IV

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―¿N-Ness? ―Preguntó Lucas

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―¿N-Ness? ―Preguntó Lucas.

―¿Por qué cerraste Lucas, voy a abrir con la llave que tengo de emergencia debajo del tapete.

―¡No! Espera por favor, me estoy vistiendo y no quiero que me veas, por favor ten paciencia.

―Tienes dos minutos o tiro la puerta a patadas.

―C-claro, gracias. ―Respondió temblando por los nervios.

Lucas dejó todo en su lugar y se quitó la parte de arriba de su pijama, Ness lo vio, no se aguantó y en poco menos de un minuto ya estaba adentro. El rubio se cubrió rápidamente en su cama por completo con todo el poco abrigo que la cama tenía.

―¡Eres un exagerado! ―Ness le dijo―. ¡Ni que me fueras a calentar al verte en cueros!

―Dijiste que... t-tenía dos minutos.

―Yo no obedezco a nadie, por eso es que estoy acá princesita.

―¿Por qué está aquí? ―Inquirió Lucas con timidez para intentar salir de sus dudas. Quería saber con qué clase de persona lo habían asignado a compartir habitación.

―Solo te diré que... Bueno, que soy un chico muy malo. ―respondió Ness sonriendo con picardía.

Lucas se sonrojó entero y se volvió a ocultar con el abrigo, Ness se rió de su raro y tímido comportamiento.

―Por cierto ―dijo Ness lanzándole un paquete de galletas sobre el colchón―, te traje algo para que comas.

Lucas se asomó y tomó el paquete galletas de avena sin azúcar.

―Lamentablemente aquí son las únicas galletas que podemos consumir, ¿será porque son más baratas? Tal vez te rompan los dientes, son casi como ladrillos, puedes matar a alguien se le das en la cabeza.

―Gracias ―dijo Lucas.

―De nada colega. ―Respondió Ness a la vez que movía lo que parecía ser una pintura barata, allí había un mueble que Lucas desconocía. Ness sacó un computador portátil del lugar.

―¿Y eso? ―Lucas preguntó―. ¿Se les permite tener computadoras aquí?

―Solo algunos la tenemos, los más antiguos, ya quedamos pocos, hace mucho que nos la dieron, pero no tenemos conexión a internet. Nos la dieron para que viéramos algunas películas y pudiéramos estudiar.

―Ya entiendo...

Ness se acostó en su cama y apoyó en ella un cuaderno para poder acomodar su computadora.

Lucas abrazó su almohada y solo se dedicó a mirar a Ness, quien veía algo en su computadora.

―¿Quieres venir y ver alguna película conmigo? ―Ness preguntó sonriendo.

―N-no... no sé ―Lucas respondió tímidamente, quería ver algo para entretenerse, pero para eso debía sentarse cerca de Ness y eso le provocaría que la piel se le pusiera de gallina por el hecho de tener al chico atractivo tan cerca.

―No seas tímido, ven aquí y acuéstate a mi lado a ver la película para que no te entumezcas princesita, no te haré nada, confía en mí.

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