Yo soy el papá | J.B |

/16/ La tuve como nunca la tendrás.

Narra Justin.

Me acerqué a la puerta de la gran casa y la golpeé, esperando que fuera Connor quien abriera. Y así fue.

Me miró y después de reconocerme, pasó su mirada de arriba hacia abajo con desprecio.

—¿Qué es lo que quieres?

—¿No se supone que estabas de viaje?

—¿No se supone que mi vida es privada y a ti no tiene que interesarte lo que hago? —respondió con una sonrisa.

—Me interesa puesto que embarazaste a mi amiga y ahora que necesita tu apoyo resulta que le mientes diciéndole que estás de vacaciones cuando realmente te estás escondiendo para no afrontar lo que hiciste.

—Me gusta que tengas claro que sólo es "tu amiga" —dijo haciendo comillas con sus dedos—. Sé la verdadera razón por la que estás aquí.

—¿Ah sí? —alce la ceja derecha— ¿Y cuál es? —sonreí cínico.

—Vienes a reclamarme por acostarme con Becca cuando tú lo más lejos que has llegado con ella es a un beso en la mejilla —rió y yo sonreí más grande.

—No me interesa realmente con quién se acueste o no —mentí. Era obvio que me importaba.

—¿De verdad? Porque todos sabemos que no sólo quieres ser su paño de lágrimas, tienes otras intensiones con ella. ¿Qué se siente estar en la friendzone? ¿Qué se siente saber que alguien más se la tiró? —miré a otro lado y tensé mi mandíbula por su forma de hablar sobre ella.

—Yo no quiero llevármela a la cama —yo quiero llevarla al altar, quise decir pero sólo seguí mirando el horizonte.

—No te creo. Todo chico en la escuela quiere echársela —lo miré—. Imagínate cómo se sentiría un chico que lograra meterse entre sus piernas para después presumirlo a sus amigos —frunci el ceño y el empezó a sonreír.

—¿Lo hiciste porque querías quedar bien con tus amigos?

—Lo hice porque me dio la gana —dejó de sonreir y dio un paso a mí—. Lo hice porque llevaba deseándola desde meses pero siempre estabas tú pegado a ella como un chicle. Ella es tan sexy, tan provocativa y tan bonita. Te odiaba por tenerla a tu lado y no aprovechar la oportunidad de bajarle los pantalones y follart...

—¿Quieres callarte ya? —lo interrumpí tomando el cuello de su camisa en mis puños— No quiero saber eso. Yo no soy como tú ni como los demás. No me interesa sólo tener sexo con ella.

—¿Seguro? Ojalá lo hubiera grabado para que vieras cómo se movía y como gemía debajo de mí mientras me abría más las piernas.

No lo soporte más y le di un puñetazo en el ojo derecho. Lo solté dejando que cayera para después montarme sobre él y golpear su rostro repetidas veces. Él empezó a golpearme también pero estaba tan enojado que ni dolor sentía. Cuando había sacado mi furia me levanté y lo miré. Vaya que había quedado mal.

Ligeramente se levantó y escupió sangre al suelo para después mirarme.

—No importa cuanto me pegues. Ya la tuve como nunca la tendrás.

—Al menos te demostré lo que un chico en la friendzone puede hacer si te metes con su chica.

Al llegar a mi casa lo primero que hice fue ponerme un hielo en mi labio pues estaba inflamado y al parecer un poco roto. Mi ojo izquierdo tenía una coloración verde pero nada que no se quitara con algunas pomadas.

Justo estaba terminando de preparar la comida cuando escuché la puerta de entrada abriéndose y después el sonido de unos tacones paseándose por el living.

—¿Ma? —exclamé fuerte para que me escuchara.

—¿Justin? —la escuché acercándose a la cocina por lo que me volteé para evitar que viera mi ojo y el labio—. Así que ésta es la razón por la que la casa huele tan bien —posó sus manos en mis hombros mientras se colocaba detrás de mí. Asomó su cabeza​ por encima de mi hombro izquierdo y, tras darme un beso en la mejilla, se quedó observando hacia la estufa.

—Quería sorprenderte. ¿Cómo te fue hoy?

—Bien, normal como siempre —caminó a una silla en el pequeño comedor y se sentó ahí— ¿Tú? ¿Qué tal tu vida como senior?

—Mamá, es sólo un año más —me encogí de hombros.

—Como digas. Para mí has estado diferente, como raro.

—¿Raro? —fruncí el ceño y giré levemente mi cabeza para verla.

—Sí, como preocupado, distraído, no lo sé —suspiró—. Sé que ya eres grande y que probablemente ahora que viviste en Alemania te volviste más independiente pero debes saber que puedes contar con tu madre para cualquier cosa ¿vale?

—Mamá, hay algo que tengo que decirte —me decidí finalmente a confiar en mí madre porque esto era mucho para mí—. Pero es algo muy privado, algo entre nosotros, ¿de acuerdo?

—Cielo, me estás asustando, siéntate y dime qué ocurre.

Giré con el rostro un poco agachado y me senté frente a ella. Alcé la cabeza y la miré. Tardó unos segundos en reaccionar finalmente.

—¡JUSTIN BIEBER! ¿QUÉ TE PASÓ EN LA CARA?

—Ma, esto es una parte de lo que tengo que decirte. Me peleé con un chico.

—Justin, tenía mucho que no peleabas, de hecho creo que nunca lo habías hecho, ¿que sucedió para que lo hicieras ahora? Más te vale que sea una buena razón de lo contr...

—Becca está embarazada.

—¿Qué? —pude ver la sorpresa cruzando su rostro y como el aire se le había ido.

—Rebe va a ser mamá.

—Justin, no puedo creerlo. Rebe me cae muy bien, es encantadora y hacen muy linda pareja —oh oh—, sé cuánto la quieres pero ¿tener un bebé a esta edad? ¿Cuando están por entrar a la universidad? ¿No pensaste en las consecuencias de tener relaciones sin condón? Justin, debiste cuidarte, y a ella también.

—Mamá, el bebé no es mío —dije para parar su sermón... y mi martirio.

—¿Cómo? —vi la decepción reflejada en sus ojos para después volverse tristeza—. Justin, mi amor, lo siento mucho. Sé cuánto la querías.

—La sigo queriendo mamá —sonreímos levemente—. Cómo desde el primer día.

—¿Sus padres ya lo saben? —cambió súbitamente el tema.

—Aún no, esa es una de las razones por las que ahora estoy así —dije señalando mi rostro.

—Cuéntame qué pasó.

Y así comenzó una larga charla entre mi madre y yo, con algunas lágrimas de por medio. Era increíble contar con ella.