Distancia |Capítulo especial|

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         Solía asimilar su vida con matices azules y grises, caracterizando totalmente su personalidad junto y su percepción, volviéndolo una persona distante. La primera parte de su infancia había sido agradable y llena de buenos recuerdos pese a que comenzaba cuando sus padres se divorciaron. Llegados a la mitad de sus estudios primarios una nueva figura había aparecido para arruinarle la vida y marcarla de por vida. Lo único positivo que tuvo de esa mierda de hombre que solo supo hacer sentir mal a su madre fue el haberle dado una hermosa hermanita a la cual adoraba y quería más que nada. Ella fue lo único que realmente lo mantuvo caminando entre los vivos, si hubiera sido por él se habría dejado vencer por alguno de sus pozos depresivos de su adolescencia.

          Con la llegada de esa nueva inquilina su madre tomó el valor de dejar a la que era su pareja, huyendo del país con sus dos hijos y el apoyo monetario de su ex esposo para comenzar una nueva vida en Japón. Le resultó realmente difícil tener que cambiar su lengua materna para incorporar a la fuerza otra que eran puros símbolos. Esto lo volvió objeto de burla durante muchos años.

         Nada en particular lo distinguió como ser social en esa época que tanto decían que era la que caracterizaba gran parte de tu vida, la adolescencia. No buscaba relacionarse mucho con sus pares, aunque al final siempre conseguía llamar la atención sin buscarlo. Todos lo destacaban como alguien que sentían importante y confiable (contradiciendose ellos mismos al decirle que tenía apariencia de gángster), pero él nunca sintió a los otros de la misma manera. Solo una amistad pudo rescatar de esa bola de gente que nunca se molestó en individualizar, la cual al final se volvió su mejor amigo.

         Para contentar a las mujeres más influyentes de su vida ya pasada su mayoría de edad tuvo que comenzar a ir a reuniones que lo hicieran despegarse de la adicción que hacía no muchos años atrás había incorporado. No era idiota, tampoco buscaba llamar la atención como muchos de sus ex compañeros decían, simplemente el dar una estocada a ese veneno compactado lo hacía despejarse. Era plenamente consciente que se estaba matando día a día, pero no le importaba: muchos hechos pasados lo perseguían; se estaba haciendo un favor.

         Inesperadamente un día todos los tonos fríos se habían vuelto cálidos y rosados. No era muy creyente del destino ni de las fuerzas sobrenaturales, pero hubiera parecido que la vida le había puesto frente a él en un día de rutina a esa pequeña mujer que había robado toda su atención ¿Y para que negarlo? Con el tiempo una parte importante de su corazón. Era innegable que su primer impulso y reacción para/con ella había sido la necesidad de protegerla —asociándola con la situación violenta que había tenido su madre años atrás en la cual no pudo ayudar—, al ver como la que creyó su pareja se desenvolvía agresivamente con ella. Poco grata fue su sorpresa al saber con el paso del tiempo que su situación era mucho más complicada que simplemente eso.

        Conforme los meses pasaron su relación se fue estrechando, ella parecía estar tan poco acostumbrada como él a las relaciones amistosas, por lo que hizo un gran esfuerzo para que le sea amena. Buscó que cada encuentro con ella sea agradable y recordable, quiso hacer especial su cumpleaños y sus mini-vacaciones juntos las propuso para ver de dar un paso más allá y lograr ser más que amigos —cosa que para su sorpresa logró—.

         No supo con exactitud qué hacer cuando vió que la estaban persiguiendo y mucho menos, al día de la fecha, sabía que le pasó por la cabeza al ofrecerle huir del país.  Tal vez fue que quiso llevarla a un lugar que él quiera o no sentía seguro pese a recuerdos desagradables, o simplemente fue que no se le ocurrió ningún otro lugar en el que pudiera conseguir tan aseguradamente y con tan poco tiempo una beca. Su madre al principio ipio objetó, pero le justificó un poco hablando de temas financieros y de que allí podría contar con su padre cuando quisiera. A la larga tuvo que aceptar molesta, le había dicho que entendía las locuras del amor adolescente pero que eso ya era mucho. Fue ese momento que se dió cuenta que las cosas que sentía iban en serio, había comenzado a sentir que estaba dispuesto a todo por ella. 

¡No nos dejarás por él! 「Yui Komori」#DRE2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora