/15/ Nuestro bebé.

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Narra Becca.

Bajé más mi sudadera y acomodé mi cabello mientras seguía caminando. Bufé porque éste no se acomodaba como quería, era definitivamente un mal día para él.

—¿Por qué tan molesta? —escuché que Justin habló detrás de mí. Sin mirarlo ni detenerme, le respondí.

—Connor no contesta y yo ya no puedo ni quiero ocultar mi estado. Cada vez me cuesta más vestirme para no lucir gorda.

—Tranquila Bec —pasó un brazo alrededor de mis hombros—, aún con tu barriguita te ves preciosa —me detuve y lo miré con mala cara—. ¿Qué? —sonrió inocentemente.

—Lo dices porque me quieres.

—Te amo pero eso no tiene nada que ver.

—Claro que sí, me ves con ojos de amor.

—Vas a ver que no —susurró—. ¡Oigan todos! —gritó a mitad del pasillo—, ¿verdad que la chica que está a mi lado —me apuntó con el dedo por encima de mi cabeza— es la mujer más hermosa del planeta?

—Justin —reí nerviosa y quité su dedo. Todos nos veían y sonreían.

—¿Verdad que sí? —volvió a preguntar y entonces los chicos que habían ahí empezaron a gritar que sí— Gracias —gritó y nos giró para seguir caminando—. Listo, esa dosis de halagos es suficiente para tu autoestima. Vámonos antes de que me ponga celoso por los chiflidos que recibiste —sonreí y lo abracé por la cintura.

—¡Bieber! —Terrence lo llamó desde un pasillo a nuestra izquierda— ¿Te lo puedo robar? —me miró y asentí sonriendo— Gracias. Bro —lo tomó del hombro—, tenemos que arreglarnos para el próximo partido.

—Sí, sí, sí, espera, Becca —me miró—, ¿nos vemos en el salón?

—Claro —le sonreí y me dirigí al baño para hacer pipí.

Al salir tomé mi celular del bolsillo en mi pantalón y me quedé estática viendo que Connor había mandado un mensaje.

"Deja de presionarme Rebecca, estoy muy ocupado. En cuanto regrese hablaremos. Ya CÁLMATE."

Bloqueé mi celular mientras unas lágrimas se acumulaban en mis ojos por el coraje. ¿Cómo se atreve a hablarme así?

Volví a entrar a la aplicación y le mandé un audio.

Tenemos que hablar ahora Connor, no podemos ocultar más a nuestro bebé.

No pasó más de un minuto y él contestó con otro audio.

No menciones a ese niño como si nada, ¿qué tal que alguien en la escuela te escucha? No es algo de lo que estoy muy orgulloso como para divulgarlo.

Volví a bloquearlo y ahora sí lloré pero de decepción. Connor no era así hace unos meses. Caminé al salón y me senté en mi lugar. Justin, que estaba en el escritorio, fue hacia mí rápidamente.

—Después del partido del viernes vamos a ir por unas pizzas, ¿vienes?

—Claro —contesté indiferente.

—¿Qué te pasa? —se agachó y me miró.

—Nada.

—Bec...

—Connor se arrepiente de nuestro hijo —susurré desesperada.

—¿Cómo lo sabes?

—Al fin contestó mis mensajes.

—Tranquila —lo miré y él miró alrededor antes de tomar mis mejillas—, es un idiota.

—Ya me di cuenta.

—No estés triste, yo estoy contigo. Ya verás como al rato se le pasa.

—¿Quieres ir a comer a mi casa hoy?

—No puedo —dijo nervioso—. Voy a hacer unas cosas por la tarde.

—¿Tampoco quieres estar conmigo?

—No es eso —sonrió con ternura—. Mi mamá quiere que la acompañe a comprar unas cosas.

—Vale, entonces otro día.

Yo soy el papá | J.B |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora