Ultimo Paraje (parte 3)

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(ZIRA)

– Hola... hijo.

En ese instante Zuri se queda pasmada ante la imagen. Esa es zira. Akanni nota la intensión de aquella leona, de alguna u otra manera, sentía que debía proteger ante todo la vida de Zuri. Esta leona, sería capaz de asesinar a ambos de ser necesario para llegar a kion.

(AKANNI)

– ¿Qué haces aquí?

(ZIRA)

– mejor dicho... ¿Qué haces tú con esa niña?

Sabía a lo que se refería.

(ZIRA)

– te ordene aniquilarlos en cuanto los vieras.

Zuri se queda pasmada, ¡¿Qué estaba diciendo?! ¿Acaso Akanni... tenía planeado asesinarlos? Esta vez zira se acerca con mas apresuro, se veía amenazante, y su mirada no tenía otra cosa que odio. Sus palabras no lucían duras hacia Akanni, pero... resguardaba un duro rencor dentro de sí.

Akanni jamás se había sentido atemorizado por zira, debido a que siempre estuvo a su lado. Lo instruyo en este camino, y lo obligo a jamás sentir dolor, o tristeza debido a su dureza. Pero... esta vez, por primera vez en mucho tiempo, empezaba a sentir miedo, sentía la necesidad de salvaguardar la vida de Zuri, la de kion, la de todos ellos.

Pero en ese instante, Akanni ante la imagen tosca de zira, remueve sus recuerdos. Se veía a si mismo temblando de terror, pero eso no es todo, sino que... veía a una amenázate leona, con las garras extendidas, y una visión borrosa, lo único que lograba reconocer, es la voz estremecedora de aquella leona.

¿Acaso... era zira? Y de ser así, ¿porque ella se encontraba ahí? ¿Por qué esos recuerdos llegaban a el ahora?

(FULI)

– Date prisa Hikari –dice –, kion ya debe estar esperándonos de vuelta.

(HIKARI)

– ¡espera! –Medio grita empujando a fuli a un lado –, hay alguien ahí...

Dentro de esas tierras, se encontraban criaturas semejantes a las que lo querían asesinar el día que fuli lo rescato. Los reconocía, ese olor... solo provenía de ellos. Fuli nota lo que Hikari miraba con detenimiento. La luz del sol estaba apagándose en el horizonte, dando cabida a la noche. Pero no estaban solos. Esas criaturas oscuras eran enormes. Y no solo estaban ellos, sino una manda de leones y hienas en su compañía. En ese instante Hikari y fuli concuerdan en una cosa. Esas criaturas, se dirigirán a Akanni y Zuri. Eso significaba que Nattu, o zira ya estaban ahí.

(FULI)

– ¡no puedo creer que esas cosas... verdaderamente estén aquí!

Hikari mira el cielo aturdido debido a las imágenes de aquellas criaturas. Esas cosas, esos animales que los acompañaban, no venían solo a asustar a alguien, venían a asesinar. Ese es su verdadero objetivo. Y de no hacer algo... muchos perecerían.

(AKANNI)

– ¿Qué hacías ahí? –dice impresionado. Akanni no lograba ni siquiera balancearse en sí mismo. Lo único que sentía dentro de sí, es temor. No entendía, no lograba entender ese patrón de visiones.

Zira lo ve con los ojos abiertos. No entendía sus palabras, hasta a que Akanni bajo la mirada hacia un sitio. El cielo estaba oscureciendo, y estas tierras, parecían forjar un desierto.

(ZIRA)

– Ya veo... así que has recordado Akanni... –dice con una sonrisa.

(ZURY)

EL SECRETO DE LAS PRADERASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora