Un nuevo adiós

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Cuando Miho despertó casi se infarta al ver donde estaba... Seguía en el orfanato
Se levantó y corrió a la cocina- Buenos días, Miho…- Saludo Erii con una sonrisa y Miho se sintió como hacía años, levantándose y recibiendo un “buenos días” por parte de su amiga, y entonces deseo que así fuera, que siempre al despertarse se encontrara en ese lugar, aquel lugar que la hacía sentir en casa y un gran sentimiento cálido  
-Buenos días- respondió con un amplia sonrisa
-Ve a darte una ducha. En la habitación hay algo de ropa que dejaste
-Gracias- Miho volvió a la habitación y se apresuró a darse un baño para ayudar a Erii con los niños 
-Miho- Hablo Erii mientras serbía el desayuno para los niños 
-¿Si, Erii?-
-Estás muy distraída.  ¿Sucede algo?- Erii había notado a Miho extraña desde que se levantó, si la conocía, y aún lo así, sabía que algo le pasaba  y que no le diría nada a amenos que se lo preguntase
-¿Tú lo sabias?- Erii la miro fijamente, no sabía a qué exactamente se refería  -¿que pretenden adoptar a Mei?- Erii sonrió un poco nerviosa y la miro a los ojos
-Si...si lo sabía- dijo sin ningún rastro de duda en su voz, era lo mejor, ser sincera y directa 
-¡Por qué no me dijiste nada!
-Por esto. Porque te ibas a poner mal -Miho suspiro quería llorar, pero no podía. ¿Quien era ella para impedir que Mei tuviera una familia?- Miho- Hablo demasiado calmada Erii para intentar calmar a su amiga 
-Estoy bien, estoy bien
-amiga... Sé que no lo estás- Erii no quería ver a Miho en esas condiciones, pero siempre supo que sería imposible
-No puedo hacer nada... Volveré a irme en un par de días y no puedo simplemente llevármela
-Lo se amiga- Erii le tomo una mano para darle ánimo, era lo único que podía hacer 
-Hablare con ella para que acepte irse con aquellas personas- sentencio Miho mientras se ponía de pie, limpiando las lágrimas que la traicionaban 
-Miho... La conoces mejor que yo.  Y aun así… ¿crees que la convencerás?- Erii sabía que era difícil para su amiga, pero tenía que hacerla ver la realidad, Mei era una niña con decisión y carácter. Aunque no dejaba de ser una niña 
-Tengo que hacerlo, merece una familia- Miho lo decía desde el fondo de su roto corazón, deseaba lo mejor para todos y sobre todo para esa pequeña que ilumino su mundo cuando llego 
-¿Y tú?- Aunque el cuestionamiento  de Erii la tomó por sorpresa sabía exactamente que responder 
-Quién soy yo para evitar que la tenga
-Eres la persona que la cuido. Eres como su madre ¡Porque no lo entiendes!- Al parecer sus palabras no convencían a su amiga
-¿Sucede algo?- Una tercera persona había ingresado a la cocina
-Seiya. ¿Qué haces aquí? Llegas más temprano de lo usual- Miho le dio la espalda y se acercó a la estufa, no quería que la viera en esos momentos 
-Ya que Mihori no llego. No hubo desayuno- Lo dijo tan despreocupadamente, causando risa en Erii  
-¿¡No llego!?- Preguntó Miho haciéndose la sorprendida
-No, eso fue extraño es como sí lo hubieras predicho
-Quieres desayunar- preguntó para desviar la conversación, con una de las mayores debilidades de Seiya. COMIDA.
-¡Claro!...-  Miho agradeció que eso siempre funcionara. Mei entro a la cocina muy deprisa. Se detuvo al ver a Miho ahí platicando con Seiya, se le notaba un poco asustada 
-Miho- Llamo con un pequeño susurro que fue bastante audible para la mencionada 
-¡Mei! deberías estar desayunando
-Te vine a buscar, creí que te habías ido- Miho noto la tristeza en las palabras de Mei y suspiro 
-No pequeña, aquí sigo- Le dedico una sonrisa que logro tranquilizarla, y no solo a Mei, sino a Seiya, quien estaba igual de preocupado de no volverla encontrar. Mei se sentó junto a Seiya y este la miro extrañado
-¿Por qué no estas con los demás?- Le preguntó Seiya haciendo notar su preocupación
-Quería estar contigo- Respondió bajando la mirada  
-¿conmigo? ¿Por qué?
-Te iras - Seiya trago saliva. ¿La niña era demasiado perspicaz o leía mentes?
-¿Porque dices eso?
-Estás nervioso y miras muy seguido a Miho- En definitiva era muy perspicaz cuando se lo proponía 
-¿Eso es cierto, Seiya?- Ahora fue el turno de cuestionar de Miho. Seiya respiro profundo para luego responder 
-Sí, Saori me envió una carta diciendo que era momento de volver
-¿De verdad? - Miho sentía un mar de nervios en su interior -¿Tu y Mihori vuelven tan pronto?
-No, solo yo... Mihori se queda- Miho suspiro con un poco de alivio 
-Ya veo.
-Saori dijo que le daría un par de días más aquí en Japón, pero era importante que yo volviera- Miho la miro preocupada, ¿porqué Saori haría eso? 
-No es nada grave ¿verdad?
-De ser así, me hubiera llamado con urgencia y también a Mihori- Miho asintió, eso era muy cierto 
-Me alegró mucho verte otra vez. -Saborea tus mentiras- Miho sacudió levente su cabeza para alejar ese vocesita en su cabeza. Últimamente su conciencia se le hacía insoportable 
-Sucede algo- tal vez el moviento de su cabeza no había sido tan leve mente
-No nada, solo... una mosca- Dijo con una sonrisa
-¿Que quieren hacer hoy?- pregunto Seiya, bastante animado 
-Les parece si vamos a dar un paseo por el mar- opino Miho, tal vez en Grecia también tuviera, pero no era precisamente lo mismo  
Pidieron permiso para sacar a los niños del orfanato y llevarles a la playa. Pasaron la mayor parte del día en el lugar. Hasta que llegó la hora de comer y tuvieron que regresar. El resto de la tarde la pasaron Miho y Seiya juntos. Ya que Mei había insistido en quedarse
Al anochecer Seiya se despidió de ella. Y la dejo frente al orfanato -¿A qué hora sale tu vuelo?
-Viajo en el avión de los Kido, me voy a las 9:00 AM
-Ahí estaré entonces
-Hasta mañana- Seiya llego a la mansión. No había nadie en el lugar así que fue directamente a su habitación. Rato después escuchó la puerta abrirse y salió de su habitación
-¡Mihori!
-¡hola, Seiya!. ¿Cómo estás?
-ah bien ¿y tú? No llegaste a noche- Miho sonrió, con esas cosas de parte de Seiya sabía que le importaba como Miho o como Mihori, aunque también estaba el hecho  de que Seiya se preocupaba por todos  
-Así. Me quedé en casa de una amiga- Mintió nuevamente 
-Está bien
-¿Quieres cenar?, porque yo sí
-Sí. Te acompañó- Una vez más la comida la salvaba 
-adelántate, me iré a cambiar
-Está bien, te espero en la cocina- Miho corrió a su habitación a ponerse su pijama luego hizo la cena
-¿Ocurre algo Seiya?- Lo había notado demasiado pensativo desde que llego del orfanato
-Nada de preocuparse, solo que tengo que decirte algo- Miho lo miro extrañada, aunque claramente él no lo noto 
-¿Qué sucede?
-Tengo que irme mañana temprano. Saori me ha pedido que vuelva
-¿De verdad?- Miho se sentía mal, nuevamente mentía, fingía que no sabía nada.
-Sí. Solo yo, no te preocupes- Se apresuró a aclarar antes de que su compañera sacara conclusiones 
-Ah está bien, supongo que te alcanzaré en un par días
-Supongo que no iras a despedirte al aeropuerto- comento 
-No.  No puedo, tengo algo que hacer en la mañana, pero puedo prepararte algo antes
- Me alegra que digas eso.
-Jajaja, todos son iguales. Solo piensan en mi comida
-Si no supieras cocinar nadie la extrañaría
-¿Ahora es mi culpa?- cuestiono haciéndose la ofendida 
-Yo no dije eso
-Pero lo insinuante- ambos empezaron reír a carcajadas
-Será mejor ir a dormir. Supongo que tienes cosas que hacer antes de irte y no eres de  los que les gusta levantarse temprano
-Eso es cierto- le contesto con una sonrisa.  Miho lavo todo antes de ir a la cama.

La Etapa Del Caballero [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora