O7ー; Esto no podrá contra ti

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—Me iba demasiado bien para ser verdad —comentó Yui mientras caminaba con Subaru de vuelta a su departamento, habían salido de la consulta hace ya 20 minutos, y ella estaba decaída.

—Y después yo soy el pesimista. —Bufó. Miró a su costado a la rubia que se encontraba deprimida.

—No puedo evitarlo Subaru-kun, está todo un poco complicado...

—¿Y ahora qué harás? —consultó serio, estaba preocupado, y aunque no quisiera le contaría a sus hermanos de su situación.

—Tomaré el tratamiento de medicinas que me recetó el doctor —dijo suspirando—, e iré a las consultas semanales... Aún así no por eso no comenzare en el nuevo instituto.

—¿Rendiste equivalencias?

—Así es, Adam me ayudó hace dos semanas a preparar las materias para pasar el año —recordó—, aprobé todo, pero la más complicada fue inglés.

—Digamos que si no puedes hablar el idioma natal del lugar donde estudiadas se volverá complicado.

—Si, igual voy mejorando respecto a eso, como nadie habla japonés tengo que rebuscarmelas para comunicarme, y como a Adam le va bien en inglés me suele hablar para que practique.

—Reiji estaría orgulloso de ver que por fin te va bien en dicha materia —comentó con gracia, la blonda rió—. Sobre lo anterior, hablando del susodicho, ¿En qué parte del discurso anterior entra que le dirás sobre tu nuevo inconveniente?

—Se lo diré cuando se le pase el enojo.

—¿No que no estaba enojado?

—No sé —dijo abatida—, no entiendo realmente qué le pasa.

—Dícelo, si estaba enojado la noticia hará que se le pase y se preocupará por ti; dos pájaros de un tiro —resolvió sonriendo.

—Diciéndolo en ese contexto... Suena cruel y de aprovechada.

—Yo solo te sugiero en lo que saldrás beneficiada —contestó alzando los hombros. Ya habían llegado a la entrada del departamento de la blonda, pero agregó—: Al margen, ¿Cuando comienzas el nuevo instituto?

—La semana entrante, ¿Por?

—Curiosidad, nos vemos —se despidió girando sobre su propio eje y volviendo por donde habían venido.

—De acuerdo... —solo atinó a responder, pero el vampiro ya había desaparecido de su vista. Suspiró e ingresó al edificio hasta llegar al ascensor, meditando y agradeciendo que el pelinegro no llegaría hasta dentro de unas horas.

Suspiró, otra vez estaba al borde de morir... la peor parte es que ya no lo deseaba, había podido salir adelante.... Y ahora todo se iría al tacho de basura.

Lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos; no quería irse, estaba cerca de su final feliz como para que todo terminara... Había encontrado a una persona que la había ayudado a escapar de su pasado y le había alegrado la vida, no quería dejarla... Por primera vez deseaba vivir.

Entre sollozos ahogados abrió la puerta del departamento, sobresaltandose al encontrar a Adam en el sofa recostado con su celular.

—Me preguntaba donde est– ¿Qué te pasó? —se corrigió al verla, se levantó y acercó a ella preocupado, olvidándose que estaba molesto—. ¿Estás bien?

—C-Creí que no llegabas hasta la tarde —intentó cambiar el tema cerrando la puerta y girando la cabeza, sobándose los ojos, pero al escuchar la voz del contrario se puso peor, ¿En serio iba a dejarlo?

—Terminé antes, no cambies de tema. —Frunció el ceño y la abrazó, Yui aumentó su llanto y espasmos, con sus manos le hizo círculos en la espalda y hamacandose levemente, consolandola—. Ya, ya... No sé que te haya pasado, pero ya se resolverá.

—N-No es t-tan fá-facil —susurró entre espasmos, deprimiendose más, el pelinegro se mordió el labio dándose cuenta que sin querer la había cagado, prefirió quedarse en silencio mientras los sollozos de ella llenaban el ambiente.

—¿Sabes? Me está empezando a cansar un poco que últimamente llores tanto, principalmente porque no sé qué decirte para que te pongas mejor...  —Hizo una pausa, notó que Yui intentó regular su respiración—. Lo único que puedo ofrecerte es un abrazo y escucharte.

Adam se sentó en el suelo contra la puerta sin desarmar el abrazo, la blonda continuó llorando contra su pecho sentada entre sus piernas. Permanecieron así varios minutos, Yui no se comenzaba a sentir mejor, al contrario, ¿Cuantas veces alguien le había ofrecido estar para ella? Muy pocas, y hasta hace no mucho era algo que escaseaba, los vampiros no eran así de abiertos con ella y mucho menos le ofrecían ese trato; ese chico valía oro, estaba para ella y la quería... Pero si no se mejoraba iba a lastimarlo, dejándolo.

Sin duda, no se iba a sentir mejor en un buen tiempo.

Pasada más de media hora, Yui comenzó a calmarse un poco, sus orbes rosas dejaron de soltar lágrimas y los espasmos que inundaban el ambiente se detuvieron de a poco, quedándose en un silencio extraño. Bueno, ahora venía el momento en el que le decía por que había armado tanto alboroto, ¿No?

—¿Ya estás mejor? —consultó sin deshacer el abrazo y sobando su espalda; ella asintió—. ¿Puedes decirme qué te pasó? ¿Donde estabas?

—Fui con a un doctor a presentar unos estudios por mis bajas defensas —comentó sin separar su rostro de la camisa del chico.

—No sabía que habías pedido una consulta, te hubiera acompañado ¿Fuiste sola?

—No, Subaru me acompañó, no te dije nada porque no quería preocuparte, además te veía muy ocupado con tus exámenes y no quería molestarte.

—Como si un examen tuviera tanta importancia. —Sin verlo la blonda ya se imaginó que rodaba los ojos, no pudo evitar sonreír—. ¿Qué fue lo que te dijo?

—Que me quedaron secuelas de la Meningitis, incluso puede que vuelva a tenerla otra vez... —Hizo una pausa, quería largarse a llorar de nuevo—. Por ahora es controlable con medicina que me recetó, pero estoy en una situación delicada por mis bajas defensas.

El contrario no dijo nada, solo comenzó a acariciarle el cabello antes de que vuelva a llorar.

—Asi que estas mal por eso... —Suspiró—. No sé qué decirte, pero si el médico te recetó medicina es porque apuesta a que funcionará; todo va a salir bien... Veremos qué se puede hacer, te ayudare en todo lo que pueda.

—Gracias... —dijo sonriendo y pasó las manos por su cuello, cambiando el abrazo, reposando su mentón contra el hombro del pelinegro.

—De nada. Alegrate, piensa que tienes mayores problemas por los que preocuparte: hay unos idiotas que aparecen cuando quieren en cualquier lugar y seguro esperan por verte, no creo que quieras que te vean así. —Sintió que la respiración de Yui se había vuelto irregular nuevamente, estaba por llorar de nuevo, no había pensado como se lo tomarían los vampiros. Suspiró, no había logrado levantarle el animo. La separó para darle un beso en la mejilla—. Siempre cuenta conmigo cuando necesites un abrazo y apoyo emocional, te esperaré con los brazos abiertos; pero por favor, deja de llorar. A, me duele verte así de indefensa.

»Eres fuerte, no debes olvidarlo; esto no podrá contra ti.

¡No nos dejarás por él! 「Yui Komori」#DRE2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora