Sopesando

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Spens sopeso por un instante si decirle lo que había planeado y por un breve instante la observo su largo cabello la chaqueta de llevaba pero sobre todo sus ojos, esos dos calderos de miel y musgo que parecían calar dentro de sus huesos hasta hacerlo sentir sin huesos, Spens sopeso por un instante si decirle lo que había planeado y la pistola en la mano de ella lo decidió. la voz de Ann lo saco de sus cavilaciones momentáneas.

- Viniste a decirme algo pero aun no se que pudo ser tan importante para que te arriesgaras en mi casa sabueso, y mas extraño aun no se como diste con mi casa- la chica guardo el arma y dio un largo, largo trago a su bebida.

-si, es bastante importante, pude encontrarte pues olí tu sangre, soy el sabueso ya que tengo el rastro, tu sangre podría llamarme a lo largo de este mundo y quizás de otros- Respondió el, por alguna razón en la que no quería pensar mucho le dio ese trozo de información quería que ella supiera a lo que se enfrentaba, que no lo subestimara porque aunque Samantha lo envió en su captura no quería que acabara, mientras se extendiera su búsqueda Ann no entraría al recinto de la Alianza, no tendría que enfrentar juicio, ni estar bajo el mismo techo que los otros y soportarlos, Spens era plenamente consiente de que no anhelaba las miradas que la alianza le daría a aquella joven vampira, sus susurros velados, sus insultos obvios.

- Asi que oler mi sangre, Aliado debo decir que es bastante descortés de tu parte, tu puedes darme caza pero yo a ti no, estamos en desventaja Aliado y eso la verdad no me agrada- Respondió ella la modulación en su voz cambiando volviéndose espesa casi con acento.

- es algo que no puedo evitar sangraste frente a mi- 

- sangra frente a mi aliado y te aseguro que no estaremos en desventaja de nuevo- 

-eso es algo que no podría hacer Ann-

- entonces para que darme esa pieza, para que decírmelo si no tienes intenciones de balancear las cosas aliado?-

Esos ojos, esos ojos lo miraban tan profundamente, el escalofrió recorrió sus brazos, los vellos poniéndose de punta, el aire atascándose en los pulmones, y aun asi no sintió miedo, solo la aceptación verdadera de que ella tenia razón, pero no podía darle eso, las reglas, ellas no decían que tenia que darle algo para igualar.

- Tranquilo- 

La voz de Ann le saco de su pensamiento otra vez,  la chica a paso calmado se acerco a la mesa de la cocina, reposo la pistola sobre la misma, y con el mismo paso se acerco ahora a la heladera de donde saco una cerveza, el susurro de la tapa haciendo Pss, sonó como un ataque de metralla en la silenciosa estancia.

- No necesito de tu consideración en absoluto, yo también tengo mis propios medios Sabueso- Continuo ella para luego darle un trago a su cerveza sin quitarle  los ojos de encima, El estaba por completo seguro de que la pistola sobre el mostrador de la cocina no era su única arma.

- Quizás no sea tu sangre la que me guíe a ti Sabueso pero créeme podre encontrarte en donde sea- Culminó ella bajando su cerveza casi vacía.

- Escucho la convicción en tus palabras y se que crees que son ciertas, cada vez que hablas no hay en ti mas que seguridad de tus palabras, no mientes- Spens no pudo evitar que esas  palabras salieran de sus labios, frente a ella era tan humano como había nacido.

Ann se tenso ante el comentario, el Aliado no la conocía, solo podía fijarse en lo que había mostrado, en lo que le había dejado ver, no sabia de sus terrores no sabia de su incapacidad y por sobre todo no sabia que estaba dudosa. La conversación con Scracht la dejo asi, nunca pensó en las repercusiones de sus actos, no imagino cuantas vidas estaba marcando en esta guerra que habían declarado al Consejo, era cierto que la resistencia nunca cobraba una vida inocente ni atemorizaba a los poblados y los comunes, pero Scracht tenia razón, había personas que estaban atemorizadas por ellos, algunos de los comunes tenían que cumplir estrictos códigos y toques de queda pues temían a La Resistencia, en su momento esto era lo que ella añoraba lo que ansiaba, La Resistencia siendo temida por todos, la gente temblando ante su paso, de forma que nunca mas estuvieran en peligro, nunca mas serian esclavos, pero en que momento se estaban volviendo los malos del juego, en que momento pasaron a ser ellos los monstruos?

- No temes por tu vida?- Pregunto Ann, haciendo acopio de todo su ser para que la voz fuese plana y sin emoción.

-Todos los dias, Somos hijos del Ángel, el puede reclamar mi existencia en cualquier segundo- Respondió Spens viendo fijamente la botella ámbar que intentaba equilibrar sobre su rodilla.

- Me refiero a contra mi, podría empezar a darte caza, buscar tu muerte- Comento Ann y Spens Levanto la vista hasta dar con la de ella.

- Seria una excelente manera de morir, soy un Celta crecí para morir- 

- Como todos y cada uno de nosotros- Suspiro Ella, entonces El lo vio eso que Scracht le había dicho, vio la Fe Verdadera fulgurando bajo su piel, como un atisbo de brillo. Por un segundo Spens se quedo atónito observando como esta se extendía y el solo quería tocarla, solo quería estirarse y sentirla, embelesado no escucho lo que la chica le preguntaba, y asi la vio morir ese brillo se extinguió en un segundo y ahora dudaba de haberlo visto.

- Aliado no se si pensar que me ignoras- dijo las palabras y vio algo morir en los ojos del Aliado.

-Hablemos de otra cosa- Respondió el buscando otra botella en la heladera.

Ann sopeso su respuesta , no quería hablar de la muerte, ellos dos consumadas imágenes de los verdugos en su mundo estaban girando en torno a un camino estrecho para no hablar de morir, la risa se le escapado rauda y sonora, la carcajada resonó en el departamento, y al notarlo Spens también reía.

- Brindemos aliado- Propuso ella, el aludido levanto su botella y espero - Por los dos verdugos que no toleran hablar de muerte- 

- mejor por La Parca y el Sabueso solo nos gusta hablar de la muerte de nuestros enemigos- Corrigió el y ella volvió a reír, podía acostumbrarse a ese sonido pensó Spens.

- Soy tu enemiga Aliado?-

- ese debe ser el peor juego de palabras de la historia- se burlo el - y no , la leyes sagradas no dicen que la resistencia es mi caza, solo habla de los impostores, aquellos que pretenden liderar por encima de Samantha.

-Uno tiene prohibido Burlarse de mi juego de palabras alguien que tiene pinta de que hizo su ultimo chiste en la edad de hierro- 

- Ya, edad de hierro soy celta, tiene sentido- Se mofo el - y cual es el segundo punto?

- cierto, yo podría querer gobernar por sobre ella- Ella se encogió de hombros, era solo una chica podía tener a lo sumo 70 años, una chiquilla.

- Podrías cierto, pero no lo haces en ti no hay ansias de poder, solo deber, eres un soldado no un político- Respondió el intentando imitar el encogimiento de hombros.

- algún dia te desmentiré Spens, no soy un soldado tu mismo lo notaras- 

- y ahora, que hacemos?- pregunto el no por desestimar su comentario, era más porque quería verla reír otra vez, cuando sus ojos demostraban felicidad era embriagador, champagne bullendo entre miel.


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⏰ Última actualización: Jun 04, 2021 ⏰

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