Acabo de terminar de ver Zodiac, película dirigida por David Fincher y protagonizada por Jake Gyllenhaal, Robert Downey Jr. y Mark Ruffalo. Es la segunda vez que la veo, pero siento que recién hoy pude apreciarla en su totalidad. Si bien siempre me han interesado los asesinos en serie y las investigaciones que surgen a su alrededor, y aún cuando puedo considerar a David Fincher como uno de mis directores favoritos, mi primer acercamiento a esta película fue algo decepcionante. Hoy descubrí por qué.
Zodiac es, a mi parecer, una película que trata o muestra el cómo una investigación puede desgastar y prácticamente destruir las vidas de los investigadores, ya sean policías y/o detectives o algún otro ciudadano que se siente llamado por el deber de descubrir al asesino. No trata sobre el criminal en sí, de modo que solo se especula sobre sus motivaciones y sobre el alcance de su espectro psicópata. En casi tres horas de película, uno llega a esperar que el puzzle se resuelva en su totalidad y que la certeza nos embargue al leer los créditos. Pero no, eso no sucede en Zodiac (siento el spoiler). Esta película no trata sobre la verdad o la justicia, sino sobre la búsqueda de ambas cosas. Una búsqueda, dicho sea de paso, que se extendió desde 1969 hasta los primeros años del nuevo siglo.
Porque Zodiac está basado en la vida real o, para ser más exactos, en un libro que se escribió a raíz de uno de los tantos casos de asesinatos seriales que adornan la historia de Estados Unidos. Tal como en la película, en la realidad no hay una total certeza acerca de quién cometió la ola de crímenes que asolaron California, San Francisco y sus alrededores durante las décadas de los sesenta y setenta. Este caso tuvo miles de sospechosos, en su mayoría personas que confesaban ser los culpables porque... bueno, porque la gente es rara. En la investigación estuvieron involucrados agentes de al menos tres ciudades, lo que claramente complicó las cosas a nivel de jurisdicción. Pero además tuvo como protagonista a la prensa, ya que Zodiac, el asesino, enviaba cartas amenazantes y códigos a los periódicos de la región para aumentar la histeria y la curiosidad de todos. Periodistas y editores eran muchas veces los primeros en leer dichas cartas, enterándose de pistas solo conocidas por la policía y algunas no descubiertas por nadie.
De esa manera, nos topamos con tres investigadores principales: Paul Avery, David Toschi y Robert Greysmith. Vamos por orden:
Avery es el periodista a cargo de la sección de Crímenes en el San Francisco Chronicle, uno de los periódicos honrados con las cartas de Zodiac. Al principio no parece demasiado preocupado por lo sucedido, no más que sus compañeros periodistas, al menos. Pero por su rol en el diario se ve obligado a adentrarse en el caso, hasta el punto en que escribe una especie de perfil del asesino. Esto le acarrea problemas, obviamente, pero es un detalle que solo consigue, a la larga, aumentar su obsesión. Avery no es un personaje tan profundizado, pero tampoco es difícil detectar que lo que lo mueve es la promesa de la gloria que traería consigo ser quien atrape a Zodiac. Al menos es eso lo que se puede deducir con su actuar. Lo muestran como el clásico periodista al que lo único que le importa es salir en primera plana, aunque eso lo convierta en una posible víctima del asesino. El caso le destruye la vida, en esencia, y en concordancia a eso lo abandona.
Toschi es el agente del FBI a cargo del caso y quien quiere descubrir la verdad básicamente porque desea que todo termine al fin. Para entenderlo, hay que ponerse un momento en su posición: un asesino se burla de la policía públicamente a través de los diarios, mata a diestra y siniestra, al menos en teoría, y no hay forma de atraparlo. Se presentan varios sospechosos, algunos muy prometedores, pero ya sea porque la letra o las huellas no calzan, o por las coartadas, o por lo que sea, ninguno es llevado a juicio. Pasan los años y no hay respuesta, las pruebas se van perdiendo, al igual que las ganas de descubrir la verdad. No es el único agente involucrado, pero él es del FBI y, por lo tanto, está bajo una mayor presión que los demás. Su compañero, al comprender esto, se retira y lo deja solo.
Llegado al punto en que nada más puede hacer, decide, medio a regañadientes, ayudar al tercer y último investigador importante en la película, el vértice central de este triángulo: Robert Graysmith.
Caricaturista en el mismo periódico en el que trabaja Paul Avery, Robert se siente atraído por el caso desde el principio, pero solo en el último tercio de la película vemos sus esfuerzos por descubrir al asesino. Cuando se da cuenta que ya nadie más está preocupado por el caso, que la policía se está dando por vencida y que Paul Avery se pudre en su casa, él rebusca entre los cientos de recortes que guarda sobre el caso y comienza su propia investigación. Se transforma en ese detective amateur que supone un constante problema para los investigadores oficiales, ya sea por lo inoportuno de sus horarios o por su insistencia. Es inteligente, pero llega un punto en que está tan obsesionado por saber la verdad que se empecina con un sospechoso. Este es uno de los aspectos más interesantes presentados en la película: cuando un investigador quiere que alguien sea el culpable y a partir de eso no ve otra cosa.
La frase que dice a su esposa, quien está harta de la situación, condensa para mí toda la película:
Necesito saber quién es. Necesito pararme ahí y necesito mirarlo a los ojos y necesito saber que es él.
Como ya dije, no sabemos a ciencia cierta si el sospechoso final de Robert Graysmith es realmente el asesino. Ninguno de los sospechosos fue llevado a la justicia nunca. El caso se detuvo sin que se supiera la verdad, tanto en la vida real como en la película. Porque en Zodiac lo importante es ver cómo una serie de personas, por distintos motivos, se empecinan en contestar una pregunta que no va a ser respondida, a pesar de sus esfuerzos. Es el peor lado de ser un detective: el de la curiosidad no satisfecha, el de la eterna duda. O eso, al menos en teoría...
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HABLEMOS DE DETECTIVES
NonfiksiEste libro es de las cosas que no necesito hacer pero qué haré de todas formas. Una oportunidad para reseñar los libros, cómics y películas con esta temática que voy leyendo/viendo, ya sean físicos o de Wattpad. Se aceptan recomendaciones.