O4ー; Comencemos de nuevo

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Extrañado Adam notó que derrepente once sombras aparecieron detrás de él, rodeándolos en un semicírculo; se volteó para observar a dichas personas, y no le sorprendió ver al grupo que antes lo había acorralado y un par de gente más. Oh, entonces no lo había alucinado, si lo que había dicho Yui era cierto, entonces si habían desaparecido en el callejón.

—Oh, que sorpresa, estás con tu novio —casi escupió las palabras Kou haciéndose el desentendido de su anterior encuentro. Adam iba a objetar por haberlo acorralado, pero a su costado un albino apareció.

—No te conviene, va a empezar con el acting, ignoralo—susurró despacio para no ser escuchados.

—Y allí Subaru siempre haciendo la contra —habló con sorna Kanato, continuaba indignado con su pequeño hermano, ¿Cómo osaba traicionarlos y ponerse del lado de la humana? ¡Eso era una aberración!

—Cállate —lo cortó frunciendo el ceño.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Yui luego de juntar valor para decirlo, frunciendo los labios.

—Oh, nada~ solo que de golpe notamos que vaciaste todo tu guardarropas y te fuiste~ —comentó Laito tranquilo.

—Solo dejando una frase... —continuó Yuma

—Y bueno... nos preguntamos a donde podrías haber ido —habló de forma pausada Azusa.

—Luego te encontramos, y vinimos —concluyó Shin—. Fin.

—¿Al otro hemisferio? —sorprendido cuestionó, era muy turbio que la hayan encontrado y seguido; estaban enfermos. Que ganas que tenía de buscar una locación en otro continente y marcharse junto a Yui, pero era obvio que la volverían a encontrar.

—No es difícil llegar con el poder político del viejo —contestó desinteresado Shu.

—... Su vinieron para que vuelva a la mansión les aviso que no lo haré —habló firme, pero los presentes notaban como sus piernas temblaban.

—Oh, nosotros tampoco —llamó su atención Ruki—, es bueno cambiar de aires de vez en cuando, ¿No? Muchos siglos en el mismo país ya aburre.

—Así es, se vuelve un poco aburrido conocerlo todo —le siguió Reiji.

Como deseaban tener una cámara en ese momento, ¡Yui estaba más pálida que una hoja! La expresión de terror que tenía era simplemente hermosa, les recordaba a sus tiempos en la mansión. Oh, lo que daban por volverla ver retorcerse de dolor...

—Kisama, venimos a hacer un trato contigo —habló Carla mirando a Ayato.

—Sabemos que no recibiste el mejor trato de nosotros: te humillamos, gritamos, lastimamos (física y verbalmente), incluso casi te matamos. —Hizo una pausa, y vió como el rostro de Yui cambiaba a uno confundido, mientras que el de Adam se ponía rojo de ira al escuchar lo dicho.

—¿Te sientes bien Ayato–kun? —consultó la rubia al ver que rumbo que tenía la conversación.

—Si —dijo restándole importancia y prosiguiendo—, como sabemos lo mal que te tratamos venimos a pedirte disculpas.

Decir que la cara de Yui parecía confundida era poco, ¿Desde cuándo los sádicos y orgullosos inmortales se disculpaban?¡El mundo se estaba yendo al demonio!

Mientras tanto, ante su expresión los vampiros sabían que tenían un punto a favor: a la humana le encantaba cuando se ponían sentimentales y “sinceros”, asi que seguro al verlos podría llegar a pensar que habían cambiado, ¡Ya casi la tenían a sus pies como siempre!

—Ayato–kun, ¿En serio te sientes bien? —ya preocupada insistió, ¡Enserio le estaba empezando a dar miedo su comportamiento! ¿Qué era lo próximo? ¿Qué diga “por favor” y “gracias”?

—¿Es que te dieron té de cianuro? —cuestionó Adam, las veces que lo había visto no le pareció una persona muy abierta que digamos, y ni mucho menos alguien que se disculpara. Se ganó una mirada fulminante de la gente que tenía en frente.

—Y como te pedimos disculpas queremos hacer como si nada pasó, comencemos​ de cero, por favor. —Extendió su mano para que cerrara la propuesta, estaba de más decir que a Yui casi se le cae la mandíbula por el piso, ¿El gran Ore-sama estaba actuando así? Ya más que un gesto lindo le iba a dar pesadillas.

Lo meditó un momento y miró a su pareja que se encontraba seria, haciéndole un gesto en señal que la decisión era totalmente de ella, ya que fue la única en vivir todo con ellos, y saber si realmente eran dignos de su perdón; tal vez con sentimientos o hechos. Observó la mano que le tendía el pelirojo y luego de tomar una bocada de aire la estrechó.

—De acuerdo.

—Gracias —contestó. ¡Ahora si el mundo se había ido a la mierda!

Paso 1: pedir su perdón.
Completado.

Ahora sólo es cuestión
de tiempo para que
los vuelva a elegir.

¡No nos dejarás por él! 「Yui Komori」#DRE2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora