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Johnny había estado muy feliz cuando conoció a DaHee. Era lo que siempre había querido. Era sumamente interesante y parecía interesado en él sinceramente. Siempre lo miraba con sus ojos brillantes y se sentía como si estuviera flotando en la novena nube. Pronto, las citas ocasionales se convirtieron en una relación seria que se había extendido por un par de meses. 

Así que en su mente, no había nada de malo con que conociera a su padre o a sus amigos. Pero el único que parecía tomarla en serio era Chittaphon, quien estaba más feliz que él porque tuviera novia. Tanto YoonOh como TaeYong la odiaban, no era necesario que dijeran algo porque él podía notarlo en la incomodidad en sus rostros cada vez que la veían. Aunque los conocía como personas más o menos racionales, no podía entender qué pasaba por sus mentes. 

Ella era fantástica, sencillamente no le alcanzaban para describir lo preciosa que era bajo sus ojos y probablemente tenía un poco la culpa por hablar mucho de lo increíble que le parecía. Porque seriamente había estado viviendo en un paraíso hasta aquel catastrófico sábado. 

Johnny no era estúpido, sabía lo que los chicos y las chicas buscaban. Pero creía que ella era diferente. En un par de ocasiones había tenido que cortar los besos que se daban porque sentía que ella se emocionaba demasiado, pero no parecía reprocharle eso. Obviamente, quizá comprendía que no estuviera listo. Aunque, quizá, tuvo que aclararle que nunca lo estaría.

Durante la fiesta estuvieron bailando, a Johnny le encantaba bailar y parecía que a ella también. Incluso si se encargado de siempre mantenerse frente a ella y nunca detrás y de no bailar como el resto de los muchachos. Pero no parecía que fuera una mala idea seguirla cuando ella lo arrastró hasta un sitio más apartado. Tenía un par de vasos de cerveza encima y no estaba siendo tan detallista y cuidadoso como siempre. 

Ella rodeó su cuello con sus brazos y lo besó como si no fuera a haber un mañana. Un poco obnibulado, creyó que quizá se trataba de un beso entusiasta que no pretendía más que eso. Pero era un iluso que estaba enamorado de una chica y, seguramente, había estado negando todas las señales que le indicaban que su relación no era tan idílica como parecía. 

Sentir las manos calientes de la muchacha por todos lados lo estaba incomodando, sus labios sobre su cuello, los suspiros que inundaban sus oídos y entonces: Házme tuya, YoungHo-ah

La apartó con cuidado, con su rostro rojo de la vergüenza y un nudo en su garganta. 

  — Lo siento, pero...

— ¿¡Pero qué!?— gritó la chica y dio un respingo, porque no se esperaba esa reacción.— ¡Llevo tres meses esperando que te decidas a ser un hombre pero siempre huyes como un cobarde!— lo empujó por los hombros. 

  — DaHee, lo que pasa es que yo... A mí no me gusta todo esto del sexo— masculló, intentando tomar sus manos. Ella se soltó y lo miró espantada.

— ¿Me estás tratando de fácil? ¡No soy ninguna fácil! ¡Sólo quiero tener sexo con mi novio!— fue entonces que su mano se estrelló contra su mejilla. 

Cuando llegaron al departamento que ahora únicamente era de YoonOh, Chittaphon y TaeYong cantaban I'm a barbie girl in a barbie world a los gritos, mientras JaeHyun procuraba curarle la pequeña cortada que había quedado en la mejilla de YoungHo, seguramente porque la chica llevaba anillos en la mano que utilizó para pegarle. 

 — ¿Cómo te sientes, Johnny?— preguntó, mirando por debajo de su flequillo. 

— No quiero hablar de eso ahora— YoungHo palmeó su espalda y fue a tirarse a la cama de su amigo. Mientras tanto, YoonOh intentaba callar a los dos ebrios a almohadazos. 

De nuevo, como en los viejos tiempos, Johnny abrazó la almohada y se quedó mirando el techo, preguntándose por qué no podía ser un poco como los demás. Hacerse hombre, esas palabras resonaron en su mente. ¿Para ser hombre era necesario tener sexo con alguien? ¿Por qué siempre terminaba con la misma clase de pensamientos? 

Hacía un par de horas tenía una novia y sentía que todo en su vida iba de maravilla, pero ahí, con la cara enterrada entre las sábanas, la vida le recordaba que él no era igual que la gran mayoría de los muchachos de su edad por más que intentara pasar desapercibido. Le dolía mucho la cabeza y su mejilla, por lo que decidió dormir incluso con los gritos de Chittaphon huyendo de YoonOh de fondo. 


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