Física, no química.

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Coloco la hoja de papel frente a mis ojos. Si bien en la biblioteca es más fácil estudiar, no he comido más que una manzana que cayó de mi bolso hace alrededor de una hora y no he desayunado. Y mi estómago no está muy feliz por ello.

Frunzo mi ceño. Nuevamente me perdí ¿en qué estaba?

—¡Hey, guapa! — Emma se sienta a mí lado y me da una sonrisa— ¿Qué tal vas con química?

Ruedo los ojos con una sonrisa en mi rostro —Es física.

—Ah, verdad. Perdona a esta vieja que olvida todo.

—Sólo eres mayor que yo como por seis meses —la miro a los ojos.

Emma mira hacia un costado y regresa su mirada hacia mí —¡Oh, mira! "Orgullo y prejuicio" pensé que ese libro no lo tenían aquí.

Bueno, hay que aceptar que sabe cómo cambiar de tema rápido.

—Alice —luego de esperarlo por al menos una hora, Elliot hace su presencia. Lo miro de reojo mientras se sienta en la silla frente a mí— lamento llegar tarde, me surgió algo y mi celular está apagado.

Emma me mira y mueve sus dos cejas de arriba a abajo con una mirada difícil de descifrar. La miro sin entender que quiere decir y ella rueda los ojos. Elliot, que al parecer está tan perdido como yo, la mira extrañado.

—¿Tienes algo en tus cejas o algo así? —pregunta Elliot seguido de que se pegue en su frente.

—Y ustedes son los cerebritos. En fin, se les quiere, paz y amor y permitamos que nuestro mundo prospere. —me guiña un ojo para luego abandonar su silla e irse de la biblioteca.

—Ella...—

—Ella es feliz y es lo que importa. ¿Estudiamos primero física o derecho?

Oliver me sonríe —Como sé que frente a una chica soy más lento para pensar, derecho.

¿Ah?

Parece darse cuenta y sus mejillas toman un color muy leve de rojo —Derecho, primero derecho.

Asiento con la cabeza y me siento en la silla de su lado para mostrarle el libro de Derecho Penal I.

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—¿Y? ¿Qué tal tus sesiones de estudio con Elliot? ¿Qué tal con química?

—Es física.

—Amo su inocencia.

Sí le entiendo, pero no es muy agradable que me este emparejando con Elliot, o sea... Es bonito, pero apenas lo conozco.

Me siento con pesadez sobre mi cama, Emma se encuentra haciendo una tarea de su carrera y hablando con un chico, que voy a suponer es uno de los que conoció en el campus.

Tomo el sándwich que voluntariamente Elliot me compró, agradeciendo la sesión de estudios, aunque me ayudó más él a mí que viceversa.

—Ah, casi lo olvido, mañana iré a mi casa a visitar a mis padres ¿quieres ir?

Me agradaba la idea de ir a casa de Emma, conocer su vida, pero, debía seguir entendiendo los temas y explicar a elliot.

—Lo siento, mañana no puedo.

—Puedo aplazarlo al domingo, ¿no puedes el domingo por la tarde? Sólo serán unas horas, no me dejes ir sola.

Hasta había soltado su lapicero con el que escribía. En verdad no quiere ir sola.

—¿Por qué no quieres ir sola?

—Quiero llevarte. Es todo —se encoge de hombros restándole importancia

Enamorando a CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora