Ron no iba todos los días a la oficina y era eso lo que hacía dudar a su familia sobre la clase de trabajo que tenía, sin embargo él no se preocupó por ello y evitaba cuanto podía las preguntas de su madre. Luego de dos días sin ir al estudio, recibió la esperada llamada de Hermione y emocionado se tomó un autobús al centro de Londres.
Cuando cruzó las puertas metálicas del ascensor y llegó al escritorio de Luna, vio algo que le llamó la atención. A pocos metros de la chica habían instalado una mesa más pequeña, con una computadora y una agenda. Detrás de ella habían colocado una silla de oficina.
-Ahí te instalarás –murmuró alguien a sus espaldas.
Ron se giró y vio a Hermione sonriéndole.
-Tienes que estar cerca si te necesito.
La mujer se acercó al nuevo escritorio de Ron y le hizo una seña para que él se aproximara también.
-Aquí tienes una agenda con todos los números y direcciones esenciales, cada uno con varias opciones –murmuró mientras la levantaba y se la daba en la mano- . Asegúrate de organizar bien los tiempos con Luna, para que no se sobrepongan con mis reuniones.
El chico asintió en silencio y al ver que Hermione no decía más nada se sentó en la silla indicada.
-A la hora de almorzar, iremos a ver al catering –le comunicó la mujer emocionada.
Ron asintió en silencio mientras comenzaba a dar vueltas las páginas de la pesada agenda que Hermione le había entregado minutos antes; estaba llena de tarjetas, pequeños papeles y anotaciones de nombres, direcciones y números telefónicos.
-Antes de que lo olvide...
Hermione dio media vuelta y entró en su despacho, luego de unos minutos regresó con un pequeño papel en la mano y cuando estuvo lo suficientemente cerca, se lo ofreció a Ron.
-Es un adelanto.
Ron agarró el cheque agradecido al darse cuenta de que Hermione no había hecho ninguna alusión a cómo él lo necesitaba, simplemente se lo había dado y se había vuelto a encerrar en su oficina. Cuando pudo asimilarlo, Ron bajó la vista hacia el papel que tenía en sus manos y la suma lo sorprendió tanto que abrió demasiado los ojos y después rió. Hermione pensaba que era mucho más pobre de lo que realmente era.
El resto de la mañana Ron se la pasó haciendo llamada tras llamada, hablando con diferentes especialistas y prometiendo cada quince minutos a una asistente diferente detrás del tubo que la llamaría luego. Vio llegar a varias personas hasta el escritorio de Luna para después entrar en la oficina de Hermione. No había sido aburrido, pero sí agotador; por esa razón se sintió tan aliviado cuando la hora de almorzar llegó y vio a varias personas retirándose para tomar un descanso.
Se levantó de un salto cuando vio a su jefa volver a salir de la oficina.
-¿Nos vamos? –le preguntó ella sonriendo.
Como respuesta, él le devolvió la sonrisa y caminaron juntos hasta salir del edificio.
Hermione le había pedido a Ron que manejara porque ella debía leer y firmar unos documentos, así que Ron condujo el hermoso auto, algo emocionado, algo nervioso, mientras el GPS le indicaba por dónde ir. Anduvieron un rato por la ciudad hasta que llegaron a un restaurante elegante, precisamente el mismo en que Ron la había visto el día que los había conocido a ella y a Viktor. Él nunca había estado en un lugar como ese, era naturalmente para gente con dinero y clase, dos cosas que, Ron sabía, él no tendría nunca.
Apenas dieron unos pasos hacia dentro del local los recibió un hombre de unos treinta y cinco años de edad llevando un traje negro entallado al cuerpo. Saludó a una emocionada Hermione con un beso en cada mejilla y luego le dio la mano afectuosamente a Ron.
ESTÁS LEYENDO
La boda de mi jefa. (Romione).
FanficElla tiene una carrera exitosa y en ascenso, un novio apuesto que acaba de convertirse en su prometido, es inteligente y segura de sí misma, ha creado una vida perfecta porque no se lleva bien con los errores y a pesar de eso, sabe que hay algo que...