2O-; Quimérica tranquilidad

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—¿Subaru? —lo llamó Adam asomándose por la cocina al oír la puerta principal cerrarse. Al hacer contacto visual prosiguió—. ¿Ha sucedido algo?

—No es de tu incumbencia —respondió seco mientras se sentaba en el sofa, el contrario frunció el ceño—. ¿Cómo está Yui?

—Mejor, anteayer por la tarde tuvo la fiebre demasiado alta, pero ya casi la tiene normalizada, durmió todo el día.

—Bueno, al menos una buena —comentó suspirando Subaru—. Si quieren ya pueden salir, aunque no les recomiendo que pasen mucho tiempo fuera... Pero creo que le va a hacer bien salir de tanto encierro. Ah, y podrás continuar yendo a la Universidad, tu moto está en la cochera.

Adam lo miró sorprendido, la verdad es que la noticia le alegraba, pero al mismo tiempo le parecia demasiado buena ser real. Había logrado mantenerse al tanto de las cátedras por un compañero de la universidad y había aprovechado las siestas de la rubia para traspasar y leer los apuntes..., Pero si quería aprobar lo mejor sería que se ponga al día con la asistencia.

—¿En serio...? ¿Cómo-?

—No te preocupes por eso, pero por ahora vamos a estar tranquilos. Hay mucho movimiento fuera, parece que hay una festividad o algo, aunque sigan por aquí no los notarán. —Metió la mano en su bolsillo y le extendió dos collares con una pequeña botella atada con un contenido rojo líquido dentro—. Uno para cada uno. Llevenlo puesto esto, hará que se oculte su olor y pasarán totalmente inadvertidos por los seres sobrenaturales.

—De acuerdo... Gracias —dijo tomando los objetos. Prosiguió a hacer una pregunta que rondaba por su cabeza, quería confirmar que el gps de su celular no estaba deñado...—. ¿Puede ser que sigamos en Ponsonby pero a unas cuadras de donde estaban tus hermanos?

—Exactamente. —Sonrió—. Si quieres esconder algo ponlo justo frente a sus narices.

—¿Estás lista? —preguntó Adam luego de tocar la puerta esperando a que la misma se abriera

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—¿Estás lista? —preguntó Adam luego de tocar la puerta esperando a que la misma se abriera.

—Si, perdón por la espera —respondió abriendo la puerta. Se había vestido con una falda bordó y una camisa manga larga rosa, ya que pese al calor ella sentía frío, y en su cuello tenía el colgante que minutos antes le había sido entregado sin muchas explicaciones.

El pelinegro le había propuesto salir a caminar un poco, y pese que no se sentía bien, aceptó de inmediato emocionada por la idea.

—No te preocupes —dijo bajando junto a ella por las escaleras para dirigirse a la puerta principal.

Miró hacia los costados esperando encontrar al albino, pero el mismo no se encontraba presente. Lo único que vió fue un juego de llaves colgado junto a la puerta, supuso que ese era el que le correspondía.

Salieron del edificio y escrudiñaron con la mirada los alrededores. Yui estaba totalmente desorientada, pero no para su sorpresa no se sentía intranquila.

¡No nos dejarás por él! 「Yui Komori」#DRE2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora