando de la cena ¿Quien es el invitado madre? - Si no se acordaba de la cena, que se iba acordar de cuestionar por el invitado. Así que preguntó curiosa ya que su madre no era de andar organizando cenas, ni de hacer invitaciones a nadie. Desde que su padre murió era bastante reprimida.
-Hmm, pero quiero que lo tomes con naturalidad si? - Estaba bastante nerviosa- El invitado es Federico. -Soltó sin filtro.
La furia de Cristina se colocó a mil, pero ¿Como era posible que su madre invitara al condenamente guapo ese! Y ni siquiera le avisara?
Lo que en realidad temía era enfrentarlo nuevamente. No era capaz de verle a la cara. No después de semejante beso, pero jamás se lo demostraría, lo haría ver como muestra de debilidad, sí, eso. Nada más.
- Cómo es posible que invites a ese animal a nuestra casa y ni siquiera lo consultes conmigo, mama? -Esto lo dijo en un tono de voz más alto del que quiso, mientras movía sus manos de forma agitada.
-Hija, solo quiero que se conozcan más, ustedes se van a casar y ...-Para ser sinceras, mucho antes del "trato de pago" ya su madre conocía a Federico y le parecía un buen partido para su hija, por eso había decidido ayudarle, no sólo por saldar aquella deuda. Aunque bien lo necesitaban.
- Te lo diré una vez más: ¡NO ME CASARÉ CON ESE ANIMAL! -Para entonces todos sus sentidos se habían alterado.
- No se diga más. Trátalo y luego decides. No dejes pasar el amor -Levantándose de la mesa para la salida.
Esto que dijo su madre la dejó en una sola pieza... ¿"amor"? ¿Como era que ella hablaba de amor? No era difícil de entender, aunque su hija tratara de esconder la atracción que sentía por Federico con sus toscas palabras hacia él, lo único que demostraba era que lo empezaba a querer... Su madre conocía ese sentimiento muy bien, eso mismo quiso hacer ella al principio con Severiano, ya que su matrimonio fue "arreglado" pero cuando quitó las barreras, un hermoso sentimiento fue floreciendo entre ellos: El amor. Hasta el punto de extrañarle por dos años, como si su muerte hubiese sido ayer.
- Ay mamá que cosas dices, mejor vamos a ir al pueblo para comprar lo de la cena -No halló otra salida para evadir el tema que la hacía sentir al descubierto.
Luego de su salida al pueblo, se la pasaron preparando todo para la cena, aunque pasó ocupada en ensaladas, puré y cosas de la comida, eso no le impedía pensar que dentro de escasa una hora lo vería nuevamente... Vería su lindo rostro, vería su cuerpo atlético... Ya de pensar en eso la temperatura comenzó a elevarse, así que decidió concentrarse en lo que estaba cocinando junto a su madre, aunque ni tan concentrada ... Su mamá tenía ya tiempo llamándola y ella parecía en otro planeta. El más lejano para ser precisos.
- Cristina! -Ella se giró asustada por el grito- Si no te gritaba me pasaba toda la noche aquí...En que tanto pensabas que tienes esa sonrisa eh? - Mientras la codeaba.
- Nada mami, te andas haciendo ideas que no son, mejor dime que querías. -Evitando el tema como ya lo había hecho en la tarde.
- Eso de cambiar de temas se te está haciendo costumbre. Bueno ya ya - Viendo a Cristina rodar los ojos - Pásame la salsa.
El tiempo volaba; ya eran las 6 de la tarde y apenas terminaban la cena, tenían el tiempo justo para arreglarse. Su invitado llegaría a las 7:00 PM
Su madre subió a su recamara a arreglarse mientras ella hizo lo mismo.
HACIENDA OJO DE AGUA
Federico estaba que no cabía en su cuerpo, ya quería ver a Cristina, ya quería tenerla cerca, tan solo un beso y ya lo tenía arrastrando la baba ¿Se imaginan cuando pase algo más?
Se quería ver muy bien pero no muy formal, la cena no sería nada de etiqueta, así que optó por unos jeans y una camiseta roja que le sentaba por su tez blanca, se pegaba a su cuerpo marcando "involuntariamente" sus pectorales bien marcados.
EL PLATANAL
Cristina aún no decidía que se pondría, quería verse bella, quería que él la viera hermosa, se quería arreglar para él, y aun así no aceptaba que le atraía.
Al final se decidió por un vestido beige sencillo pero lindo, que marcaba su perfecta figura, era ceñido a su cuerpo con corte en V algo que hacía ver el principio de sus pequeños pero firmes y redondeados pechos, se hizo una coleta con ondas, algunos mechones de cabellos lisos por fuera dando un toque sexy.
Estaba terminando su maquillado, uno sencillo pero que resaltaba sus rasgos, el color de sus ojos verdes tenían un brillo especial y no era precisamente por el maquillaje. No era para nada ostentosa así que se veía sencillamente linda.
- Cristina, Federico ha llegado. - Sentenció su madre tras la puerta.
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¿Cuándo Dejé De Odiarte?
Fiksi PenggemarÉl la quiere a como de lugar, ella no está dispuesta a dejarse... ¿estarán juntos? #CYF #HistoriaTekila ❤?