¡Hola a todas mis pequeñas lectoras! Sí, hoy es sábado de milagros, de sucesos inesperados venidos de la mano de su dramática e inestable autora Rasen-san :v Sí, porque hoy después de cuatro meses sin actualizar este fic, llegó y les traigo un capítulo mucho más dramático que el anterior C: Supongo que es normal porque ya estamos a nada de cerrar esta historia (owo)9 Así que disfruten, no dejen en dejarme sus dudas y odio hacia mi persona por jugar con sus corazones como lo he venido haciendo desde que empezaron a leer esta historia jojojo. Y bueno, me queda decirles que en 2 capítulos (y máximo 3), este fanfic se nos acaba T_T. Ahora sí, ¡disfruten!
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Colgó el teléfono en automático, como si su cuerpo estuviera programado para ello. Sin embargo, su mente no estaba más allí, estaba justo donde su anatomía ansiaba estar con soberana desesperación. Pero sus piernas no le respondían, al contrario, temblaban, como si en cualquier instante fueran a desmoronarse y arrastrarle directo contra el suelo. Y era algo que no podía evitar. No había otra manera de reaccionar ante la terrible y amarga noticia que le fue comunicada hace unos minutos atrás.
Por un instante creyó que era una mentira. Pensó de esa manera hasta que sintió su celular vibrando en su mano. Era la misma persona, y seguramente, con la misma mala noticia. Así que despabiló, importándole un bledo su trabajo y todo lo que tenía pendiente por hacer. En ese momento no tenía cabeza para pensar en algo que no fuera abandonar el edificio y dirigirse lo más antes posible a aquel desagradable lugar denominado como hospital.
Tomó el primer taxi y miró por la ventana sin interés alguno, como si todo careciera de importancia y color. Lo único en lo que tenía su atención era en la brisa que empezaba a caer y a enfriar poco a poco a la oscurecida ciudad. Aunque eso duró poco. Ahora sus pupilas miraban el hospital.
Descendió, tragó saliva y se armó de valor para entrar. En la sala de espera se encontró con quien se había comunicado con él. Y para fortuna suya, había otro par de rostros familiares allí.
—No...puedo creer que algo tan horrible como eso haya pasado...—Kise no podía evitar la angustia que le carcomía el alma. Era un libro abierto cuando de emociones se trataba—. ¿Cómo pudo pasarle algo así? ¿Por qué a él...? —¿servía de algo sentirse culpable? Claro que no. Pero no podía evitarlo—. Y bien, ¿qué han dicho los doctores?
—Hasta el momento no nos han dado noticias —respondía Momoi con cierta intranquilidad reflejada en sus rosáceas pupilas—. Después de que trajeran a Daiki al hospital, se lo llevaron directamente a cirugía.
—Así que el accidente fue...grave —Ryouta se sentía desfallecer—. Alguien debe de saber algo sobre su estado.
—De momento tendremos que esperar, Kise —Taiga entendía perfectamente cómo se sentía y por eso intentaba alejarlo del pánico—. Aomine no caerá con algo tan simple como eso. Los idiotas como él son mucho más resistentes de lo que te imaginas.
—Kagamicchi...—susurró, con una tenue sonrisa embebida de pesar y confort—. En eso tienes razón. Él es bastante resistente y saldrá de esta.
—¿Siguen sin responderte? —Kuroko miró a la chica, se le veía molesta y frustrada.
—¿A quién estás llamando, Momocchi?
—A los padres de Daiki. Pero no me responden sin importar cuantas veces los llame —apretó el celular entre sus manos, intentando con ello no soltarse a llorar—. ¿Cómo pueden ser tan insensibles? ¿Es que la vida de su hijo queda en segundo plano por todo lo que pasó entre ellos?
—Tsk...Olvídate de ellos. Nos encargaremos de esto nosotros —establecía Kagami con la simpleza y practicidad que le caracterizaban.
—Taiga, Kise, Momoi, Tetsu —saludó Marco al encontrarse con los chicos—. ¿Cómo se encuentra?

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Guilty Pleasure
FanfictionSu segundo año en la Academia Tōō había dado inicio y estaba lleno de motivaciones para entrenar y derrotar a su más acérrimo enemigo. Sin embargo, no contaría con que su vida académica empezaría a tornarse una verdadera guerra sin cuartel donde ese...