¿Un amor de película? [Shadonic | Scourganic]

°•°CAPÍTULO 36•°•

Una semana después...

~Manic~

— Es que ¿acaso no estás feliz porque Scourge por fin saldrá? —preguntaba Sonic, mirándome con cierta seriedad. Sólo me límite a ignorarle un poco.

Ambos estabamos en casa, yo buscaba un poco de ropa y la guardaba en una mochila. Me quedaría con Scourge unos días en su casa para ayudarle, él me lo había pedido.

— Claro que estoy feliz —dije cerrando la mochila, dándole la espalda al cobalto —, pero tampoco es como para que haga fiesta —hice varios ademanes, mirando aún la mochila.

— Ay Manic, no seguirás enojado con él ¿o sí?

«No, claro qué no. ¿Quién me crees?»

¿Cómo no lo voy a estar? Juro que si no sientiera algo por él, ¡lo degollaría!

— Si lo estuviera no hubiera aceptado ir a cuidarle —expliqué —, sólo pues... Ya sabes. Sigo serio por el problema en el que nos metió.

¡La ley del hielo está bien puesta durante mi estadía!

— Saldrán bien de esto —le escuché decir mientras se quedaba sentado en la orilla de mi cama —, sólo es algo transmitido en televisión nacional.

— ¡Nada más! —exclamé sarcástico —, no, así ni preocupación me da.

— Oye, Manic. No seas tan duro. Él está en la mera cima de la fandula, tú te has vuelto su pareja. Tarde o temprano tenía que pasar esto, ya sea a razón de este tipo o en cualquier otra cadena televisiva —me obsequió una suave sonrisa, comprensiva ante lo que yo pensaba —. Sé más consiente de eso.

Ahora ¿yo tengo que ser el consiente?, ¡yo no fui el que nos metió en un problemas de tales magnitudes!

— Sí, pero él también debió pensar en lo que yo diría y opinaría —dije bajo —, si hubiera hablado conmigo, hubiese aceptado con gusto. No me haya importado nada de lo que fuese a pasar. Pero actuó sin pensar.

¡Inclusive hubiese hecho una huelga del orgullo gay frente a las puertas de el estúpido estudio televisivo de Omar!

¡Pero no! Yo siempre me entero al último.

— Actuó en tu defensa —le defendió —, escuchaste la conversación de ambos, él sólo busco defenderte.

Bueno, en cierta parte no puedo negar eso. Además todo fue tan repentino.

Suspiré decaído, jugueteando con el cierre de la mochila... ¿De verdad podía llegar a ser tan rencoroso? Ya ni Sonia, y eso que ella si tiene historial.

— Puede que... tengas... razón —bajé mis orejas un poco, mirándole —, hablaré con él. Intentaré que deje esta tontería de lado.

— Bien sabes que pides un milagro —se levantó de la cama dirigiéndose a la puerta, mirándome desde allí —, intenta ayudarle, no agobiarle —musitó calmado, en forma de darme un consejo.

Pasé de ser reprendedor a regañado.

— Lo intentaré —suspiré vencido —. ¿Estás seguro de quedarte solo? —tomé mi mochila, colocándola en mi espalda.

— Emm... Sobre eso...le dije a un amigo que...pues...viniera a dormir y él...aceptó...

¿Por qué siento que no me agradará saber de quién se trata?

— ¿Shadow? —pregunté cruzándome de brazos, mirándole asentir apenado —. ¿Servirá de algo decirte qué no? —negó ante mi pregunta.

— Sólo hoy, el resto de la semana la pasaré solo —respondió sobando su brazo.