No era extraño que Hermione lo hubiese convencido de regresar al estudio, hacía ya mucho tiempo que Viktor no podía resistirse a sus encantos; ella era una obsesiva del trabajo y quería terminar algunos asuntos pendientes que le habían quedado. Viktor no era un vago, por supuesto, pero siempre había tenido en claro que no era de vital importancia que se esforzara demasiado. La única razón era su padre.
Le había dado las mejores oportunidades de estudio y Viktor le estaba agradecido, pero por más que se esforzara, su padre nunca estaba satisfecho y esto hacía que se frustrara mucho. Llegó a tal punto su frustración que un día decidió dejar de esforzarse y ni siquiera fue necesario. Sus notas siguieron altas gracias a su apellido y no tuvo de qué preocuparse.
Lo complicado en este momento era hacer entender a Hermione que Luna no podía ser partícipe de la organización de algo tan importante como su boda. Su novia era testaruda, muy testaruda y era muy difícil hacerla cambiar de opinión.
-No creo que sea conveniente -explicó Viktor. Ambos estaban conversando sobre el tema en la oficina de Hermione-. Ya lo discutimos y ya te di mi punto.
-Pansy no es una opción. O es Luna o no hay Dama de Honor, y sin Dama de Honor no hay boda.
Viktor puso los ojos en blanco.
-Mira, te entiendo, pero la boda es en tres meses y necesitamos que alguien responsable lo maneje.
-¿Alguien como la secretaria de tu padre? -le espetó levantando las cejas-. Que, por cierto, me odia.
-Eso no es verdad.
Viktor arrugó la frente.
Era evidente que Pansy y Hermione no se llevaban, la primera siempre se había mostrado intolerante ante la presencia de su novia y cada vez que se dirigía hacia ella, lo hacía con malos modos.
-Sí, es verdad. Nunca entendí por qué, pero me detesta y hará lo que sea por arruinarlo todo.
-Hablas como si ella tuviera un plan para destruirte.
-No me extrañaría -murmuró Hermione.
"A mí tampoco" pensó Viktor, pero no lo dijo. Era mucho mejor cerrar la boca.
-Mira, tengo que regresar a mi oficina, Neville me dejó unos informes por terminar -dijo Viktor levantándose de su sillón-. Piénsalo bien todo y hablamos esta noche, ¿sí?
Viktor se acercó a Hermione y la besó en los labios.
-Te amo.
-También yo -respondió la chica.
Él abandonó la habitación con paso apresurado y Hermione enseguida regresó a su labor.
La cena había sido deliciosa, como los tenía acostumbrados su madre, pero lo que lo había incomodado esta vez fue el tener que confesar que no había conseguido trabajo y tal vez fue porque su madre siempre había creído en él, que le dio palabras de aliento. De todos modos, no surgieron en él, el efecto esperado.
La mayoría de sus hermanos ya habían abandonado el hogar y se habían ido a vivir solos o con sus esposas. Sólo quedaban en la casa Ginny, su hermana pequeña, y Ron. Y aunque George, uno de los gemelos, vivía solo en su departamento, una vez a la semana se reunía a cenar con sus padres.
-Hablé con mi jefe, Ron -comentó Harry en la cena-. Y me dijo que por ahora no hay nada, pero que te avisa si algo aparece.
Ron se limitó a asentir en silencio.
Harry era su mejor amigo y el novio de su hermana. Sucedió que después de muchos años de guardar su amor en secreto, se animaron a confesarlo y hacía seis meses que no se despegaban. Eso para Ron era algo irritante. Harry era huérfano y había vivido toda su vida con sus tíos maternos y, aunque ya se había ido a vivir solo desde que había cumplido la mayoría de edad, pasaba casi las veinticuatro horas del día en su casa, almorzaba y cenaba con ellos. Ese era una excelente excusa para la señora Weasley que le encantaba cocinar y era genial para Harry que no era muy bueno en el arte culinario y amaba comer las deliciosas comidas de su suegra.
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La boda de mi jefa. (Romione).
Fiksi PenggemarElla tiene una carrera exitosa y en ascenso, un novio apuesto que acaba de convertirse en su prometido, es inteligente y segura de sí misma, ha creado una vida perfecta porque no se lleva bien con los errores y a pesar de eso, sabe que hay algo que...