Sentimientos

314 24 7
                                    

(JANJA)

– ¡¿Qué?! ¿Cómo es que ha logrado soportar este ambiente?

(AKANNI)

– No te distraigas – vuelve a atacarlo, sin embargo no lo logra. Aquella hiena se había hecho más fuerte. Logrando darle un zarpazo en su brazo.

(KION)

– ¡Akanni! – se si prende al verlo. Aquel león se encontraba postrado en el suelo. El zarpazo de Janja, lo había hecho doblegarse –, ¡Janja! ¿Qué haces tú aquí?

Ahora Janja había tomado otra apariencia, estaba más grande, y visiblemente más fuerte.

(JANJA)

– es lo que menos importa kion. Solo recuerda esto... Nattu no tardara en dar su último golpe. Tienes una oportunidad kion... sabes lo que quiere..., pero si algo quieres a cambio... tu hermano, aquel león por el que has cruzado tierras desconocidas, está más cerca de lo que puedes imaginar.

En ese momento kion se queda atónito. Janja se había desvanecido, acompañado de una manada de hienas a su lado.

(KION)

– Akanni – se acerca al león –, por favor... resiste.

En ese momento sostiene al león sobre su lomo. El golpe no era de gravedad, pero el dolor por el que pasaba Akanni era insoportable. Kion sale rápidamente de la niebla, y el denso humo. El incendio había devastado los campos, sin embargo lo que más le preocupaba a kion era aquella esencia de Janja. Su olor había cambiado desde la última vez. Era más fuerte, y aquella fila de hienas le seguía. No se había atrevido siquiera a pelear. Sin duda algo estaba ocurriendo. Algo que no pasaría de improvisto.

Una vez que logra estar lo suficientemente alejado, deja a Akanni a un lado suyo, y se disipe a rugir hacia las densas nubes grises. El rugido definitivamente se hacía más fuerte. Si este acontecimiento tenía que ver con lo que hacía pasado, sin duda Nattu no tardaría en aparecer nuevamente. Ajora Janja sabia la ubicación de kion. Debía apresurarse y hallar de una vez por todas, las respuestas que buscaba.

Corre atreves del cañón con todas sus fuerzas, Akanni mantenía aun los ojos cerrados. Había desmayado. Sus heridas no eran tan graves, pero lo habían agotado hasta el punto de dejarlo inconsciente.

Janja había desparecido de alguna manera, el cielo llovía con fuerza aquella noche, gracias al rugido de kion. Pero algo que había cambiado esa noche, era la intensidad del rugido. Sin duda se había vuelto más fuerte, como si hubiese sido impulsado por una fuerza que ni siquiera kion reconocía.

(KIARA)

– kion... ya debe estar cerca.

(TIIFU)

– esta lluvia... mejor dicho parece una brisa demasiado tranquila.

(KOVU)

– A comparación del rugido esto me parece demasiado raro – dice –, el rugido de kion nos dice que tuvo una causa para lanzarlo. Además... su magnitud incluso movió la tierra... es inhóspito que solo haya causado esta lluvia tranquila.

(KIARA)

– hay muchas cosas que aún no conocemos de kion, kovu. Incluso esto a mí me ha sorprendido...

(ONO)

– ¡Kiara... chicos! ¡Veo a kion!

(KIARA)

– ¡¿está bien?! –pregunta con urgencia.

(KOVU)

– ¿Akanni viene con él?

EL SECRETO DE LAS PRADERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora