¡No nos dejarás por él! 「Yui Komori」#DRE2

16ー; Decisiones determinantes

—Encontré a Yui.

Adam se quedó en blanco durante unos segundos.

—¿Qué? —dijo luego de unos segundos sin haberlo comprendido, creyendo que su mente le estaba jugando una broma.

—¡Lo que has oído! —respondió mientras cruzaba la calle—. Voy para casa, allí te cuento los detalles.

—No. Respóndeme ahora ¿Cómo está? ¿Está bien? ¿Estás con ella? Dime dónde te encuentras e iré en seguida —habló rápidamente.

—No vengas, ya nos separamos.

—¿Qué? ¿A dónde fue? —preguntó nuevamente preocupado, totalmente preso del pánico, ¿Casi la encontraba y ya la volvía a perder?

—Déjame terminar de hablar —suspiró y frenó en la siguiente senda peatonal esperando a que el próximo semáforo le ceda el paso—. Estaba extraña y parecía desorientada —se sinceró—. Un poco flacucha y con la piel de muerto, volaba de fiebre. La acabo de ver en una clínica privada acompañada de un chico.

—... ¿Podrías describirmelo? —pidió temiendo lo peor, poco a poco sus sospechas se estaban tornando realidades. Cruzaba internamente los dedos para que le diga que era cualquier persona, que lo había abandonado por alguien normal y que estaba bien... mientras que no sea alguno de esos.

—Era alto, tal vez más que tu. Vestía muy elegante. Tenía el cabello negro lacio, ojos rojos y usaba lentes. Fue extraño, sentí que Yui no podía reconocerme, no reaccionó como esperaba al verme —recordó.

El mayor permaneció en silencio unos segundos, identificando a la persona que su hermana le describía. Respiró hondo. Tenía ganas de romper algo.

—... Esos malditos —maldijo por lo bajo—. Gracias Amy. Voy a salir un momento. Mándame los detalles por texto, por favor. Te dejo en el refrigerador comida por si tienes hambre antes de que vuelva.

—¿Qué? —repitió el oji rojo frunciendo el ceño—. No te he mentido: no sé nada de mis hermanos desde hace más de dos meses y medio. Tampoco sabía que estaban con ella. Mí aporte hacia ti siempre fue concreto y sincero.

Cruzó los brazos disconforme mientras se dejaba reposar contra el respaldo de la banca del parque en el que se encontraban.

—¿Entonces no suponías que su desaparición y el hecho que la policía no investigara no tenía que ver con ellos? —Subaru no respondió—. Mí hermana la vió con tu hermano de lentes saliendo de un centro de salud privado.

El peli blanco meditó unos segundos.

—¿Y ella como reaccionó?

—Según Amelia no como ella esperaba. Dijo que parecía perdida y que no sintió que la reconociera. No respondió a ninguna de las preguntas que le hizo y cuando me nombró tuvo una reacción extraña.

—Es extraño —comentó para sí—, pero posible que hayan hecho de las suyas, más teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que tuvieron para hacerlo.

—¿Y por qué crees que hayan salido con ella?

—Reiji es demasiado astuto, sabe ocultarse bien y no hace maniobras sin tomar primero todas las precauciones posibles. Es evidente que si se expuso de esa manera es porque algo se le salió de las manos —dijo con la vista en el frente—. Tengo la sospecha de que están en la ciudad vecina, pero no se con exactitud donde. Presupongo que si siguen aquí es porque algo no anda bien. A no ser que se vayan donde los humanos no saben llegar...

Esas palabras no causaron ni la más mínima tranquilidad en el mayor. ¿Acaso eso significaba que si hubieran salido las cosas como planeaban podría no haber vuelto a saber nada de ella?

—¿A qué te refieres?

—Olvidalo, no es algo que supongo que hagan de momento. No parecen pensar con claridad, además de que serían expuestos ante las otras familias y podría encontrarlos mas fácilmente... Aunque por lo estúpidos que están tal vez caigan.

—Como digas... Tengo conocidos que trabajan en la policía. Uno de ellos me dijo que cuando abrieron la investigación casi instantáneamente la cerraron. Me comentó que cuando cuestionó por eso le justificaron diciendo que se movía mucho dinero de por medio. Es decir, los compraron a todos los de ese sector.

—Esto sería mil veces más fácil si la hubiera secuestrado cualquier persona y la hubieran metido en la red de trato de blancas. La política mueve demasiado dinero, y el viejo tiene poder dentro y fuera de Japón.

—¿Alguna sugerencia? Porque ni siquiera es posible hackearlos y rastrearlos. No usan nada de tecnología, ¿Qué les pasa? Es la era de la tecnología y ahí ustedes seguro con suerte tenían teléfono de línea.

Subaru levantó los hombros restándole importancia.

—Los medios de comunicación humanos no son cosas que no llamen la atención, y si utilizamos uno es para tiempo de ocio, la eternidad a veces aburre. Si queremos mandar algún comunicado usamos a nuestros familiares. —Suspiró—. Veré de encontrar a mis hermanos. Si llego a tener alguna novedad lo notarás.

—Lo más conveniente será volver a Japón —aportó Ayato—. La influencia politica del viejo es mayor allí.

—No está en condiciones de subirse a ningún avión, mejor dicho, no debería ni de salir de la cama —aclaró Reiji.

—¿No dieron ninguna solución mundana para que se cure? —consultó Kanato.

—No, solo esperar a que le baje la fiebre.

—Tal vez la medicina moderna ya la da por muerta~ —habló Laito.

Y como si algo hubiera hecho click en sus cabezas reaccionaron.

—Los vampiros no nos enfermamos —comenzó Ayato.

—Porque estamos muertos —sonrió Kanato como si pudiera seguir el hilo de pensamientos de su hermano, sabiendo a donde quería llegar.

Tal vez la solución siempre estuvo literalmente al alcance de sus manos.

—De momento iremos al Makai, no podemos tomar decisiones tan precipitadas teniendo en cuenta su estado actual—habló Reiji—. Pero que no se enteren las otras familias, su cabeza está en un estado frágil, es una ventaja para nosotros. Mantendremos lo otro como una posibilidad dependiendo de cómo avance.

Los otros cuatro hermanos aceptaron el pacto en silencio, al acecho de poder tomar ventaja sobre los demás.

«Que el verdadero Adán gane... O que Eva caiga junto a él en la guerra por su mano.»

.

.

.

Pero primero la serpiente debería haberse asegurado que el verdadero
amor de Eva no pueda intervenir cuando ella coma la manzana.🥀