Casa linda

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La primera semana en la universidad finalizó, dando paso a un agradable y hermoso descanso de dos hermosos días, que pasaré donde mi madre que ha insistido en la última llamada que hice que fuera. Invité a Emma que por supuesto aceptó así que mamá conocerá a Emma éste fin de semana... Ah, y a papá.

—¿Qué me debería poner?

—Ropa abrigada. En donde vivo hace mucho frío.

Emma se encogió de hombros —no soy friolenta.

Ruedo los ojos y mi mirada cae de nuevo en mi pequeña parte del cajón. Luego de haber sacado su ropa, Emma ha hecho de mi lado un desastre que tendré que organizar una vez regrese de donde mamá.

Miro mi celular y al caer en cuanta d la hora abro los ojos —Tienes 5 minutos, mamá estará aquí en 10.

Emma blanqueó los ojos —mis padres no son tan puntuales.

—Bueno, pues, mamá sí lo es, siempre dijo que la disciplina es lo más importante.

La chica de ojos azules sacó un blue jean y un suéter de su cajón, tirando algunas de mis camisas al suelo.

Emma se cambió a una velocidad tan increíble que hasta yo me extrañé que fuera posible que una chica como ella se organizara tan rápido.

—¿Mi flequillo se ve mal?

—No te preocupes por eso. Preocúpate porque aún te falta la ropa de mañana y el domingo –sí, es viernes.

—¿Sabes? Las chicas de mi edad suelen ir a fiestas los fines de semana. Nosotras vamos a casa de tus padres.

—¿Y? Esta vida es la mejor. Créeme, las fiestas no son lo mío.

—Bien, como sea.

Bajamos en el ascensor del edificio y de ahí fuimos a toda carrera al estacionamiento.

Mi celular tocaba el tono de "New rules" avisando que mi mamá me estaba llamando para decirme que ya estaba aquí. Era increíble su puntualidad.

Finalmente, llegamos al estacionamiento donde pude divisar la camioneta de mamá y papá.

Si bien no tenían el mejor carro, era una buena camioneta y no había costado mucho, pues la compramos de segunda.

Y luego de correr lo que pareció ser una maratón, llegamos al carro de mamá con alguna que otra mirada preguntándose el por qué estábamos tan apuradas.

—¡Cariño! ¿Por qué tan apurada?

Puse mis manos sobre mis rodillas, mi pecho subía y bajaba rápidamente y mi respiración estaba bastante agitada al igual que la de Emma. Aunque la de susodicha no tanto porque solía llegar tarde con frecuencia, así que por lo tanto ella hacía esas maratones bastante seguido.

Mi respiración se moderó un poco más de modo que pude hablarle ahora sí a mamá.

—Llegábamos tarde gracias a alguien –miré a mi amiga que ya se había recuperado por completo y se estaba organizando el cabello que estaba revuelto gracias a estar corriendo.

—No tenías que hacer correr a tu amiga –mamá me miró con diversión en su rostro mientras yo la miraba irónica.

—Bien, bien. Como sea.

Me senté en el asiento del copiloto. Emma me dijo antes de venir que no le gustaba ir adelante así que iría atrás donde hay más espacio para dormir.

Puse mi maleta en mis pies mientras que Emma entraba en el carro y mamá caminaba hasta el asiento del conductor.

—¿Listas? –habló mamá una vez ella ya estaba dentro del carro. Cerré mi puerta y arrancamos hasta casa de mis padres.

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Luego de una hora de viaje –sí, la ciudad estaba muy separada de nuestra casa– llegamos. Y aquí me encontraba yo intentando despertar a Emma.

—Emma... Emmaa... ¡Emma! ¡Despierte pedazo de floja!

Emma mandó un manotazo a mi cara. —Bien, bien. Iré por agua.

Y como si el asiento donde recostaba su cabeza quemara, Emma se levantó de golpe.

—A poco que no quería seguir durmiendo.

El koala que tengo por amiga salió del carro y abrió la boca en una perfecta "o" al observar la vista que se podía apreciar desde casa.

—Qué lindo es todo aquí –se limitó a decir.

—Amaba ver esto cuando vivía aquí.

—Todavía puedes volver.

—Mamá –miré a mamá advirtiéndole que no empiece.

—Bueno, ya. –mi madre terminó de bajar algunas cosas que trajo junto con el boldo que Emma trajo –Y como parece que mi hija no nos va a presentar, mucho gusto, me llamo Amanda ¿y tú? –mamá le extendió su mano a Emma y ésta no tardó en aceptarla.

—Emma Bennet, mucho gusto.

Mamá abrió sus ojos —¿Eres la hija de Los Bennet? ¡Ya decía yo que te había visto en alguna parte! Apareciste en la revista "New Art"[1]  ¿verdad?

Mamá solía estar informada de cada chisme no solo por el noticiero, sino que solía ir a mercar cada semana y aprovechaba para comprar una que otra revista de moda que se le cruzaba en su vista.

Emma asintió con la cabeza —Una vez me entrevistaron por un escándalo en el que estuvimos involucrados. Pero todo fue falso.

—Ya decía yo que las noticias parecían falsas.

Emma asintió nuevamente y mamá nos hizo un movimiento con su mano para indicarnos que entráramos a casa.

Mi amiga y yo tomamos nuestras maletas y entramos a casa.

Emma quedó boquiabierta. Seguro fingía, ha visto casas más grandes.

—¡Que linda casa tienen!

Miré a Emma extrañada —¿Hablas enserio?

Nuestra casa no era enorme, sin embargo, era perfecta para vivir como la familia, constaba de dos pisos y tenía 3 habitaciones, la planta baja era pequeña a diferencia de la de arriba que tenía un baño y un largo pasillo que estaba decorado por varias fotos familiares de mamá, mi hermano y yo. En alguna que otra aparecía papá y esas eran sólo de él o de cuando éramos niños.

—Es muy linda. Me gustaría haber pasado mi infancia en éste tipo de casa.

Si bien Emma era rica, en las dos semanas de conocernos me he dado cuenta que es muy humilde y aprecia cada pequeño detalle. No es como los ricos habituales.

—Aw, gracias. –le dijo mamá a Emma– ¿Quieren algo de comer? el viaje fue largo.

Emma y yo asentimos mientras yo me siento en el sofá y ella a mi lado —Tu mamá es muy linda.

—Sí, bueno, mamá es un amor. Es del tipo de persona que no encuentras en cualquier lado, me aprecia mucho al igual que mi hermano y viceversa.

—Jamás había visto una familia así. Todas las familias que conozco viven... De apariencias.

—Toda su vida mamá vivió en el campo, sólo vivió un mes en la ciudad, pero prefirió aquí donde todo es más natural.

—Oh...Es poco usual.

—Bueno, un poco bastante.

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[1] New Art: Revista famosa inventada

Enamorando a CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora