4. Caballero de Honor.

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- ¡¿El caso Malfoy?! –exclamó enfurecido mientras se acercaba a Hermione, quien se reclinó hacia atrás en su sillón-. ¡Vas a encargarte del caso Malfoy! ¡Sabes muy bien lo que eso significa para mí y vas a hacerlo de todas formas!

-¿Disculpa? –gritó Hermione poniéndose de pie-. No sé cómo será tu familia, pero la mía me ha enseñado modales y aprendí que se llama a la puerta antes de entrar.

Ron, que seguía sentado, se sorprendió que tuviera la valentía de hablarle así a su novio en el estado de enojo en que se encontraba aquel hombre.

Viktor largó una carcajada exagerada.

-No me hagas reír. ¿Qué te enseñaron en tu familia? ¿A traicionar a las personas?

Hermione abrió la boca y frunció el ceño totalmente indignada. Resopló fuertemente con la nariz, cambió su expresión para mirar a Ron que se sentía muy incómodo allí y le preguntó amablemente:

-¿Nos harías el favor de esperar afuera, por favor?

Viktor se giró hacia él, recién percatándose de su presencia allí. Él se puso de pie y salió de la oficina lo más rápido que sus pies se lo permitieron cerrando la puerta detrás de él. Aliviado de salir de allí, dio un gran suspiro. Cuando levantó la cabeza vio a Luna tecleando en su computadora y se acercó a ella.

-¿Ya has almorzado? –le preguntó, Luna asintió sin apartar sus ojos de la pantalla-. Vaya que eres rápida.

Luna no tenía ganas de conversar y Ron no quiso decirle que su jefa estaba enfadada con ella, así que se concentró en las siluetas de Hermione y Viktor que se veían detrás de las cortinas de la oficina y de sus gritos que ya se escuchaban debido al aumento de su volumen.

-Disculpen –murmuró una voz a sus espaldas-. Traigo el almuerzo para la señorita Hermione Granger.

Ron se giró y vio a una chica unos pocos años menor que él sosteniendo una bandeja con dos platos recubiertos. Finalmente Luna apartó la vista de su ordenador y le dijo a la muchacha:

-Déjalo aquí –Luna movió de lugar algunas carpetas de su escritorio haciendo espacio para la bandeja y la chica la obedeció-. Cuando la jefa y su acompañante terminen de comer te aviso así vienes a buscar los platos.

La chica sonrió, pero al instante frunció el ceño y miró hacia los cristales de la oficina de Hermione al igual que lo había hecho Ron; la mujer dentro había dicho algo en un volumen tan alto que los había hecho alarmar. La camarera tragó saliva, hizo un gesto para despedirse y se alejó camino al ascensor.

Ron desvió su vista hacia Luna y lo sorprendió ver que había vuelto a su labor en la computadora y que no dejaba de teclear, ignorando por completo los gritos de Viktor y Hermione que cada vez iban en aumento.

- ¿Suelen pelearse mucho? –le preguntó curioso mientras se apoyaba con el codo sobre el escritorio.

Al escucharlo hablar, Luna dejó de teclear de repente y lo miró abriendo mucho los ojos como solía hacer cuando cualquier persona le preguntaba algo.

-Hermione tiene un carácter fuerte y no es de quedarse callada cuando algo no le gusta –dijo suavemente mientras le sonreía-. Viktor no se queda atrás, pero siempre es él quien cede al final porque, aunque le cueste admitirlo, no puede estar mucho tiempo solo.

Ron escuchaba con atención mientras miraba las sombras de Hermione y Viktor moverse y hacer ademanes detrás del cristal y las cortinas que los escondían de los curiosos como él.

-Sinceramente, creo que Hermione soportaría una ruptura, pero no estoy segura acerca de Viktor. Él es muy dependiente, de ella y de todo el mundo –le explicó la joven, Ron la escuchaba con las orejas bien abiertas, era una información preciada-. Es abogado también, pero acá se dedica a las finanzas. Yo creo que es lo único que él puede hacer bien. Bueno, además de proporcionarle una buena paliza a quien se meta con él o con su prometida.

La boda de mi jefa. (Romione).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora