a

25

Con alguna clase de psicología inversa, lograron convencer a YoonOh de ir ahí, aunque claro, fue acompañado por JinSoul. La muchacha estaba estudiando enfermería (algo que había alegrado en demasía al padre de JaeHyun, porque sentía que se convertiría en una especie de tradición familiar). Todo bajo el pretexto de que, como futuro abogado, iba a necesitar muchos contactos.

Ten estuvo muy feliz de que la fiesta sea organizada por los chicos de su carrera, porque eran gente con la mente un poco más abierta y él podía actuar y vestirse como se le diera la gana. Por lo que se puso una gruesa capa de delinear y la ropa ajustada y negra que tanto le gustaba usar. Iba a bailar toda la noche, obviamente con Nakamoto Yuta que lo interceptó ni bien llegó.  

Johnny se había quedado preocupado de dejar a DongHyuck solo con Mark, pero esperaba haber sido lo suficientemente amenazante para que el canadiense lo tomara en serio. De cualquier forma, no se iba a quedar hasta el amanecer. 

  — ¿Te molesta si me robo a tu amigo por esta noche?— preguntó Yuta, mientras, con cuidado, abrazaba por la cintura a Chittaphon. Johnny sacudió la cabeza.— Ten me dijo que tu amigo, JaeHyun, está interesado en conocer a TaeIl-hyung. Creo que lo vi con una chica rubia, pero si busca algo más, dudo que lo consiga. 

Johnny asintió, muy interesado en lo que el chico que parecía ser su amigo, fuera a decirle sobre TaeIl. 

— Anda por aquí, se me perdió hace unos minutos o los hubiera presentado— habló a gritos, para que el más alto lo escuchara.— Debe estar en la zona de abstemios. 

— ¿En la zona de abstemios?— preguntó Ten, sonriente. 

— Nosotros no tomamos alcohol, precioso— respondió con una sonrisa brillante en su rostro.— El alcohol es para perdedores que son lo suficientemente aburridos como para no poder disfrutar la vida solos. Pero como en las fiestas universitarias todos buscan embriagarse, igual lo ofrecemos para los demás. 

Chittaphon parecía encantado con cada palabra que el japonés decía y a Johnny le pareció un grupo interesante de gente. Él no era particularmente fanático del alcohol, aunque tomaba de vez en cuando. Así que, sin más indicaciones del bailarín que había arrastrado a Ten a la pista de baile, decidió buscar la dichosa zona de abstemios. 

Comenzó a recorrer la enorme casa, aprovechando que era alto para ver si localizaba al famoso muchacho en medio de la multitud de personas, la pobre iluminación y el estruendo. Entonces, vio una cabellera de color rosado que le llamó la atención. No tardó mucho en reconocer aquel rostro, era Lee TaeYong. 

Su alma se cayó a sus pies, porque habían dejado de hablarse con el paso del tiempo; porque creía que estaba muy ocupado para responder sus mensajes. Pero estaba ahí, en Seúl, en una fiesta. Allí, en un rincón cerca de una puerta, estaba el muchacho por el que habían estado esperando tanto tiempo. 

Se abrió paso para encontrarlo con un muchacho de cabello negro, hablando y riéndose. Se paró frente a él. El primero en notarlo fue el muchacho que lo acompañaba y tocó el hombro de su ex amigo para que lo viera. TaeYong abrió muchísimo los ojos, asustado ante la imponente presencia de Johnny, quien no traía la mejor de sus caras. 

— ¿Vienes a Seúl a una jodida fiesta y no eres capaz de respondernos un mensaje?— bramó. Él era una persona calmada usualmente, pero si había algo que le molestaba, era la hipocresía. 

— John...

— Johnny nada. ¿Sabes cuánto lloro Ten porque dejaste de hablarle de un día para otro? ¿Sabes cuánto nos dolió eso? Acepto que las relaciones de todo tipo tienen un tiempo y una época en la que funcionan y no iba a reprocharte si tenías otras ocupaciones o incluso si tus padres estaban cansados de nosotros, pero ésto parece un mal chiste.