Yo soy el papá | J.B |

/13/ Gracias por tanto.

Narra Becca.

Terminé de limpiar mi nariz y tiré la servilleta al cesto de basura cuando sentí que Justin entraba a la cocina.

—Muñeca, mírame —pidió.

—Ahora no —se acercó y tomó mis mejillas en sus manos, me giré para estar frente a él.

—Te amo —susurró y yo perdí el aliento—. Te lo había querido decir desde hace mucho pero antes creía que sería muy precipitado, ahora sé que es lo correcto. Te he amado desde el primer día, preciosa. Eres lo que siempre he soñado y no tienes idea cuánto me dolió saber que estás esperando un bebé que no es mío. Sin ti me siento roto, como si fuera sólo la mitad de un completo. No tengo una mano a la que sostenerme. Pero cuando estás conmigo no le temo a nada y siento que todas las partes de mí corazón al fin se unen. Ahora tendrás que ocuparte de tus propios asuntos, claro que no significa que ya no nos vamos a hablar porque no pienso dejarte sola, simplemente que ya no va a ser lo mismo. Ya no tendré tu hermosa sonrisa para animarme cuando las cosas no vayan bien, ya no podré admirar tus ojos sabiendo que alguien más querrá admirarlos como yo, no podré tomar tu mano para presumir la belleza que tengo a mi lado porque a tu lado estará alguien más.

—Justin...

—Shhhh —puso su dedo en mis labios—. Gracias por tanto Becca, de verdad. Gracias por hacerme sentir vivo, gracias por soportar mis tonterías, gracias por hacerme tan feliz, gracias por enseñarme lo que es el amor, pero en especial, gracias por mostrarte tal como eres conmigo, por darme tu confianza y por dejarme ver cada versión de ti —me abrazó fuertemente ocultando su cara en mi cuello.

—¿Y cuál es tu favorita? —me aferré a su playera.

—Amo a todas y cada una de ellas.

Seguimos abrazados durante un largo tiempo hasta que sentí que algo mojaba mi cuello y entonces Justin apretó aún más mi pijama.

—Justin, ¿estás llorando? —fruncí mis cejas y traté de separarme pero me apretó más fuerte, con cuidado por supuesto.

—Es que no quiero dejarte nunca —su voz partió aún más mi corazón—. Te voy a extrañar tanto —siguió llorando—. ¿Por qué tenías que embarazarte de otro? Me vas a hacer tanta falta. Prométeme que no vas a querer a Connor como me quieres a mí, no, olvídalo —se separó al fin—, eso es egoísta —sus ojos llorosos me partieron por completo, me tomó por los hombros—, mejor prometeme que vas a ser feliz, pase lo que pase.

—Prometo que jamás voy a querer a Connor como a ti porque Justin —lo tomé de los cachetes—, también te amo.

Nos quedamos mirando hasta que tomé la iniciativa y lo besé. Vaya que fue el mejor beso de mi vida.

—Perdón una vez más por quitarnos la oportunidad de ser felices juntos —le dije al separarnos.

—Yo seré feliz sólo si me dejas seguir siendo parte de tu vida y no me olvidas.

—Y yo seré feliz contando con tu compañía.

Nos sonreímos con los ojos llenos de agua.