12ー; ¿Verdadero o falso?

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Negro. Yui no lograba ver nada.

¿Qué estaba sucediendo? Sentía los ojos muy pesados y un dolor punzante resaltaba en su cabeza con si se hubiera golpeado de forma brutal. Se llevó una mano a esa zona y sintió un líquido espeso y caliente cuando una risa comenzó a resonar en sus oídos. Abrió los ojos y de forma desenfocada vió sangre cubriendo su mano. Notó que estaba boca abajo en el suelo sobre un charco de sangre mientras oía un llanto de fondo.

—Corre... huye —susurró entre jadeos una voz conocida.

—¿A-Adam? —llamó reconociéndolo mientras miraba hacia su derecha, directo hacia donde provenía la voz.

Lo observó con dificultad desplomado a unos metros suyo, también se encontraba lastimado y la sangre adornaba su rostro y cercanía. Vió que Laito pisó de forma brutal su cabeza.

—¡Déjenlo! —chilló al verlo luego de un jadeo ahogado mientras el llanto de fondo pero familiar aumentaba—. Por favor... Paren.

—Kisama, ya bastante nos molestó como para que lo dejemos ir sin más —habló el Tsukinami mayor.

Shin volvió a patear su cabeza.

—¡B-basta! ¡Van a matarlo! —se apresuró a gritar desesperada.

—Es lo mínimo que se merece luego de haber osado hacer todo lo que hizo —habló Kanato mientras lo miraba sonriendo.

—Pero tranquila, deseará estar muerto. —Ruki sonrió acercándose al lugar donde el llanto se intensificaba.

Yui giró su cabeza un poco y vió que a unos metros de ella estaba sentado un pequeño hermoso niño rubio de pálidas mejillas que se encontraban rojizas por las lágrimas.

Su hermoso niño.

—Para los humanos no hay nada peor que la impotencia, ¿Verdad? —dijo mientras lo tomaba sin delicadeza por un brazo hasta ponerlo a la vista de ambos jóvenes.

Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Yui. Por el tiempo de convivencia que tuvieron supo que no era nada bueno y mucho menos con el rencor que sentían por todos esos años.

—¡N-No, por favor! ¡Déjenlo, él no tiene nada que ver con esto! —gritó ahora Adam con el rostro horrorizado.

Que se metan con él era una cosa, pero tirar su orgullo y rebajarse ante ellos no era algo que dudara con tal de salvar a su hijo.

—Callate. —Yuma pateó su costado.

—Por supuesto que tiene que ver en esto —habló Kou mientras se agachaba un poco para susurrarle mientras reía socarrón—, los hijos pagan los errores de sus padres, ¿No?

—¡No es así! Por favor, ¡haré lo que sea! pero no le hagan nada... no les hagan nada —dijo Yui con lágrimas descendiendo de sus ojos, no podían quitarle a sus personas más amadas.

Como supuso solo causó risa en sus agresores. Volvía a ser esa persona sumisa que lo entregaba todo... Que se rendía y entregaba a ellos.

—¿Creíste que podrías formar una familia? —comenzó  Reiji—. Eras nuestra novia, no deberías haber osado irte con otro hombre. Fue idiota de tu parte desearlo.

—Espero que hayas disfrutado tus 12 años con ella. Oh, y tampoco olvidemos los casi 2 años que tuviste con el mocoso, fue poco, pero espero que queden bien grabados en tu memoria —habló Shū altanero. Al pelinegro se le deformó el rostro del horror— . Las cosas duelen más cuando son arrancadas de ti. Sentirás lo mismo que nosotros.

—Acabemos con esto —dijo Ayato acercándose a la blonda que temblaba entre lágrimas al ver a su pequeño viéndola asustado.

—M-mami —balbuceaba como podía la pequeña criatura.

¡No nos dejarás por él! 「Yui Komori」#DRE2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora