29. Epílogo: Un año después.

3.6K 190 89
                                    

El cielo estaba cubierto de nubes grises que pronosticaban una tormenta, seguramente alguna de las últimas del invierno, pero igual a las que continuarían en primavera. Eran cerca de las nueve de la mañana y él aún se encontraba en pijama, recostado en el sofá del apartamento de su novia. Aún se sentía extraño pensarla de esa manera y no estaba seguro por qué, ya que, desde la mudanza, se había quedado a dormir allí innumerables veces y hacía... ¿Un año? Seguía siendo terrible para recordar fechas, pero daba igual, más o menos un año que estaban juntos.

Había tomado el control remoto y, de vez en cuando, daba largos sorbos a su café que lo ayudaba a mantenerse despierto después de una agitada noche. Pasaba los canales sin encontrar nada que mereciera su total interés, las noticias lo aburrían demasiado y sí, se consideraba inmaduro por ello, pero como Hermione no estaba mirándolo, decidió pasar de ellas y detenerse en algo que le agradó considerablemente.

La mujer se había levantado hacía una hora y en ese momento se encontraba en la ducha, preparándose para el gran día. Ron no podía entender cómo ella aún tenía fuerzas para moverse tan rápido y levantarse de un salto en la cama. Por un segundo, creyó estar envejeciendo, pero todos esos pensamientos se desvanecieron cuando escuchó su voz a sus espaldas.

-¿Titanic? -preguntó ella con una sonrisa irónica.

Se giró hacia ella y se encogió de hombros demostrando una expresión inocente, mientras pensaba en que Hermione se veía realmente hermosa en esa bata blanca y con su cabello mal envuelto en una toalla de cara.

-¿Qué quieres que te diga? -respondió echándole una mirada fugaz a los Rose y Jack de la pantalla-. Es muy buena.

-A mí no me gusta -murmuró con desdén mientras se acercaba a la mesada que separaba la cocina de la pequeña sala de estar y untaba una tostada con mermelada.

Ron abrió la boca sorprendido, tomó su café y se puso de pie para acercarse a ella.

-¿Hablas enserio?

Se sintió algo incrédula ante la actitud de él y asintió con rapidez.

-Cursi, empalagosa y predecible -expuso seriamente y luego le dio un mordisco a la tostada.

El chico chasqueó la lengua en señal de desaprobación y se preparó una tostada para él.

-Es irreal, Ron. ¿Qué no puedes verlo? Nadie se enamora tan rápidamente.

-Yo lo hice -la contradijo sin mirarla de frente y vio por el rabillo del ojo que Hermione se sonrojaba. Se sintió satisfecho y una casi imperceptible sonrisa se formó en sus labios.

Ambos se sentaron en las únicas dos butacas altas de la casa y desayunaron por unos minutos en silencio. Luego, ya cuando aquel silencio se había vuelto incómodo, Ron se atrevió a levantar la vista hacia ella y lo hizo con un dejo de satisfacción en el pecho.

-¿Estás nerviosa? -le preguntó con dulzura.

-Sí, algo -respondió dejando su taza sobre la mesa.

-Saldrá todo bien -la tranquilizó acariciándole una mano.

Le sonrió y ella le devolvió el gesto.

-¿Quién diría que esto iba a pasar? -comentó ella-. No quiero que se sienta así, pero es como... Se siente como una revancha, ¿sabes? Es extraño, pero siento que podré demostrarle de qué estoy hecha. Me refiero a que quiero que Sarah consiga lo que quiere porque es mi trabajo; pero también que Viktor y Malfoy tengan lo que merecen porque es una necesidad.

-Mil libras de multa y doce horas detenido por agresión en la vía pública no parecen suficiente, ¿no? -bromeó Ron riendo débilmente.

Ella negó lentamente.

La boda de mi jefa. (Romione).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora