El santuario de Hera

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El dolor se detuvo, ya no sentía nada. Abrió lentamente los ojos estaba sumergida en la nada, solo un lugar totalmente blanco, sin ningún ruido, solo estaba ella como un fantasma el cual no se nota. Se sorprendió cuando el lugar cambio.

Ahora estaba en un lugar tranquilo, con un hermoso jardín, el viento soplaba tan tenuemente que apenas lo notaba, el olor era dulce y fresco, el cielo totalmente azul. Con algunas nubes le daban el aspecto de un paraíso, el sonido de un riachuelo la relajaba totalmente, giro en sus talones para apreciar mejor el lugar y se encontró frente a una construcción similar a la casa de Atenea solo que este parecía estar hecha en su totalidad con oro. Había una fuente a cada lado de lo que parecía ser la entrada, dio un par de pasos y una mujer salió del que parecía ser un santuario
 -Miho- para la mencionada las cosas se ponían extrañas, ¿Dónde estaba? y más importante como es que la conocía -Sígueme - Miho dudo un instante, pero sabía que si quería respuestas no las encontraría ahí parada. Iba un par de pasos detrás de la joven, se detuvo frente a unas cortinas -La esperan dentro - Miho la miro con duda y camino cuidadosamente.
Sintió un cosmos bastante poderoso, pero también cálido. Similar al de atenea -Vamos Miho, pasa- Le dijo una voz femenina. Miho siguió caminando hasta llegar frente a una hermosa mujer

-¿Quien es usted?-. Por las imágenes de aquella ilusión, sabía que era una diosa.  Pero no estaba segura de cual. No se había mencionado su nombre en aquella ocasión.

-Te he esperado durante años, sabía que tardarías, pero nada salió como lo esperaba. Vamos, ponte cómoda, ya tendremos tiempo para hablar

La habían arrastrado de ahí para haya, por todos lados de ese lugar, cambiando su atuendo, su peinado. No sabía dónde estaba, se sentía tranquila en aquel lugar, todos habían sido amables con ella Y después de varias horas le habían llevado a una habitación y dicho descanse. El lugar era grande y había manjares por todos lados. ¡Vaya! que estaba más que asombrada y con demasiadas preguntas en la cabeza. Sabia que no obtendría repuesta en ese momento. Se acostó sobre la cómoda cama que ocupaba el lugar y quedo en los brazos de Morfeo al instante

Despertó cuando los rayos del sol dieron en su rostro. Salió de la habitación y en seguida encontró con una mujer -La están esperando, sígame- Miho no cuestiono ni objeto, solamente la siguió -Buen día, Miho

-¡Buen día...!

-Hera- Le dijo la mujer frente a ella 

-¿¡Hera, como la diosa!?- Pregunto asombrada

-No como la diosa, La diosa-  le respondió una de las mujeres del lugar- Miho sufrió de un colapso mental. Debió deducirlo ¿Cómo es que no había relacionado nada?, si horas antes estaba con Shaka

-Sé que tienes preguntas y dudas que quieres aclarar. Vamos a tomar el desayuno y luego hablamos todo lo que quieras. ¿Te parece?- Miho asintió lentamente, sentía como si hubiese perdido el habla. Ambas caminaron al jardín Miho no había visto ese lugar entre su rápida caminata en el día anterior. El desayuno fue tranquilo y un gran manjar, Miho jamás había visto tanta comida junta Al terminar se fueron a otro lugar del mismo jardín ambas tomaron asiento en unas lindas sillas

 -Puedes preguntarme- Miho guardo silencio unos instante. Debía pensar bien lo que preguntaría  -¿Porque me escogió a mí?

 -Puedes preguntarme lo que sea, se todo sobre ti y las personas que te rodean y conforman parte de tu vida, al igual de quienes la conformaron. ¿Y esa es tu primer pregunta?- Miho pensó unos instantes, esa era la única pregunta que tenía. La única que representaba todo. Pensó en preguntarle algo sobre su familia, de sangre pero eso lo había dejado muy atrás hacia tanto tiempo que prefirió continuar

La Etapa Del Caballero [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora