Perdida

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La luz del medio día alumbraba a todo su esplendor en aquel momento, pero la niebla empezaba a acumularse de nuevo. Hora quizá... ni siquiera una esperanza sería suficiente.

Kion: – ¡bunga! – Exclama con fuerza –, ¿Dónde estás? – se detiene a escuchar con detenimiento.

Simba: deben estar cerca... –camina delante de él.

Kion: ¡bunga! – vuelve a gritar.

Beshte: ¡con fuerza! – dice mientras empuja las rocas que acorralaban a fuli.

Fuli: ¡Beshte, ya basta!, deben ir en busca de Tiifu, yo estaré... – con esfuerzos tira de su cuerpo –, estaré bien...

Beshte: ¡por novena vez fuli, no te dejaremos!, ¡Somos un equipo!

Fuli: esto... –tartamudea –, es inservible – mira a Nala –, majestad, deben ir en busca de kion y Tiifu... a puesto que sea lo que sea que vimos bajo las cuevas, no fue coincidencia... puede haber sido una trampa. ¡Deben ir en busca de kion!

Nala: fuli... –dice exasperada –, entiendo lo que dices pero, de ninguna manera de dejaremos aquí, simba debe estar con kion, y... si mi hijo se entera de esto...

En ese momento una voz familiar suena tan cerca que deja sin palabras a los animales en medio de la niebla del derrumbe. Era la voz que todos ya conocían, que incluso los había hecho volver en sí mismos.

Kiara: ¿kion? – Dice abriendo los ojos con fuerza –, esa... esa es la voz de kion.

Fuli: ¡kion! – resopla aliviada y a la vez asustada.

Nala: ¡ya deben estar aquí! – Dice con preocupación – ¡Ono!, mira desde arriba. Búscalo...

Ono: a la orden... –extiende sus alas emprendiendo vuelo.

Bunga: ¡kion! – exclama a gran voz.

Liam: bunga, calla... estas paredes puede derrumbarse en cualquier momento.

Bunga: – rueda los ojos al cielo –, oh Liam... ¡créeme, he sobrevivido a más cosas que un derrumbe!; es una ventaja de ser el más valiente, ¿sabes? – dice con modestia.

Liam: – rueda los ojos exasperado –, creo que de verdad, eres un desafío para kion.

Bunga: es un placer siempre... otra de las ventajas de kion, es que por lo menos el sí entiende la diversión.

Simba: ¡Liam, bunga! ¿Son ustedes? – se oye el eco de simba.

Liam: ¡majestad!, ¡estamos cerca!, ¿Dónde...?

Pero antes de que termine sus palabras otra vos se escucha.

Kion: – se vara en medio de la niebla, poniendo atención a la voz –, ese es...

Simba: ¡Ono! – Exclama –, está cerca...

¡Kion!, ¡simba!

Se vuelve a escuchar la voz de la garceta en medio de la niebla.

Kion: es Ono – dice con alegría –, mamá debe estar cerca.

Simba: seguro también ira en busca de Liam y bunga, deben estar a salvo – exhala de alivio – tu madre debió enviarlo... ¡vamos!

Poniéndose en marcha, se ponen en marcha en medio de la niebla, Ono gritaba con fuerza, aun con su maravillosa visión, el polvo del derrumbe era denso, haciendo que por ese instante la voz fuese su única guía.

Kion: lo oigo más cerca papá, debe estar cerca –susurra –, ¡bunga, Liam! ¿Logran escucharme?

Bunga: ¡casi estamos detrás de ti! – grita con un tono de burla.

EL SECRETO DE LAS PRADERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora