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El timbre de su casa sonó y fue su mamá la que abrió la puerta, Julia se encontró con un pequeño tailandés. Los golpes ya casi no se notaban y gracias al maquillaje mágico de su mejor amiga, Prim, su rostro parecía tan fresco como el de una lechuga. 

El chico de las bermudas celestes y la camisa de pintitas fue recibido e interceptado rápidamente por Johnny. Había notado la mirada en los ojos de su padre y sabía que no le había agradado mucho Chittaphon, a pesar de que escondió lo mejor que pudo su acento extranjero e hizo una profunda reverencia. Incluso si había traído un paquete de galletas horneadas para la merienda. No quería que permaneciera mucho tiempo bajo la observación de su progenitor. 

Cerró la puerta de su habitación justo después de que ellos entraron. Tenían que hacer un proyecto de Historia, YoonOh había sido asignado con un chico llamado SeokMin y ellos se alegraron de poder hacerlo con alguien que conocían. 

  — No entiendo porque asignaron dos extranjeros juntos— comentó Chittaphon, frustrado después de intentar comprender uno de los libros que había sacado de la biblioteca. 

— Porque mi nombre aparece como "Seo YoungHo" y casi ningún profesor sabe que vengo de Chicago— comentó Johnny, casualmente, mientras hojeaba otro libro. Levantó la mirada y se encontró con la ceja enarcada de Ten.— Idea de mi papá— comentó rodando un poco los ojos.— Dice que será escandaloso si se enteran que mi primera nacionalidad no es la coreana. 

Su padre era un hombre de ideas raras, quizá por eso había entrado como siete veces con excusas que ninguno de los adolescentes creyó. Que si querían jugo, que si se sentían cómodos, que si querían ayuda, que si querían ir al estudio que tenía aire acondicionado. 

— No entiendo por qué se está portando así— comentó YoungHo, bufando después de cerrar la puerta luego de la última visita.

— Porque temen que el compañerito de clases se meta en los pantalones de su único hijo— comentó Chittaphon, divertido.

Johnny lo miró sorprendido, quizá por la naturalidad con lo que lo dijo o porque realmente parecía confiado en que eso era cierto.

  — No me mires así— dijo el tailandés sonriendo.— No es lo peor que me ha pasado. Mi prima no quería dejarme a solas con su novio porque creía que se lo iba a robar— se encogió de hombros.— Pensé que si todo el mundo creía que yo era esa clase de chico, entonces realmente podía fingir ser uno aquí, donde nadie me conoce... y aun así piensan eso. 

Apoyando su peso sobre una de sus manos, lo miró por un par de instantes.

— ¿Realmente quieres que todos crean que eres esa clase de chico?— preguntó.

Chittaphon suspiró y abrazó sus rodillas, mordisqueando sus labios. Pestañeó un par de veces cuando notó que sus ojos se pusieron húmedos. Se acomodó mirando en dirección al muchacho. 

— Te contaré una historia, ¿está bien?— Johnny asintió.— En mi pueblo natal, me gustaba un chico más grande que yo. Era el tipo más asombroso que conocí en toda mi vida. Pero bueno, quizás es porque aún soy joven que sigo pensando eso. Era realmente estúpido, pero lo seguía a todos lados porque su sola presencia me bastaba para... para ser feliz — Chittaphon sonrió con cierta nostalgia. Sus ojos incluso más húmedos.— Yo hacía de todo para hacerlo tan feliz como él me hacía. Y un día, hace pocos meses, decidí que sería valiente y me declararía. Me preguntó si esa noche terminaríamos en la casa de alguno y sabes a lo que me refiero, obviamente le dije que no. Porque no soy esa clase de persona. Resulta que a él le gusta un chico, esa clase de chico y que nunca sería como él.  

Johnny; puedes ser la persona más hermosa de todo el mundo, la más inteligente, la más simpática, pero si no puedes darles lo que quieren, nada de eso importa. ¿Para qué tienen parejas las personas? Por dos motivos. Porque no pueden soportar su soledad o porque necesitan a alguien para tener un orgasmo. O las dos cosas juntas

  — ¿Y el amor?— preguntó Johnny. 

Chittaphon bufó.

— ¿Cuántas personas realmente han amado a alguien románticamente hablando? Amar es desear la felicidad ajena por sobre los intereses personales. ¿Conoces a alguien que haya amado verdaderamente a otra persona? 

Creo que lo existe comunmente, es la costumbre y el agrado de la compañía de otra persona. Todo eso que viene después de una pasión desenfrenada

Cuando su padre entró por octava vez en dos horas, ambos muchachos estaban desparramados en el piso de la habitación, mirando el techo con una canción de Coldplay de fondo. 

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