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El campo era una especie de quinta que le pertenecía a quién sabe quién y estaba separada de la locura de la ciudad por una hora de distancia. Fueron en el coche junto con Lee MinJae y Lee MinHyung. Aparentemente, era una cosa muy importante para su padre porque sería como presentar formalmente a MinJae como su pareja frente a sus colegas. 

Ella había hecho mucha comida que parecía deliciosa, estaba todo dentro de una canasta y todo el camino se rieron de la inutilidad de Mark en el ámbito de la cocina, haciendo que el chico se pusiera todo colorado y balbuceara constantemente. Johnny seguía sin poder creer que el muchachito rubio fuera el fuckboy que DongHyuck había descrito. 

Sin embargo, le creía. DongHyuck no tenía razones para mentir acerca de un chico que no le había hecho nada. Así que se dedicó a esperar pacientemente por la oportunidad de preguntarle al respecto. 

Cuando su padre les sugirió si querían comprar helado, se dio cuenta que era su chance. Las mesas de madera del lugar estaban llenas de gente que parecía vieja y ocupada, así que los chicos casi salieron corriendo del sitio. Si pasaban el pequeño lago artificial que contaba con un puente, frente a la quinta había una tienda de convivencia. 

Mark le hablaba acerca de algo de la escuela cuando pasaban por encima del puente y entonces, él se detuvo. 

  — ¿Realmente estás siendo aplicado con tus estudios únicamente?— preguntó, con una ceja levantada.  

Pensó que sería recibido por el Mark vergonzoso que se abochornaba con facilidad, pero sólo se encontró con un mocoso que le devolvió el mismo gesto con una sonrisa divertida. 

 — ¿Esa excusa la cree alguien más que nuestros padres?— inquirió.— Obviamente no, pero no le diré las cosas que hago a mi madre. 

— Entonces lo que me dijeron es cierto— pensó en voz alta.

— ¿Qué te dijeron?— recién ahí MinHyung parecía verdaderamente interesado. 

— Que eres alguna clase de fuckboy— respondió, encogiéndose de hombros. 

Mark se rió un poco, la palabra le causaba gracia; pero sí, no estaba alejada de la verdad. 

 — ¿Te juntas con niños de preparatoria, John? 

 — Planeo empezar a trabajar de babysitter, al menos ganaría dinero en vez de hacerlo gratis.

— No sé quién te lo haya dicho, pero quizá puede decirme esas cosas personalmente.    

La idea de Mark metiéndose con DongHyuck le hizo hervir la sangre. No planeaba dejar que eso pasara, no iba a dejar que alguien estropeara la inocencia del chico más bueno que había conocido en toda su vida.  

 — ¿No has pensado en lo que te puede pasar si los directivos se enteran de lo que haces, uh? Podrían echarte de la escuela. 

— ¿Por tener sexo? No le miento a nadie ni obligo a nadie a nada. Sería estúpido si eso pasara.

— Permiso.

Voz suave. 

Johnny se giró para encontrar a Moon TaeIl a un par de metros de ellos, cargando una caja de helados. La sangre que se le había subido a la cabeza, se bajó de golpe y una sonrisa se plantó en su cara. Pero seguía ahí, en medio del puentecito, sin moverse ni un centímetro. 

— ¿Es que acaso tiene la costumbre de impedir el paso?— preguntó divertido el mayor. 

— Es mi pasatiempo— contestó, apoyándose por al barandal del puente de madera como un modelo de revista, causando que TaeIl se riera. Mark los miraba extrañado. 

De pronto, el mayor se giró hacia el rubio.

— Y no es por tener relaciones, es por daño a la imagen pública. Cuando alguien se inscribe a una escuela firma un contrato en donde la escuela dicta que clase de imagen se espera de sus alumnos así como las normas de convivencia y si esto se viola, no se puede echar legalmente a alguien, pero se le firma un traslado. Lo cual vendría hacer una amable pero imperativa invitación a que el sujeto en cuestión se vaya de la institución.  

— ¿En serio?— balbuceó Mark.  

— Totalmente. Oh, perdón por meterme pero es que ustedes hablan muy fuerte y no pude evitar escucharlos mientras venía hacia aquí— mientras el mayor hablaba, Johnny se había parado bien así que el muchacho pudo pasar.

Cuando TaeIl pasó al lado suyo, le dedicó una pequeña sonrisa antes de seguir su camino. YoungHo lo observó marcharse con una gran expresión de felicidad en su rostro. Moon TaeIl lo había apoyado contra el mocoso. 

— Ugh, éste país apesta— masculló Mark, mientras volvían a caminar hacia la tienda de convivencia.— En Canadá no me hubieran expulsado por algo como esto. 

— Deberías controlarte un poco. Sólo asegúrate que no te metas con personas equivocadas que puedan quejarse con las autoridades— comentó Johnny.

YoungHo pensó acerca de decirle que no se meta con DongHyuck. Pero también se dio cuenta que, quizá, no se había percatado de su existencia y que si le decía que no hiciera algo; probablemente se volvería incluso más tentador hacerlo. Así que guardó silencio. Su ex preparatoria era un colegio grande, ¿qué tantas probabilidades tenía de conocer al chico que vivía con él?  

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