Narra Justin.
Cerré la puerta del cuarto de Becca con mucho cuidado para evitar derramar la leche que llevaba en mi mano izquierda. Ella estaba masajeando sus pies. Lucían un poco hinchados.
-No te agaches demasiado o te va a seguir dando acidez -le dije y puse el vaso en su mesita de noche-. ¿Prefieres que yo te los sobe?
-No gracias -rió y se sentó recargándose en la cabecera para tomar la leche-. Creo que caminamos mucho.
-Yo creo que fue lo normal -me encogí de hombros y me acosté a su lado en la cama.
-¿Quieres ver la tele un rato? No tenemos tarea y aún no te tienes que ir, ¿o sí?
-No. Me quedan -saqué mi celular y vi la hora- como 2 horas.
-Vale, déjame ponerme cómoda y buscamos una película, ¿va?
-De acuerdo.
Becca dejó el vaso casi vacío en la mesita y se levantó lentamente, supuse que para evitar que otra vez tuviera acidez estomacal. Había estado con ese problema todo el día en la escuela y yo solo quería que las clases acabaran para que reposara y dejara de sufrir.
Y cuando llegamos se quitó los zapatos inmediatamente porque dijo que le dolían mucho.
Menos mal que ya era fin de semana y podía descansar.
Vaya, una semana había pasado y yo no me había dado el valor para decirle a Becca lo que mi corazón pedía a gritos que expresara. Pero es que había notado cosas raras en ella en estos días.
Prendí la tele y luego miré a Becca. Se estaba recogiendo el cabello en una coleta y después empezó a desabrochar su camisa roja a cuadros. Cuando se la quitó, noté que debajo estaba usando una camiseta negra, de esas que tienen unos tirantes delgados y que van pegadas por completo al cuerpo.
Entonces pude observar que su escote estaba más pronunciado de lo normal. De verdad que ella se había puesto muy sexy este año.
Bajé un poco la mirada al notar un abultamiento en su estómago. Sí que le había metido a la comida.
-¡No me mires! -reclamó Bec girándose para ocultar su cuerpo, se puso una sudadera enorme y luego tomó un pantalón para meterse al baño rápidamente.
Junté las cejas en confusión por su actitud tan extraña. No fue como que la estuviera viendo desnuda, sólo estaba viendo su abdomen... que estaba inflamado.
Algo hizo click en mi cabeza y me di cuenta de que tal vez su estómago no tenía esa forma por ser acumulación de grasa. Tal vez iba más allá.
Me puse a repasar todas las cosas raras que había hecho durante esa semana; las idas al baño, el resfriado tan repentino que había agarrado el miércoles, los cambios de humor, los pies hinchados, los antojos, la acidez estomacal, el que siempre estuviera cansada, la transformación de su cuerpo y, por último, esa pancita que lucía y que había estado ocultando con toda la ropa holgada.
Ahora entendía porque no usaba la ropa que yo recordaba que le gustaba usar, porque no salía a Educación Física, porque comía todo el tiempo pero saludablemente, pero en especial, porque tenía ese brillo en los ojos.
¿Becca estaba esperando un bebé?
Empecé a negar con la cabeza. Sí, tal vez había estado comportándose anormalmente pero no podía olvidar que había dejado de verla durante un año completo. Tal vez había adquirido nuevas costumbres o había estado haciendo ejercicio. No podía precipitarme a pensar que Bec estuviera embarazada. Era aún muy joven y muy responsable. No podría estarlo.
Y en caso de que sí, estaba seguro de que me lo diría. Nos teníamos mucha confianza.
Pero no, sólo estaba delirando. Becca no estaba embarazada porque jamás me habló de ningún chico y ella siempre me cuenta cuando conoce a alguno.
Dejé de preocuparme por ello y mejor suspiré acomodándome en la cama. Era una tontería.
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Yo soy el papá | J.B |
FanficJustin regresa de su viaje de intercambio después de un año, listo para declararse al fin a Becca, la chica que siempre ha amado. Sin embargo, desde el primer momento nota que hay algo extraño en ella, en especial que su vientre se encuentra ligeram...