Reencuentro

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Un alma sincera y bondadosa lo es por lo aprendido durante toda su vida y solo ellas pueden dar una sonrisa ante todo momento, tal vez no siempre sean del todo sinceras, pero si son alentadoras y tranquilizadoras. Porque solo esas sonrisas pueden hacerte sentir que todo esté bien y darte la fuerza necesaria para continuar, solo esas personas logra darte tranquilidad aunque ellas no la sientan, pueden darte alegría aunque ellas estén tristes. Solo vasta su presencia.

Miho había esperado años para volver a verlo. Estaba frente a ella cambiando de muchas formas, lo noto desde el momento en que lo vio, ella estaba igual, tal vez no habían sido muchos años, pero los que habían pasado habían hecho mucho en ellos, no solo en su persona, también en su vida. Ninguno de los dos decía palabra alguna, solo se miraban fijamente, absortos el uno en el otro -¡Seiya!- hablo Miho haciendo notar su alegría y sorpresa
-¡hola, Miho!- hablo Seiya lleno de alegría llevando una mano a su cabeza. Unos instantes después Miho lo abrazo. Estaba feliz. Después de todo él le había prometido volver -A los chicos les dará mucho gusto verte- comento después de separase de ese abrazo
-¡Entonces vayamos!- Miho asintió con una dulce sonrisa. Al llegar al orfanato los niños corrieron a verle, Miho no era la única feliz con su regreso. En el orfanato todos le extrañaban -También es un gusto verlos
-¡Ahora Miho ya no estará triste!- un pequeña había gritado en medio del todo aquel cuchicheo formado por los niños, Miho le cubrió la boca bajando la cabeza para evitar que vieran su sonrojo
-Ya es hora de la cena- anuncio Miho para quitar su incomodidad y había funcionado, todos los niños, incluyendo Seiya, corrieron a tomar un lugar en la mesa.

Miho realizaba sus labores, después de la cena, mientras Seiya se había quedado con los niños. Erii entro a la cocina y se recargo en la puerta -¿Cansada?- le pregunto Miho sin dejar de hacer sus labores
-Un poco
-Entonces siéntate y te sirvo de cenar
-No te molestes, Miho, yo lo hago. Además, vi a Seiya afuera con los niños
-Sí, vino de visita
-¿Y vino solo?
-Si Erii, vino solo. Me parece que los demás están en casa de Saori Kido
-Claro- dijo en un suspiro, se sirvió la cena mientras Miho terminaba con sus labores
-Iré a acostar a los niños
-Termino de cenar y vamos juntas, mientras ve con Seiya- Miho asintió dándole una sonrisa, salió a ver a los niños y Seiya. Todos jugaban con el caballero de Pegaso quien ya se veía un poco cansado. Habían provocado que Seiya corriera por todo el patio intentando escapar de ellos
-Vamos Miho- le grito Makoto -corre o te pondrás gorda
-¡ya verás Makoto!- grito antes de correr detrás de él. Seiya reía de ella por lo que Makoto le había gritado, cuando Miho estuvo cerca de Seiya lo aventó con fuerza lo que hizo que Seiya perdiera el equilibrio y terminara en el suelo. Mientras Miho siguió corriendo detrás de Makoto
-¡Corre Makoto!- le grito Akira
-Makoto ya no tiene salvación- le comento Tatsuya a Akira, ambos niños comenzaron a reír
-¡Ayúdenme!- grito Makoto asustado
-sube al árbol- le grito Akira
-no subas, Miho se enojara más- Grito Tatsuya. Varias vueltas después Makoto se veía muy cansado mientras que Miho apenas y mostraba señales de estar cansada. Miho decidió dejarlo en paz, había sido suficiente
-¡Vaya, Miho! me sorprendes- le dijo Seiya
-no empieces Seiya- Seiya soltó la carcajada molestando a Miho provocando que esta le soltara un golpe en la cabeza
-¡Auch! ¡Miho!- dijo mientras sobaba su cabeza
-Tú te lo buscaste Seiya- le dijo Makoto provocando una mirada fulminante por parte de Miho. Erii se acercó a todos y Makoto corrió a esconderse detrás de ella
-Es hora de dormir chicos
-Un rato más Erii, por favor- suplicaron los niños
-lo siento chicos, pero ya es tarde y mañana tienen clases- todos renegaron pero a Erii y Miho no les importo
-creo que igualmente me voy- se despido Seiya
-Fue un gusto volver a verte- le dijo Erii
-Igualmente Erii- Erii y los niños entraron a la casa dejando a Seiya y Miho solos -adiós Miho
-hasta luego Seiya- Miho se acercó a él y lo abrazo, Seiya respondió torpemente el gesto, cuando se separaron Miho lo acompaño a la entrada y le dio un beso en la mejilla, luego se cuestionaría su atrevimiento. Seiya se ruborizo un poco por el gesto, y comenzó a caminar, diciéndole adiós con la mano.

Miho volvió a la casa para ayudar a Erii con los niños. Después de eso se fue intentar dormir que mucha falta le hacía, pero no lograba hacerlo. Estaba feliz, había sido muy lindo verlo de nuevo, estaba maravillada con ese hecho, ya que durante mucho tiempo creyó que jamás volvería a verlo

Las horas habían pasado convirtiéndose en días, estos en semanas y estas en meses, Seiya no había vuelto a aparecer. Para Miho era normal, pero aun así estaba triste, claro, siempre ocultando ese hecho.
Miho estaba en el muelle mojando sus pies con el agua del mar, admirando las estrellas, sonriendo al verlas brillar, el viento golpeaba su rostro y agitaba sus cabellos de forma graciosa, la piel se le erizaba al contacto con este. Todo era hermoso. Las estrellas y la luna llena se reflejaban en el mar, el sonido del olaje era relajante y tranquilizador, el perfecto ambientador para esa linda noche. Amaba contemplar las estrellas y sentir el viento porque se sentía libre, se sentía en otro mundo. Un mundo donde nada importaba, donde solo existía ella y ese hermoso paisaje. Cerró los ojos para apreciarlo más e imaginarlo, guardarlo en su mente. Para disfrutar del viento de esa noche.
-Hermosa noche- le dijeron a su espalda
-Lo sé- contesto sin prestar atención a otra cosa más que a sus pensamientos acerca del lugar, ni siquiera a la persona que le había hablado. Manteniendo sus ojos cerrados
-Pero creo que deberías irte, comienza a hacer frio, tus pies están mojados y te puedes enfermar
-Solo un rato más, quiero disfrutarlo un poco más- contesto sin pensar
-Entonces ¿Puedo sentarme?- abrió los ojos lentamente para mirar a la persona que interrumpía su momento. Sorpresa, alegría eran perceptibles en su mirada, pero un poco de molestia se reflejaba en su cara
-Como quieras Seiya de Pegaso- el despistado chico no se dio cuenta de la molestia en las facciones de su amiga y sin más se sentó a su lado
-¿Cómo has estado, Miho?
-Bien- contesto con simpleza
-Me alegro mucho- el ambiente se había puesto incómodo para Miho, no esperaba encontrárselo ahí o bueno que la encontrara ahí y la distrajera de sus pensamientos. Él chico no parecía notar en lo absoluto su pequeña incomodidad y continuaba tan natural como él era, tan abierto, alegre y espontaneo. Se habían quedado en absoluto silencio hacía rato, pero él seguía sonriendo
-¿Ya has cenado?- le pregunto Miho tratando de romper su incomodo momento
-No- contesto Seiya con su radiante actitud
-vamos al orfanato, te preparo algo- Seiya no se opuso, comida era comida y Miho sabia cocinar muy bien
Luego de esa noche Seiya visitaba más seguido el orfanato, tardaba un par de días, aunque algunas veces desaparecía por largo tiempo

La Etapa Del Caballero [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora