13ー; ¿Es por "ambos" o por tí?

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—¿Por qué la has traído? Le habíamos dicho que no nos la volveríamos a llevar contra su voluntad.

—A la mierda con eso, ¿No ves que ni mantenerse en pie podía?

—Lo sé, pero hay otros métodos. Mínimamente la hubieras traído consciente. ¿Hasta cuándo planeabas ocultar que se encontraba aquí?

—¡No es mí culpa que se haya caído por las escaleras por sus mareos! Y no sé, ya lo iban a notar.

—Te recuerdo que estaba huyendo de ti...

¿D-Donde estoy? —preguntó Yui incorporándose en la cama un poco adolorida. Se había despertado al oír las voces a su al rededor y poco grata fue su sorpresa al ver a Ayato y Reiji a unos metros suyo.

Se encontraba en un cuarto de paredes de un color crema bastante amplio, lo suficiente como para que entrara la cama de una plaza en la que se encontraba, un sillón aterciopelado en el que cabían cómodamente dos personas, una mesa a juego y amueblado en el que podría caber ropa y mantas. Mucho más no pudo observar ya que se encontraba únicamente iluminado por un velador que se encontraba a su costado junto a un saumerio encendido.

—En nuestra morada, a las afueras de Ponsonby —respondió el mayor—. Ayato te ha traído.

—¿P-por q-?

—A ver, Chichinashi —la interrumpió—. Dejemos algunas cosas en claro antes que saltes a la defensiva: estás últimamente hecha una gelatina que con suerte se mantiene consciente, necesitas revisión constante y dudo que las hagas: la presa de Ore-sama no puede estar en un estado tan deplorable. Hay algo que no termina de cuadrar, así que si por tu propia cuenta no te mantienes como corresponde es nuestro momento de intervenir.

—N-No era necesario, hago todo lo que me es recetado.

—Pues entonces deberías hacerle notar que el método que aplica no es efectivo —intervino Reiji—, cosa que evidentemente no haces.

—L-Lo iba a hacer en esta próxima consulta —se justificó apenada. Sentía como si fuera una niña que estaba siendo reprendida. Observó que la miraban de una forma extraña, y en sus miradas había algo que no lograba descifrar—. L-Lamento que hayan tenido que traerme hasta aquí, pero debería irme.

Antes de que Yui pudiera amagar siquiera a destaparse la vos de Reiji la interrumpió.

—No te lo recomiendo, seguro estás adolorida por la caída que te produjo el huir de Ayato. Debería incluso chequear si te haz roto algo, aunque lo dudo, sino ya te hubieras quejado.

—Oh, vamos, a lo sumo se habrá esguinsado una costilla. No me eches la culpa por esto —lo reprendió molesto. Luego volvió a dirigir su mirada a Yui—. Aún así, el cuatro ojos tiene razón. Ni te vendría mal seguir en reposo, más teniendo en cuenta el tiempo que has dormido por una simple caída.

—No fue simple, lo habría sido si la hubieras atrapado antes de que callera casi un piso —interrumpió negando con la cabeza Reiji.

—Tch, ¿Y tú cómo sabes eso? Ni estabas ahí, es más, creo que no había nadie.

—No necesito estar presente para saberlo. Bienvenido a las sociedades humanas, Ayato, donde un hecho se expande como chisme es minutos. Agradece que no te vieron teletransportarte. Aunque bueno, no esperaba que haya sido ella.

—Esperen —intervino Yui confundida—. Eso que dijiste, Ayato-kun, de lo que dormí... ¿Qué hora es?

—Las 14:30 pm —respondió leyendo el pelimorado su reloj de bolsillo, luego prosigió a aclarar—, del día martes.

¡No nos dejarás por él! 「Yui Komori」#DRE2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora